Belarra sopesa una bicefalia con Montero al frente de Podemos para darle visibilidad
El partido morado contempla la posibilidad de hacer convivir a Ione Belarra como secretaria general e Irene Montero como «presidenta»
La dirección de Podemos está valorando una serie de cambios en las altas esferas del partido para afrontar el invierno electoral. Este diario ya desveló que en algunos sectores del partido se barajaba la posibilidad de convocar un congreso extraordinario para aupar a Irene Montero a la secretaria general tras el veto de Yolanda Díaz para las listas electorales. Ahora se añade otra opción. Se trata de afianzar una bicefalia en el mando de la formación morada para que cohabiten Belarra y Montero.
La bicefalia no es algo propiamente nuevo en Podemos. Se trataría de recuperar un viejo diseño organizativo que planteó hace tiempo Juan Carlos Monedero. El actual dirigente de la fundación de Podemos y cofundador del partido propuso hace años copiar el esquema del Partido Nacionalista Vasco (PNV), con un presidente de la formación política que no coincide con el líder del ejecutivo, el lehendakari. Monedero lanzó su propuesta varias veces durante los mandatos de Pablo Iglesias, sobre todo cuando llegó a la vicepresidencia segunda del Gobierno. Entonces, sin embargo, la idea de Monedero se descartó.
Ahora vuelve a estar de moda hablar en Podemos de bicefalia, según ha podido saber este diario de fuentes conocedoras de la operación. La relación entre Belarra y Montero ha salido reforzada de la negociación con Díaz y Sumar. Aunque desde el frente de la dirigente gallega se intentó dividir a las dos ministras para aumentar el aislamiento de Montero y Pablo Iglesias, tal y como desveló THE OBJECTIVE.
La actual secretaria general, sin embargo, garantizó su fidelidad a su compañera y amiga. Aunque eso no obvie el hecho de que la negociación con Sumar fuera insatisfactoria y que el veto a la ministra de Igualdad siga doliendo internamente, especialmente a la afectada.
Mantener los focos sobre Montero
Es posible que Podemos espere al cierre del ciclo electoral para sacar sus conclusiones. Pero tampoco se puede excluir que actúe antes, para mantener a Montero en el centro del debate político. El interés político de la ministra de Igualdad es, de hecho, no desaparecer del ágora mediática. Este viernes se emitirá una entrevista a Montero en la televisión de Pablo Iglesias. Es la primera intervención después de la dura batalla perdida con Díaz.
Como era previsible, Montero se ha convertido en el chivo expiatorio de todos los errores del Gobierno de Sánchez, y de su previsible caída electoral. En las dos primeras entrevistas de precampaña, el presidente del Ejecutivo ha señalado a Montero como promotora de un feminismo excluyente que está restando votos a la izquierda y alimentando a la derecha. Habría que preguntarse por qué Sánchez no actuó antes si, tal y como dijo, intentó persuadir a su ministra para que corrigiera sus errores; por qué el Ministerio de Justicia respaldó todos los trámites de la ley del sí es sí, y por qué Carmen Calvo perdió su cargo en el gobierno para afianzar la ley trans que defendía Igualdad.
Montero y lo que queda de Podemos, con Iglesias todavía como principal activo mediático, sigue defendiendo a la número dos del partido. Pero es compartida la idea de que a la espera de que Díaz fracase en los comicios (es el deseo y la previsión que hacen en el partido morado) hace falta un plan de resistencia.
Una vuelta a las «trincheras», explican las fuentes consultadas, donde hará falta reforzar a nivel de opinión pública a Montero. «Ella necesita sin duda focos», explican estas fuentes, que consideran la bicefalia de Podemos como la solución perfecta para que tanto ella como Belarra puedan seguir interviniendo en los medios con cierta legitimidad e interés.