Sémper: «Vox tendrá que explicar por qué son más importantes los sillones que las políticas»
Conversamos con el portavoz nacional del PP, Borja Sémper, sobre la política de alianzas que se plantea el PP con Vox
Convencido de que el PP va a sacar un resultado por encima de los 160 escaños el próximo 23-J, Borja Sémper lamenta la actitud que ha venido manteniendo su socio Vox en distintos puntos de España, donde antepone los puestos en el Gobierno a las políticas necesarias para España. Borja Sémper (Irún, 1976) asegura que, llegado el caso, Feijóo, a diferencia de Pedro Sánchez, que ha tragado con todo, no pactará su Gobierno a cualquier precio y que en el Gobierno del gallego no habrá alborotos y enfrentamientos diarios, como ha sucedido en el actual Gobierno de Sánchez.
PREGUNTA.- ¿Se ha tenido que rendir María Guardiola y aceptar a Vox como compañero de Gobierno en una Consejería para evitar el cabreo de los votantes de ambas formaciones?
RESPUESTA.- Lo que ha hecho es un ejercicio de responsabilidad, para que el cambio llegue a Extremadura, defendiendo y garantizando que sus principios políticos y los del PP prevalezcan.
P.- ¿Se ha visto obligada a rectificar para poder gobernar y no permitir llegar al debate de investidura del socialista Fernández-Vara?
R.- Ha llegado a un acuerdo para cambiar las cosas en Extremadura; más allá de Vara o de Guardiola, hubiera sido un despropósito obligar a los extremeños a unas nuevas elecciones.
P.- ¿Ha habido «sugerencias», presiones o recomendaciones desde Génova?
R.- Este acuerdo es decisión de nuestros compañeros en Extremadura. Si ellos no quieren, no se hace, como es natural.
P.- ¿Les preocupa que Vox imponga su presencia en los gobiernos para permitir que gobierne al PP, pensando tal vez en el futuro, tras las generales del 23-J?
R.- Nos preocupan cinco años más de ‘sanchismo’, que todo siga igual en España, después del 23-J. Y para eso necesitamos que todos los que quieran cambio voten al PP.
P.-¿Están PP y Vox condenados a entenderse?
RESPUESTA.- Tendríamos que ser capaces de entendernos, para propiciar el cambio, para generar estabilidad. Pero esto no es una condena. Las condenas son ineludibles. Nos entenderemos en las materias que propician el cambio y que generan estabilidad y si somos capaces de ponernos de acuerdo, con toda tranquilidad, diremos que eso no ha sido posible, si no somos capaces de alcanzar un acuerdo. Queremos la estabilidad y el cambio, que es el mandato final electoral, pero este cambio no se puede dar a cualquier precio. No para el Partido Popular, renunciando a los principios, a lo que defendemos para la sociedad. Además, no lo vemos como una condena, sino como una oportunidad condicionada, pero no con desprecio.
P.- Por no utilizar la palabra «condena». ¿Están obligados a cogobernar España con Vox? Vistas las encuestas y los porcentajes, ya que últimamente hablan mucho de porcentajes…
R.- Nosotros defendemos un cambio de España y creemos que hay que superar esta etapa de cinco años de sanchismo, porque necesitamos otras políticas. Apelamos al fondo de las políticas que hay que cambiar y también a la forma, que es muy importante y que se ha degradado estos últimos años en España. Cualquier cambio en el que participe el PP tiene que responder a estos dos criterios: tanto las formas como el fondo son igual de importantes. Y es una condición ineludible para nosotros, que no vamos a soslayar, pues no aspiramos al poder a cualquier precio.
No queremos hacer lo mismo que Sánchez. No queremos incendiar a la sociedad española, ni degradar el debate político de España. Queremos que los gobiernos sean sólidos, sensatos, estables y sean profesionales, que la dialéctica política en el Congreso de los Diputados mejore. No queremos ministras y ministros que insultan a empresarios, a periodistas, a jueces. No queremos ministros y ministras pancarteros. Queremos que la política se profesionalice en el mejor sentido de la expresión. Y este es uno de los requisitos: Quien quiera pactar con el PP, también Vox, tendrá que tenerlos en cuenta.
P.- Precisamente, Santiago Abascal dice que quien quiera pactar con ellos tendrá que aceptarlos tanto en el Gobierno como con sus planteamientos… que no son el coche-escoba que va recogiendo los votos del PP, para luego dárselos gratis. ¿Hasta dónde puede aceptar el PP los planteamientos ideológicos de Vox?
R.- Bueno, todavía no hemos oído ninguno, ni siquiera para España. Nosotros respetamos profundamente a los votantes de Vox.
«No podemos pasar del extremismo de Podemos al de Vox, que también manosea las mismas ideas nobles por reacción a lo que defiende Podemos»
P.- Por señalar algunos de los postulados de Vox y entrar en materia: la negociación de la violencia de género, la beligerancia contra la Agenda 2030, ciertos mensajes que van contra el colectivo LGTBI o sus planteamientos, en ocasiones xenófobos… ¿Son líneas rojas para el PP?
R.- Lo que pasa es que yo soy sensible a las posiciones políticas que defiende el PP, no a las de Vox. Respetamos profundamente la cultura de Vox y además sabemos que hay una parte de su electorado que no es menor, que no es un electorado radicalizado, es gente que quiere que la política funcione en España y que en un momento determinado interpretó que lo que ofrecía el PP en el pasado no respondía a lo que ellos creían que necesitaba España. Hoy ha habido muchos cambios con respecto a entonces. Han pasado muchas cosas y también ha cambiado el PP.
Tenemos un liderazgo nuevo, solvente y serio, que tiene una idea clara de qué quiere hacer con España. Y nosotros creemos que la sociedad española está en la centralidad, que no es un espacio geográfico, sino que es una actitud. La gente está hasta las narices de la política y de los políticos, cansada de que predomine la política para políticos y no para resolver los problemas de los ciudadanos; está cansada de discursos extremados y extremistas en todo. No podemos pasar del extremismo de Podemos que lo manosea todo, hasta las ideas más nobles, al extremismo de Vox que también manosea las mismas ideas nobles como reacción a lo que defiende Podemos. No es razonable para España. En el PP creemos que existe violencia machista, que es un consenso además social, y que es una realidad empírica, demostrada, científica y socialmente. Hay hombres que agreden y que asesinan a las mujeres por el mero hecho de ser mujeres.
«No aceptaremos diluir la violencia machista, porque tenemos hijas, madres y amigas»
P.- Pero Vox no está en ese consenso y diluye la violencia machista dentro de la violencia intrafamiliar…
R.- Que hay otras realidades y otras violencias, sin duda. Demos respuesta también a esas violencias, pero lo que nos dice Vox es que tenemos que diluir la realidad contrastada de que hay violencia machista y esto nosotros no lo vamos a aceptar. No lo vamos a aceptar porque tenemos hijas, tenemos madres, tenemos amigas, tenemos familiares, conocemos a mucha gente en nuestro entorno, más allá de lo que dicen las terribles estadísticas que ha sufrido la violencia machista. Y no es una broma, no es una pancarta. Igual que rechazamos el discurso pancartero que ha manoseado un movimiento feminista de Podemos y de Sánchez, rechazamos el discurso pancartero de quien niega, solo por reacción a Sánchez y a Podemos, una realidad. ¿Qué significa eso? ¿Que quienes tenemos una interpretación diferente de la realidad tenemos que aceptar -como ha hecho Sánchez con el discurso de Podemos- el discurso de Vox? No. Dejaríamos de ser el PP y de dar una respuesta razonable y, a nuestro juicio, acertada a fenómenos como el de la violencia machista.
Nosotros somos un partido con clara vocación europeísta. Quien no la tenga tendrá un problema. Nosotros no creemos que hay una conspiración judeomasónica global que quiere acabar con Occidente. Creemos en el Estado de las autonomías, que debe ser mejorado y perfeccionado y que debe ser mucho más eficaz y más eficiente, que no provoque duplicidades, pero queremos una España descentralizada. Queremos el Estado de las autonomías. Creemos que la gestión tiene que estar más cerca del ciudadano. En definitiva, lo que ha defendido siempre el PP y lo que ha defendido un partido de centro derecha, de corte liberal y moderno, homologable a los otros partidos de nuestro entorno.
P.- Hasta ahora, todos los pactos con Vox iban razonablemente bien, pero ha habido un choque de trenes en Extremadura. ¿Qué es lo que ha pasado realmente en Extremadura para que se chocara tan frontalmente? ¿Se equivocó la candidata popular, María Guardiola, cuando habló en determinados términos, para negar un Gobierno de coalición con Vox?
R.- Yo entiendo que estos cinco años de sanchismo han generado una cultura política en la que mantener la palabra dada resulta casi hasta extravagante y es casi como contracultural. Lo que dijo nuestra candidata del Extremadura, María Guardiola, antes de las elecciones es que ella quería gobernar en solitario y dijo expresamente que no quería gobernar con Vox. Durante la campaña electoral, dijo que ella quería un gobierno en solitario y que no quería pactar con Vox. Y después de esas elecciones ha dicho lo mismo. Y resulta que hay gente que se sorprende de que mantenga su palabra. Lo sorprendente sería que hubiera renunciado a su palabra.
Vox: «Si no tocan poder, no hay cambio. Es de una soberbia inaceptable»
P.- Pero si se encuentra con un Vox que dice que, por ejemplo, para que gobierne María Guardiola tienen que estar en el Gobierno. ¿Se pueden dar el escenarios de bloqueo siempre que Vox se plante?
R.- Yo confío en que no lleguemos a ese escenario. Si la gente está cansada de los políticos, está harta de los que nos dedicamos a la política y sobre todo, de este ruido continuo en que se ha convertido la política en estos cinco años… Ya no te digo una hipotética repetición electoral. Vamos a contar las cosas como han sucedido y como creemos que están pasando. Al final siempre se apela al sentido de Estado del PP. Y los demás no tienen ninguna responsabilidad… Pero Vox tendrá que explicar por qué los sillones son tan importantes para ellos, más allá de las políticas concretas, más allá de propiciar el cambio. Votantes de Vox que quieren el cambio de España y ven cómo se pone en riesgo por esta actitud cerrada de los dirigentes de Vox, en virtud de la cual, si no tocan poder, hayan tenido el resultado que hayan tenido, planteen lo que planteen, si no tocan poder, resulta que no es posible el cambio en España. Es un ejercicio de soberbia inaceptable.
P.- El votante del PP está convulso y absolutamente desnortado con el tema de Extremadura. ¿Admite que decir que se ha podido crear mucha confusión?
R.- Creo que hay una preocupación generalizada en la sociedad española ante la hipótesis de que podamos tener cuatro años iguales que los cinco años pasados. Esto es una realidad. Yo estoy preocupado ante la hipótesis no descabellada de que Sánchez vuelva a ser presidente con ERC, con Bildu, con Podemos, a sumar con las mareas, los mareos… con todo lo que hay a su izquierda, como un coche escoba, que va recogiendo todo y se suma. No, creo que en estos cinco años se han diluido los políticos y la mala política ha dividido las instituciones y contaminado también las conversaciones privadas. Nosotros queremos revertir eso. Y si hiciéramos políticas que no fueran revertir, esta gente, la gente que confía en el partido, y otra mucha otra gente, se preocuparían mucho más también, porque entonces ya no hay marcha atrás. Si nosotros hacemos lo mismo que Sánchez, pero al revés, la marcha atrás para la política española, el deterioro, ya será inevitable, será prácticamente definitivo.
P.- Con respecto al precio que plantea Vox, yo vuelvo al asunto de Extremadura. María Guardiola ha hecho un planteamiento ideológico. ¿Es personal o lo comparte todo el PP? Hemos visto dirigentes y exdirigentes del PP enmendarle la plana a María Guardiola porque no coinciden con lo que ha dicho… Hablo de Isabel Díaz Ayuso o Esperanza Aguirre, que le echó una bronca en público…
R.- Ayuso ha sufrido a Vox en Madrid. Vox torpedeo e imposibilitó que los madrileños tuvieran los presupuestos de la Comunidad. Se le ha dicho de todo menos bonita también. Isabel sabe perfectamente qué es contar con alguien que, supuestamente, es tu socio, en este caso investidura, cuya intencionalidad no es generar las condiciones para que la Comunidad prospere, sino crecer a costa del PP. Yo creo que las realidades de España son también las personalidades de los dirigentes, que son diferentes puntos de España. No es lo mismo la personalidad de María Guardiola que la de Isabel Díaz Ayuso. No somos una secta. No es lo mismo López Miras que Juanma Moreno. Y el gran cambio que hemos sufrido en la interlocución con Vox, es que todos los líderes territoriales de Vox están intervenidos por la Dirección Nacional.
«En Vox funcionan ‘manu militari’, pero Feijóo confía en sus dirigentes regionales»
P.- ¿Y los líderes regionales del PP no están intervenidos por Génova?
R.- A las pruebas me remito. Somos un partido nacional, muy orgulloso de serlo, con una columna vertebral a través de la cual articulamos nuestro discurso y organización política. Pero somos un partido apegado al territorio, con un pulso concreto y muy cercano a lo que sucede en los territorios. Está claro que la política de gestión ordinaria en la Comunidad de Madrid es la misma que en Extremadura. Las realidades socioeconómicas son diferentes, con lo cual tu política también tiene que estar adaptada a ese territorio. Es importante tener una implantación territorial, gente del territorio que haga política en el territorio y que no tenga otras aspiraciones, que quiera su tierra y que quiera emprender un proyecto político y también vital en su tierra. En Vox tienen otro tipo de organización, otro tipo de estructura política, sin implantación territorial y cuya forma de funcionar es más manu militari. Feijóo confía en sus dirigentes regionales.
«A Pedro Sánchez le gustaría tener las encuestas del PP»
P.- Ahora mismo las encuestas reflejan un pequeño repunte, un crecimiento de 0,5 puntos del PSOE de Sánchez. ¿Cree que es la consecuencia de la bronca PP-Vox en Extremadura, fruto de la campaña por medios de comunicación emprendida por Pedro Sánchez o se debe a cualquier otro factor?
R.- Parece un marco común de factores. Vivimos una política convulsa, lo que nos parece hoy muy grave, y la semana que viene nos parecerá mucho menos grave, porque habrá otro problema. Lógicamente, lo que también tengo bien claro es que a todos los partidos políticos, al resto de partidos políticos, lo que les encantaría es tener las encuestas del PP y no hay ni una sola encuesta que no diga que el PP va a ganar las próximas elecciones generales. Esto nos exige un ejercicio de humildad cotidiana. No hay nada ganado, ¿eh? Pero no me cabe la menor duda de que a Pedro Sánchez le gustaría tener las encuestas del Partido Popular, y a Vox y a Sumar les encantarían también las encuestas del Partido Popular. Estas encuestas dicen que estamos bastante por encima del resto de formaciones políticas, de una manera constante en los últimos meses. Venimos de ganar las municipales y autonómicas y además hay una pulsión de cambio y ganas de cambiar el país, que se perciben en la calle.
P.- ¿El resultado del 23-J ya está escrito?
R.- Creemos que sería bueno tener un resultado muy sólido para poder conformar un Gobierno que nos permitiera desarrollar políticas en España, que bajarán el suflé, que calmaran la política española y que además convocaran a los españoles en un proyecto compartido que ocupe la centralidad y que nos permita recuperar la sensatez en la política española. Esto es difícil, muy difícil, pero no es imposible. Si a mí hace unos años me hubieran dicho que el PP iba a ganar con mayoría absoluta en Andalucía, probablemente me hubiera parecido descabellado.
P.- Parece que hay un voto que está ahora mismo en el PP, que ha venido desde Vox, al que cualquier convulsión, como lo que ha pasado en Extremadura, puede hacer que vuelva a Vox … ¿Usted coincide con este diagnóstico?
R.- Eso es una lotería. También podemos decir que quizás ese votante de Vox, ante la cerrazón de Vox, de no permitir el cambio en determinados lugares, lo que hace es abandonar definitivamente Vox y apostar por el cambio, por el voto útil que representaría, en este caso, el PP. Después de unos meses, estamos identificando un trasvase de votos de Vox al PP. Y lo mismo estamos notando también del PSOE al PP, gente que confió en el PSOE y hoy vota al PP. Hemos ido ensanchando nuestro espacio político sin sentarnos con la izquierda ni con la derecha, con un mensaje político identificable y que apela a esta idea de centralidad y de recuperar la moderación para la política española.
«A día de hoy es descabellado pensar en una gran coalición PP-PSOE»
P.- Dice que gobernar en Andalucía con mayoría absoluta parecía descabellado. ¿Ahora es descabellado pensar en una gran coalición, entre PP y PSOE, gobernando juntos?
R.- A día de hoy, desgraciadamente sí. Desde que Feijóo es presidente ha presentado seis propuestas de pacto de Estado. Las seis han sido respondidas por un «no», o no fueron respondidas. Los retos que va a tener que afrontar el país en los próximos años necesitan de generosidad y de talla de Estado. Por lo tanto, si gobernamos para acometer determinadas reformas que hay que hacer, son importantes, de hecho, ineludibles los pactos. Convendría que el mayor número de fuerzas políticas posible se sumaran en uno o varios pactos de Estado. El PSOE debería ser un actor principal. Si tenemos que abordar el compromiso del Gobierno actual de España con la Unión Europea, la reforma de las pensiones en el año 2025, ¿alguien piensa que no sería bueno que PSOE y PP nos pusiéramos de acuerdo? ¡Claro que sería razonable! Pero hablar de esto en España es hablar de una quimera. Desgraciadamente, hablar de esto en España hoy es prácticamente convertirte en una especie de melifluo, blandengue o moderadito.
P.- ¿Por qué se han convertido en una de las polémicas de la precampaña los dos sueldos de Feijóo y su presentación y regularización en el Senado?
R.- Creo que tampoco tiene actualizado su sueldo el presidente del Gobierno… Alberto Núñez Feijóo tiene un sueldo y luego tiene gastos de representación como miembro del PP. Punto. Esto está residenciado en el Senado y cuando termine la legislatura se hará público. Es lo que él ha manifestado…
«Sánchez ha tragado con todo, pero Feijóo no va a llegar a un acuerdo a costa de cualquier cosa»
P.- La coalición de Gobierno PSOE-Podemos ha ofrecido casi una bronca diaria en el seno del Ejecutivo. ¿Teme que si hay un Gobierno de coalición de PP con Vox ocurra algo similar?
R.- Bueno, a nosotros no nos va a pasar eso, porque a diferencia de Sánchez, que ha tragado con todo, porque le importa todo muy poco, salvo el mantenimiento del poder, Feijóo, no es de ese perfil. Feijóo no va a llegar a un acuerdo a costa de cualquier costa. Nosotros podemos garantizar estabilidad, un Gobierno solvente y serio, si gobernamos en solitario. Si no gobernamos en solitario, lo que podemos garantizar es que no sea a costa de cualquier cosa. Por eso apelamos a una mayoría lo suficientemente amplia como para poder gobernar en solitario.
P.- En el caso de que tenga que entrar Vox, en el Gobierno, ¿pueden garantizar que no se organizaría periódicamente un descalzaperros, como ha ocurrido en el Gobierno de España en los últimos años?
R.- No tiene que producirse escenario. Vamos a tener un resultado muy, muy importante que nos permita llegar a una mayoría lo suficientemente amplia, para tener un gobierno en solitario. Si el escenario es otro, hablaremos de ese otro escenario. Entiendo la pregunta, pero es que no tengo otra respuesta.
«El 23-J vamos a estar por encima de los 160 escaños»
P.- Se ha incrementado sensiblemente el volumen de voto por correo. ¿Les genera dudas o inquietud? No hay sombra de sospecha sobre el voto por correo?
R.- No, afortunadamente es un sistema garantista. Tenemos unas instituciones sólidas y tenemos unos procedimientos, en este caso electorales, que garantizan la limpieza. Hay que garantizar una participación normal y un resultado electoral. Conviene animar a la gente a que vote, sea por correo, o volviendo de su lugar de vacaciones o retrasando las vacaciones. No podemos perder esta oportunidad para derogar el sanchismo.
P.- ¿Les preocupa Pedro Sánchez y su resiliencia?
R.- No. A mí siempre me ha parecido muy sorprendente cuando se resalta como una virtud del presidente de Gobierno la resistencia del presidente, la capacidad de resistencia, como si hubiéramos venido aquí a la política, a estar en la trinchera y a resistir, a que la política no genere problemas, sino soluciones. Esto es lo que nos preocupa de los Sánchez, no su capacidad de resiliencia, de aguante. Él y quienes convivan con él. El trabajo no es ese. El problema es que la capacidad de resistencia no soluciona problemas. Le mantiene a él en el poder a cualquier precio, saltando cualquier obstáculo. Pero eso no es la política, eso es otra cosa.
P.- ¿Les ha sorprendido la nueva actitud de Pedro Sánchez, haciendo cierta autocrítica, tratando de demostrar su cercanía con el espectador, desde sus continuas apariciones en programas televisivos?
R.- Creo es que la gente no es tonta. Hay algunos políticos que creen que los ciudadanos son idiotas, que se les puede engañar todos los días sobre todas las materias o durante muchos años. Y la gente cuando ve que no hay autenticidad, cuando ve que has dicho una cosa y la contraria, no es un cambio de opinión, sino que es una mentira. Cuando ves que te da igual una cosa que la contraria y que da igual todo… Esto es el sanchismo.
P.- ¿Cuál es su porra electoral? ¿Qué resultado cree que obtendrá el PP el 23-J?
R.- Creo que vamos a estar por encima de los 160 diputados. Lo creo de verdad, honestamente.