Podemos afronta su fin de ciclo al quedar sin representantes en Madrid y Valencia

Podemos fracasa en su misión de salvar los muebles al quedar sin representantes en Madrid y Valencia. Los morados se esperaban una dolorosa caída electoral, pero confiaban en poder aguantar en la Comunidad de Madrid y en la Comunidad Valenciana. Los morados no han logrado entrar en el pleno del Ayuntamiento de la capital y sobre todo quedan fuera de la Asamblea autonómica madrileña. En Valencia también se quedan sin representantes, al igual que ocurrió en las últimas elecciones autonómicas de Castilla-La Mancha y Galicia.

Podemos esperó poder dar la sorpresa en Madrid. En la capital parecía que los morados podían superar el umbral del 5% de votos necesarios para entrar en el Consistorio. Sin embargo, la candidatura de Roberto Sotomayor no ha alcanzado su objetivo. Aunque es más dolorosa la exclusión del parlamento autonómico de Madrid.

Hace dos años, Pablo Iglesias dejó el gobierno de Pedro Sánchez para salvar a su partido en Madrid. Logró 10 diputados, y un 7% de votos. Su sucesora, Alejandra Jacinto, apoyada por toda la dirección morada, no ha logrado confirmar estos resultados. En la Comunidad Valenciana, Podemos pierde todos su ocho diputados, quedando como fuerza extraparlamentaria y condenando la supervivencia del gobierno del Botánic.

Un cambio que favorece la «unión» con Díaz

El «motor de Podemos», por decirlo como Iván Redondo, se queda sin gasolina. Podemos resiste tan solo en el País Vasco y Extremadura (4), además de las Islas Baleares (2), La Rioja (2), Asturias (1), Aragón (1) y Murcia (2). En todas las demás plazas, Podemos sale de los parlamentos regionales. Pero sobre todo pierde en Valencia y Madrid, los dos territorios que podían permitir defender a los morados la tesis de que a pesar de la lucha con Yolanda Díaz y su presencia en el Gobierno de Sánchez estaban salvando los muebles.

Las fuentes consultadas de Podemos creen, no obstante, que su caída y el fracaso también de los aliados de Yolanda Díaz, que perderán muchos de los gobiernos que le garantizaban fuerza orgánica y estabilidad, favorece ahora recuperar el discurso de la «unidad». En el partido de Irene Montero asumen que «estamos delante de un cambio de ciclo», pero también creen que ahora «se favorece la unión» con los de Díaz.

Los morados confiaban en que los de Díaz también pincharan. Y así ha sido. Compromís en Valencia pierde el gobierno, Colau se queda tercera en Barcelona y Más Madrid pierde el liderazgo de la izquierda en la capital. Este resultado debilita y no fortalece a Díaz, creen en Podemos, donde ahora preparan el discurso de que la «desunión» ha fragmentado a la izquierda.

En Madrid la derrota de Podemos es, no obstante, muy dolorosa. El partido morado pasa de 10 a cero escaños. Y pierde más de 100.000 votos a nivel autonómico tras la salida de Iglesias. En la capital, el partido que nació al albur del 15-M y la protesta de la Puerta del Sol, cosecha 79.000 votos. Muy por debajo de la expectativas y de las esperanzas de aguantar en el lugar donde Podemos nació hace ya casi diez años. En Valencia, en cambio, la pérdida de votos es de alrededor 130.000.