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Política

Montero e Iglesias pidieron a Belarra aguantar en Sumar para atacar a Díaz tras el 23-J

Durante las semanas más trágicas de la historia de Podemos, intervino Iglesias de acuerdo con Montero para pedir a Belarra quedarse porque solo «así hay partido» en la batalla con Sumar

Montero e Iglesias pidieron a Belarra aguantar en Sumar para atacar a Díaz tras el 23-J

Ione Belarra, Irene Montero y Pablo Iglesias en el Congreso de los Diputados | Europa Press

«Haré lo que tú quieras». Así juró fidelidad la actual secretaria general de Podemos, Ione Belarra, ante la número dos del partido, Irene Montero, en el medio de las jornadas más duras en la historia del partido morado. Quedaban pocos días para ratificar la decisión de la inclusión de Podemos en la confluencia de Yolanda Díaz. El viernes 9 de junio Podemos se había de facto rendido, asumiendo la exclusión de Montero en las listas y la asunción de puestos en las mismas de difícil salida. Hubo dudas y mucho enfado hasta la reunión de la ejecutiva, fijada para el sábado 17 de junio, fecha fatídica para la historia del partido morado.

En estas conversaciones internas también «intervino Pablo Iglesias», afirman las fuentes consultadas. Y la petición a Belarra fue que no renunciara a su puesto en la lista electoral de Sumar para intentar salvar el partido, y desde el Congreso rearmes en la pugna contra la política gallega. «Si tú no vas yo no voy», hizo entender Belarra ante Montero en esas horas frenéticas antes de la celebración de la ejecutiva de Podemos. La conclusión a la que llegó Montero y también Pablo Iglesias, según sostienen fuentes conocedoras de esos encuentros, fue que la «única posibilidad» plausible consistía en que Belarra mantuviera su puesto en la lista de Sumar para intentar entrar en el Congreso.

Tal y como desveló este diario, un sondeo interno encargado in extremis en el medio de la negociación reflejaba la dificultad para Montero de armar una lista alternativa a la de Sumar. Nadie aseguraba que pudiera superar el umbral de los más de 100.000 votos que garantizarían su elección. De ahí la apuesta táctica por asumir el veto a Montero para buscar que Belarra, Lilith Verstrynge y tal vez al menos otro diputado afín a la dirección morada se aprovecharan de Sumar para entrar en el Congreso.

El portavoz de Sumar Ernest Urtasun con Yolanda Díaz
El portavoz de Sumar Ernest Urtasun con Yolanda Díaz

Vuelta a las trincheras

La lógica que subyace al movimiento de Podemos se centra en la idea de que el proyecto de Yolanda Díaz no tendrá mucho éxito. «Si te quedas hay partido», es lo que según las fuentes consultadas defendió Iglesias para referirse a Belarra. El partido morado mantiene su sigla, aunque dentro de la coalición de Sumar. Se ha garantizado un 20% de los fondos públicos que la plataforma recibirá gracias a las subvenciones electorales. Es un pequeño botín que los morados usarán para volver a las «trincheras», y de ahí seguir en su guerra política.

Mientras tanto, en el partido morado, tal y como publicó este diario, se ha abierto un debate sobre cómo garantizar a Montero la visibilidad necesaria para tener un altavoz pública. Ya sin ministerio ni escaño, se barajan dos posibilidad. La primera apunta a la convocatoria de un congreso extraordinario para sustituir a Belarra con Montero en la secretaria general. La segunda opción, que está ganando enteros, pasa por una cohabitación en la primera plana de la formación, con el nombramiento ad hoc de Montero como «presidenta» del partido, recuperando una vieja propuesta de Juan Carlos Monedero que aspiraba a emular el organigrama bicéfalo del Partido Nacionalista Vasco.

La cuestión organizativa tiene su importancia. Algunas fuentes sostienen que Podemos irá hacia una «nueva organización» interna, aunque no desvelan más detalles. El planteamiento general del partido y su cúpula es el del ganar tiempo; dejar correr la celebración electoral y solo después pedir responsabilidades a Díaz por el veto a Montero y otros altos cargos como Pablo Echenique y Ángela Rodríguez Pam.

«Yolanda no da la talla»

La pugna por el control del espacio político a la izquierda del PSOE no ha acabado, creen los afines a la cúpula directiva de Podemos. Aunque también es cierto que muchas otras personas vinculadas al partido en diferentes cargos y posiciones manifiestan ciertas dudas y dan por finiquitada la experiencia de la formación morada.

«Hay que irse a las trincheras después del 23-J, pero Yolanda no da la talla. Irene se queda en el partido y luchará. No hay prisa», afirman en las filas moradas para afianzar un plan de resistencia. Las dudas de aquí al próximo 23 de julio se centran en el papel que tendrá Podemos en la campaña electoral.

Se empiezan a organizar los primeros actos, casi todos enfocados únicamente a la presencia de los dirigentes del partido de Belarra y Montero. Podemos difícilmente tendrá un papel activo en la campaña de Sumar. Algunos vaticinan que los morados «tendrán que callar», aunque sea un silencio táctico.

Pero lo cierto es que nada más arrancar la precampaña, Belarra ya ha avisado a Díaz de que su partido no piensa ceder en temas clave como el referéndum en Cataluña. Podemos ha «defendido siempre el reconocimiento de la «plurinacionalidad» y también la garantía del «derecho a decidir», ha aseverado Belarra el pasado jueves aprovechando la polémica encendida por la diputada de los Comunes Aina Vidal. Las espadas están en alto.

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