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Política

Vox desespera al PP con su forma de negociar los pactos territoriales

A diferencia de los de Feijóo, el partido verde tiene centralizadas en Madrid todas las negociaciones

Vox desespera al PP con su forma de negociar los pactos territoriales

Kiko Méndez-Monasterio y Santiago Abascal en un mitin de Vox. | .

Los pactos territoriales están resultando un auténtico quebradero de cabeza para el Partido Popular, y no solo por la polémica alimentada desde la izquierda respecto a la entrada de Vox en algunos gobiernos autonómicos y municipales. El simple hecho de lograr un acuerdo entre las dos fuerzas de la derecha se ha convertido en un parto, unas veces por errores del PP, como en el caso de Extremadura, y otras por la forma en que los de Santiago Abascal están afrontando las negociaciones.

Como dijo hace ya semanas el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, en cada territorio están negociando por parte de los azules los jefes del partido, sin apenas intromisiones del cuartel general de Génova 13. Es una forma de actuar muy distinta a la seguida en su día por Pablo Casado, quien tenía en Teodoro García Egea un auténtico perro de presa que desesperaba a los barones.

A excepción del caso extremeño, donde Feijóo sí ha tenido que intervenir finalmente para corregir el rumbo de María Guardiola, todos los demás pactos están siendo liderados por las distintas direcciones autonómicas, provinciales o municipales. Y solo se informa a Madrid para comunicar que se ha llegado a un acuerdo.

En el caso de Vox, el proceder está completamente centralizado, de tal manera que sus representantes territoriales carecen de autoridad para negociar nada con el PP. Y con frecuencia a las reuniones acuden con un ordenador portátil desde el que van escribiendo en tiempo real a Madrid para recibir instrucciones sobre cómo responder en cada caso. Y si la dirección nacional de Vox no está en ese momento disponible para tomar decisiones, la reunión PP-Vox se da por terminada a la espera de que los verdes puedan responder más tarde sobre las cuestiones pendientes.

Es una forma de negociar que está desesperando a los populares, poco acostumbrados a un partido con una estructura tan piramidal. Y, aunque de momento no ha descarrilado ninguno de los pactos, todavía quedan por lograrse acuerdos en Aragón y Murcia y nadie descarta ya nada.

Vox está poniendo mucho hincapié en el reparto de cargos, pero también en la redacción de las notas de prensa que están sirviendo para comunicar los acuerdos. Y ahí queda la cosa, porque en las reuniones no se está pudiendo pactar un programa de gobierno más detallado.

Según indican varias de las fuentes consultadas, las dos personas clave en las negociaciones por parte de Vox están siendo el periodista Kiko Méndez-Monasterio y Jorge Buxadé, que es uno de los vicepresidentes del partido. El primero es el principal asesor de Abascal y suele ser el hombre al otro lado del portátil cuando hay una negociación en marcha.

Cada dirigente de Vox que se reúne con su contraparte del PP para negociar se presenta en la reunión con un ordenador portátil y va transmitiendo en directo a Méndez-Monasterio, a través de un chat interno, la oferta que le indica en cada momento su interlocutor popular.

Este proceder ha desconcertado en las filas de la formación de Feijóo porque, en ocasiones, tarda en llegar la respuesta, por lo que se han dado situaciones incómodas de estar reunidos sin hablarse durante un rato o de tener que posponer una reunión hasta el día siguiente porque el partido de Abascal necesitaba más tiempo para tomar una decisión.

Aunque no está afiliado y no cuenta con ningún cargo orgánico en Vox, el peso e influencia de Méndez-Monasterio en Abascal es incuestionable. Supervisa todos los resortes de la estrategia política, desde la nacional hasta la autonómica, pasando por la municipal y sin quitar ojo a los lazos internacionales con formaciones hermanas en Europa o Iberoamérica.

En su currículum hay períodos de consultor -cofundó la agencia Tizona Comunicación-, de periodista -fue director de La Gaceta cuando el periódico económico cayó en manos de Intereconomía- y de profesor. Actualmente imparte Comunicación Política en el Instituto Superior de Sociología, Economía y Política (ISSEP), del que también es patrono. Una institución de enseñanza privada fundada por Marion Maréchal, sobrina de Marine Le Pen.

Méndez-Monasterio está también detrás de dos de las entidades que orbitan alrededor de Vox: la Fundación Disenso, creada para generar alianzas con otros líderes conservadores de Iberoamérica; y el sindicato Solidaridad, una alternativa a las organizaciones de trabajadores identificadas con la izquierda.

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