Sánchez desafía a Podemos y Yolanda Díaz con su adelanto: «Toda la presión sobre ellos»
Se mantienen las discordias entre los dos bloques de la izquierda a diez días de tener que presentar un acuerdo de coalición
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendió el pasado lunes a todos sus aliados. Anunció en una declaración institucional la disolución de las Cortes y la convocatoria de un adelanto electoral para el próximo 23 de julio. ¿Cómo reaccionaron en Podemos y en Sumar a la noticia? Podemos, que no se esperaba el anuncio, tuvo que retrasar una hora su tradicional rueda de prensa del lunes. Yolanda Díaz, que hasta aquel momento había guardado el silencio tras las elecciones del domingo, se adelantó: «Asumo el reto», escribió. En los dos sectores, y también en el PSOE, avisan de que la estrategia de Sánchez es un desafío a la derecha, pero también a sus socios: «Toda la presión sobre ellos», explican fuentes gubernamentales socialistas.
El caos se apodera del espacio político de la izquierda. Hay quien celebra la decisión de Sánchez. Demostración de «audacia» y «valentía» (que no es exactamente lo mismo), pero sí una buena táctica para modificar el «marco» del debate público. Pasar de unos meses de discusiones sobre el fracaso de la izquierda y la victoria del PP, a un «doble o nada». «Se la juega a una sola carta», asumen desde los sectores cercanos a Díaz. Otros miembros del partido morado fuera de la capital reflexionan: «Pedro Sánchez cierra la interna de su partido, intentará aprovechar los gobiernos de coalición PP-Vox, y sobre todo, comerse el espacio de UP y Sumar».
En lo que todos coinciden, tanto en el PSOE como en Unidas Podemos, es que la maniobra de Sánchez sirve para acallar el ruido y el debate a su izquierda. La decisión del presidente obliga a Díaz y Podemos a hablar. La sensación de una ruptura insalvable sigue, no obstante, sobre la mesa. Los afines a Díaz no han logrado el resultado esperado, con la caída de Ada Colau y los de Compromís, pero Podemos también ha fracasado. Ya fuera de Madrid y Valencia, y con dos de cada tres representantes públicos perdidos, Podemos se acerca a su entierro. Ahora tiene una posibilidad para intentar resurgir si alcanza un acuerdo con Yolanda Díaz.
Se mantienen las presiones en los bloques
Pero este acuerdo no será fácil de alcanzar. ¿Se limitará a Ione Belarra e Irene Montero? ¿Aceptará Irene Montero quedar en una lista de confluencia por debajo de Íñigo Errejón? ¿Qué pasará con Pablo Echenique o Ángela Rodríguez Pam, dos dirigentes tan polémicos como rechazados por el grupo de colaboradores más fieles a Díaz? ¿Habrá una tentación en Sumar de cortar definitivamente el cordón con los morados para asumir que se abre un ciclo de la derecha y rearmarse de cara a los próximos cuatro años?
Hay muchas preguntas sobre la mesa, y muchos sectores de la izquierda alternativa al PSOE que tienen lecturas muy divergentes. Los más atrevidos piden a Yolanda Díaz que aproveche la situación para romper definitivamente con Podemos. Cueste lo que cueste, su plan pasa por ofrecer a los morados una fórmula de confluencia que arrincone a los dirigentes de Podemos en un rol «testimonial». Dependerá de la valentía de la ministra gallega, asumen.
Algo parecido ocurre en Podemos. En el partido morado tenían hasta hace pocos días una hoja de ruta que este diario ha ido desvelando en varias exclusivas: se abrían a un pacto con Díaz, pero solo si mantenían el control por dentro de la coalición. Algo que el exestratega de Pedro Sánchez definía un «Sumar con motor Podemos», una fórmula aceptada en el círculo de Galapagar, donde Iván Redondo sigue teniendo buena llegada. De no alcanzar ese diktat, Podemos estaba dispuesto a ir en solitario a los comicios generales que se preveían para diciembre. Pero ¿y ahora?
La idea de la resistencia
Todavía quedan las voces en Podemos que apuntan a que los morados pueden ir en solitario. Si asumen que incluso con Díaz no hay márgenes para revalidar el Ejecutivo, y que la maniobra de Sánchez es a la desesperada, se mantendría el plan de «resistencia» dibujado hace tiempo con el visto bueno de Irene Montero y Pablo Iglesias. El ex secretario general tendrá, además, en sus manos la posibilidad de difuminar el gran «golpe de efecto» de Sánchez si, por ejemplo, decide involucrarse personalmente en una nueva confluencia con Díaz, o ayudando a su partido en afrontar este reto.
«Sánchez se quiere comer todo el espacio a su izquierda, no hay dudas, esta es filosofía PSOE. Pero lo que ha ocurrido ahora no es exactamente esto. A Sánchez no le interesa eso, lo que está diciendo es: poneros de acuerdo si queréis, y si no, pagáis el pato en las elecciones. Es un golpe de efecto muy grande, y le puede salir bien«, asumen los afines a Díaz. Pero también avisan de que si bien la ministra gallega está dispuesta a incluir a Montero y Belarra en sus listas, no todo valdrá.
Sobre todo, sugieren que Díaz no aceptará órdenes o amenazas de Iglesias. Es decir, que si el ex secretario general pusiera demasiado alto el listón de sus exigencias, a la ministra gallega no le temblaría el pulso. Hablan de «estridencias» del ex líder morado, por las que no están dispuestos a ceder: «Si a Iglesias se le va la mano, Yolanda dirá no». La propia lideresa de Sumar lo ha dejado claro: «Asumo el reto».
Acto seguido, Podemos lanzaba su guerrilla digital apelando a la «unidad». Ese mismo mensaje lanzó Ione Belarra desde la sede de Podemos. El reloj ha empezado a correr. Yolanda Díaz y Podemos tienen diez días a partir de este sábado para formalizar ante la Junta su idea de coalición: nombre de la misma y primeros altos cargos. No es algo baladí. Después, entre los días 14 y 19 de junio deberán redactar las listas electorales. Tic, tac.