Los costes amenazan la viabilidad de la tele de Iglesias: «No sabe dónde se ha metido»
La adquisición de la frecuencia TDT de Madrid puede rozar los 400.000 euros y los telespectadores de Iglesias deberán resintonizar sus aparatos
El desembarco del canal de televisión de Pablo Iglesias, Canal Red, en la TDT de Madrid deberá resolver algunos asuntos para que su proyecto resulte viable. Fuentes del sector televisivo desglosan en conversación con este diario cuáles serán los retos que el equipo de Canal Red deberá resolver. En primer lugar, el económico. Esto depende de si el Canal Red ha comprado o alquilado la frecuencia de la TDT de Madrid en la que emite sus programas. Y la segunda es el de la audiencia. Para que la televisión de Iglesias pueda sintonizarse en los aparatos de los madrileños, los ciudadanos de la capital deberán actualizar sus frecuencias. De no ser así, Iglesias se quedará con los 70.ooo telespectadores que tenía 7NN, pero no con un nuevo público de afines.
Iglesias anunció el pasado lunes que el Canal Red se ha hecho con la frecuencia del canal 48 en la que hasta hace pocos días se podía ver 7NN, una televisión dirigida y enfocada al público conservador y de derechas. Sin embargo, se desconoce si Iglesias ha comprado o alquilado dicha frecuencia. El dueño de la misma es el empresario Fernando Zendoya, quien alquilaba la frecuencia a 7NN a un precio de 15.000 euros mensuales, según ha podido comprobar este diario. No obstante, varias fuentes del sector televisivo sostienen que Iglesias ha comprado dicha frecuencia, algo que dispararía el gasto entre 300.000 o 400.000 euros, de acuerdo con los precios de mercado.
Las licencias de los canales de televisión deben pasar por el filtro de la autoridad pública, concretamente de la Comunidad de Madrid. Desde el gobierno regional, sin embargo, no desvelan si el nuevo canal de Iglesias ha adquirido dicha frecuencia ni a través de qué empresa lo ha hecho. No es un detalle baladí. En primer lugar, para saber qué empresa ha ejecutado dicha operación y, en segundo lugar, si está vinculada a la galaxia de empresas de Jaume Roures, dueño de Mediapro y de otras sociedades limitadas vinculadas a esa matriz. El portal de Canal Red recoge que la dueña de la emisora es la empresa Melancolic Films, controlada por la hija del empresario catalán, aunque no se descarta que en los últimos meses se hayan dado cambios todavía por recoger en el registro oficial.
Licencia solo para la ciudad de Madrid
Si Iglesias ha comprado la frecuencia de la TDT de Madrid, los gastos que deberá sufragar serán notables, puesto que además del precio de compra, habrá que añadir los de distribución (la emisión de la señal, las antenas, etc.) y de producción y plantilla. El Canal Red ha conseguido desde su creación 600.000 euros en mecenazgo directo de sus seguidores, pero de haber comprado la frecuencia, será difícil para el proyecto llegar al año, según reflexionan diferentes fuentes del sector televisivo. El salto a la TDT es lo que más dudas genera. «La televisión por Internet es una idea nueva y viable», sostienen, mientras que el aterrizaje en las frecuencias tradicionales despierta dudas.
«Iglesias tiene un follón. No sabe dónde se ha metido«, coinciden diferentes fuentes televisivas, tanto del canal 7NN que dejó la emisión hace unos días, como de otras emisoras privadas. Para que los madrileños puedan ver la televisión de Iglesias, deberán «resintonizar» sus televisores, detallan. Es un «esfuerzo» que en algunos casos puede frenar la expansión del canal. La televisión de Iglesias aprovechará los 70.000 aparatos en los que ya se podía ver 7NN, pero si Iglesias quiere llegar a un público más amplio, en buena medida de afines a él políticamente, tendrá que exigir a sus seguidores un esfuerzo añadido.
Luego está el problema de la audiencia. El canal 48 donde emite el Canal Red llega a todos los barrios de la capital, pero no tiene derecho de emisión fuera de ese perímetro. Es decir, que no alcanza a toda la Comunidad de Madrid, sino que lo hace solo en el ámbito urbano. «Es una frecuencia que no llega, por ejemplo, a lugares como Leganés» y del llamado anillo ‘rojo’ de Madrid, donde Iglesias podría tener más telespectadores. Esa limitación puede afectar a la capacidad del Canal Red de recaudar patrocinios a través de la publicidad, explican las fuentes consultadas.
Un proyecto para todo el Estado
En definitiva, según coinciden empresarios del sector televisivo de Madrid, quedan dudas sobre la eficacia de la decisión de Iglesias de acompañar su emisión por Internet a la más tradicional en la TDT. Iglesias ha afirmado que la adquisición de la frecuencia madrileña es tan solo el primer paso de un proyecto que aspira a generar un canal para todo el Estado.
El objetivo político es, tal y como adelantó este diario, desafiar a La Sexta y, más en concreto, al periodista Antonio García Ferreras, con quien Iglesias mantiene un pulso desde hace meses. Pero el desembolso se puede disparar rápidamente, obligando a gastos mínimos de unos cinco millones de euros anuales si se plantea una estrategia nacional. Será clave en este sentido saber si hay un músculo financiero detrás del proyecto de Canal Red.
Mientras tanto, la secretaria general de Podemos ya ha pedido a los afiliados y simpatizantes del partido ayudar en la financiación del canal de televisión de Iglesias. En su misiva, Belarra expresa su orgullo de encabezar una militancia con «más educación mediática» y sostiene que sin «contrapoderes» en el campo mediático es «imposible que las transformaciones en el país tengan lugar y se consoliden».
De momento, los expertos y operadores del sector televisivo enmarcan la decisión de Iglesias más como una «operación de marketing» para demostrar que su proyecto crece, que en un verdadero enfoque de estrategia empresarial. Aunque eso no quite, sin embargo, que entre los afines a Yolanda Díaz se tomen muy en serio la apuesta del exlíder morado. De hecho, según ha podido saber este diario, los estrategas de Díaz están analizando con lupa la operación. Los impulsores de Sumar no quieren que el «ruido» que genera Iglesias vaya in crescendo. Mientras que Iglesias quiere todo lo contrario: aprovechar la división en la izquierda y el año electoral para expandir su audiencia. Y para ello, cuanto más polémica haya, mejor será.