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Política

Calviño rechazó ir de 'dos' por Madrid con la intención de encabezar la lista de las europeas

Según fuentes gubernamentales y socialistas, la alta funcionaria de Bruselas quiere escalar posiciones y optar a un puesto en el Ejecutivo comunitario

Calviño rechazó ir de ‘dos’ por Madrid con la intención de encabezar la lista de las europeas

La vicepresidenta del Gobierno, Nadia Calviño, junto al presidente Pedro Sánchez en la sede del PSOE. | PSOE

El puzzle por fin encaja. Faltaba una pieza que permitiera entender por qué Nadia Calviño no se integraba en las listas del PSOE ni respondía públicamente a la pregunta de si el presidente Pedro Sánchez le realizó el ofrecimiento. Según ha podido saber THE OBJECTIVE, la respuesta es que sí. El jefe del Ejecutivo ofreció a su vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ser número dos por Madrid, pero ésta lo rechazó, según confirman fuentes gubernamentales y socialistas a este periódico. Este siempre fue el «plan inicial»: designar y señalar a Calviño como su «sucesora natural», que pudiera heredar la bancada de la oposición en el hipotético y probable escenario de una derrota del PSOE y una retirada de Pedro Sánchez. Pero el descarte de Calviño obligó a ascender varios puestos a Teresa Ribera, inicialmente en el número cuatro del esquema presidencial de la candidatura.  

Pero Nadia Calviño no quiere ser líder de la oposición, sino comisaria europea. Según fuentes gubernamentales y socialistas, la alta funcionaria de Bruselas quiere escalar posiciones y optar a un puesto en el Ejecutivo comunitario que se conformará tras las elecciones europeas del 6 al 9 de junio 2024. Actualmente, España sólo ostenta un alto cargo en las instituciones comunitarias: el de Josep Borrell, como Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad. Un cargo vinculado a una de las vicepresidencias de la Comisión Europea y al que optó tras presentarse como cabeza de lista a las elecciones europeas en mayo de 2019. 

Calviño quiere ser Borrell

Cinco años después, la «estrella» de la campaña del PSOE a las elecciones generales quiere suceder a Borrell como cabeza de lista y como representante española en el Ejecutivo comunitario. La idea de ser comisaria siempre se le ha atribuido a Calviño, la más alta funcionaria española en la historia de la UE, quien ocupó la Dirección General de Presupuestos, y mantiene unas excelentes relaciones con las autoridades comunitarias. En 2019, Calviño ya compartía con Borrell y el ministro de Agricultura, Luis Planas, las quinielas para aspirar al puesto. Pero su falta de perfil político le hizo perder enteros. Un punto flaco que ya no existe. Nadia Calviño es percibida en el PSOE como «el miembro del Gobierno que más ha evolucionado políticamente, logrando pasar de técnica a política». Una hazaña que aún se le resiste a su colega de Transición Energética, Teresa Ribera. 

Hoy en día, en el PSOE le valoran como «un gran activo del partido» pese a no ser militante, porque su discurso económico supone un viraje al centro y una apuesta por la moderación necesaria tras el Gobierno de coalición con Podemos, que ha supuesto un lastre para las expectativas de voto de los integrantes del Ejecutivo. Y porque su discurso decidido por el feminismo, con gestos como la negativa a participar en las fotografías con empresarios sin presencia de mujeres, supone un incentivo para recuperar el voto femenino del PSOE que se ha perdido en las batallas por la ley trans y la reforma del sólo sí es sí. 

Calviño desbancaría a Hanna Jalloul

Su incorporación como principal baza de Pedro Sánchez para las elecciones generales es un reclamo más para Europa, a 15 días del inicio de la presidencia española de la Unión Europea en el mes de julio. Este es el inicio de una campaña europea en la que fuentes del PSOE sitúan a Calviño como cabeza de lista, en lugar de la favorita hasta la fecha: la secretaria ejecutiva de Política Internacional del PSOE, Hana Jalloul, muy apreciada por Sánchez tras el éxito de su incorporación como presidente de la Internacional Socialista. Quizás por ello, el presidente mandaba este lunes una señal desde Ferraz, con la primera rueda de prensa de la independiente Nadia Calviño, previa selfie del presidente con el que sería su ‘equipo’. En ella, se incluyó también a Lina Gálvez, la eurodiputada responsable del programa europeo del partido, que repetirá en la lista europea. 

La jugada europea esconde algún as bajo la manga más. Según las fuentes socialistas consultadas, entre los objetivos de Calviño no estaría sólo el Ejecutivo comunitario, sino también el Banco Central Europeo, que actualmente preside «una amiga personal», Christine Lagarde. Los ojos de la actual vicepresidenta económica del Ejecutivo también estarían puestos en el BCE, cuyo presidencia se negociará entre los 28 estados miembros, junto con la presidencia del Consejo Europeo y la del Parlamento comunitario, a partir de junio de 2024. Lagarde fue previamente directora gerente del Fondo Monetario Internacional. Un puesto al que también optó Calviño en 2019, antes de que el Gobierno de Sánchez retirara su candidatura en aras del consenso europeo, que finalmente alumbró la dirección de la búlgara Cristalina Gueorguieva en octubre de 2019. 

La jugada europea Sánchez-Calviño

Fuentes del Ejecutivo explicaron entonces que «el Gobierno debe apostar por el consenso europeo, sin que la ministra Nadia Calviño opte a la siguiente fase». Una retirada que seguramente le valió para ser nombrada dos años después presidenta del Comité Monetario y Financiero Internacional del FMI, órgano consultivo, compatible con sus funciones ejecutivas en el Gobierno de España, y con el que apuntaló su carrera europea e internacional. Lo que sigue es sólo la continuidad de un proceso natural que le ha permitido dotar de cariz político a una trayectoria en la capital europea, cuyos entresijos conoce Calviño a la perfección.  

Cuando este lunes fue preguntada en Ferraz por si el presidente le había ofrecido un puesto en las listas, se limitó a decir algo nerviosa: «El presidente es una persona muy respetuosa. Nos conocemos los dos muy bien y hay un alineamiento total desde el lado de la política económica, que hace que estemos los dos muy cómodos trabajando los dos ahora y en el futuro». Ambos confían en que la jugada europea sea la de la vicepresidenta económica, que les permita seguir trabajando juntos, y que una derrota el 23-J no de al traste con la operación Calviño forzando a Sánchez a cambiar cromos para buscarse una salida personal y profesional en Europa. 

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