Citizen Lab duplica sus ingresos hasta los 5,3 millones después de publicar el 'Catalangate'
Los autores del presunto espionaje a los independentistas se niegan a revelar todas sus fuentes de financiación
El laboratorio Citizen Lab, autor del polémico informe del Catalangate sobre el presunto espionaje a 65 personas vinculadas al movimiento independentista, pasó de ingresar 3,7 millones de dólares canadienses en el curso 2021-2022 a 7,7 millones en este 2022-2023 (5.376.000 euros), según los datos de transparencia aportados por la Universidad de Toronto y a los que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. La universidad, no obstante, mantiene el anonimato de todos sus donantes, pese a que los principios de transparencia de las universidades públicas y la ley de transparencia de Ontario, FIPPA (Freedom of Information and Protection of Privacy Act), sugieren que esta información se haga pública si alguien lo solicita.
Las cifras aportadas se remontan hasta el periodo 2017-2018, curso en el que el laboratorio logró 871.776 dólares canadienses en financiación (603.207 euros). El mayor incremento se ha originado después de que en abril de 2022 publicaran el informe Catalangate. Extensive Mercenary Spyware Operation against Catalan Using Pegasus and Candiru. En 2022-2023 cuentan con unos ingresos confirmados de 7.769.573 dólares (5.376.000 euros respecto a los 2.569.553 euros de 2022).
Se trata de unos ingresos que se han duplicado en un curso académico. Y que se cuadruplican si se parte del curso 2019-2020, el año en que los autores del informe empezaron a investigar el espionaje a los independentistas catalanes. En dicho periodo obtuvieron unos ingresos de 1.211.428,97 euros frente los más de cinco millones de este 2022-2023.
Cabe destacar que el llamado Catalangate, o caso Pegasus, es uno de los casos que ha adquirido mayores dimensiones políticas en España y en la Unión Europea y que sirve a los partidos independentistas para acusar al Gobierno español de estar detrás de este «espionaje ilegal». Hasta el punto de que las defensas de los políticos han pedido que se anulen algunos de los juicios pendientes relativos al procés independentista.
Citizen Lab oculta las fuentes de financiación
El laboratorio canadiense, así como la Universidad de Toronto, se han negado a revelar las fuentes de financiación de forma reiterada, alegando que esto podría «perjudicar los intereses económicos o la posición competitiva de la Universidad». Su interpretación de la propia ley de transparencia, FIPPA, vigente en Ontario, también suscita sospechas por el hecho de que no se haga pública ninguna de las empresas que las financia. En el sistema académico anglosajón es común que las compañías financien proyectos universitarios y que opten por anunciarlo como parte de su compromiso con la sociedad.
Este periódico también ha solicitado a la Universidad de Toronto conocer estas fuentes, pero no ha obtenido la información requerida. El profesor de la UNED, José Javier Olivas, realizó la petición de transparencia a la que ha tenido acceso este medio, pero explica que elevará «una apelación por el reiterado rechazo de la universidad a revelar sus fuentes de financiación».
Olivas, que sufrió un intento de ser vetado en el Parlamento Europeo por parte del director de Citizen Lab, Ron Deibert, sospecha de un posible «conflicto de intereses no declarados» de estas fuentes de ingresos con los informes que publican. En el informe sobre Cataluña, Citizen Lab decidió centrarse de forma exclusiva en los móviles iPhone y contra la empresa israelí NSO Group, propietaria del software Pegasus que se habría usado para espiar a los líderes independentistas.
Procesos judiciales millonarios
La empresa Apple, que mantiene macrojuicios contra la empresa israelí, declaró públicamente que financia a Ford Foundation con un montante de al menos diez millones de dólares. Esta entidad realizó el año pasado una donación de 1,3 millones a Citizen Lab, tal y como aparece en su página web.
Olivas sospecha de que «a través de terceros» se está financiado a Citizen Lab y que podrían incurrir en un conflicto de intereses: «Siguen sin incluir en sus informes ningún conflicto de intereses. Es como si Philip Morris pagara a unos investigadores para que le echara la culpa del cáncer a los aerosoles y los científicos no revelasen que Philip Morris les estaba pagando».
Esta posibilidad de que Citizen Lab recabe pruebas para Apple de cara a ofrecerles material contra NSO Group en sus procesos judiciales también fue puesta sobre la mesa por el expresidente del Parlament, Roger Torrent. En su libro Pegasus. El Estado que nos espía, explica que el laboratorio canadiense estaba recopilando pruebas de cara a un juicio contra la empresa israelí en 2020, antes de que Apple presentara su querella en noviembre de 2021 contra dicha empresa.
«Tardaremos aún semanas o meses, pero acabaremos de precisar y ordenar toda la información disponible sobre tu ataque, enumeraremos otros intentos de infiltración que han llevado a cabo, y lo más importante, haremos público la lista ampliada de víctimas, con nombres y apellidos. A los de Citizenlab les interesa cerrar la carpeta para poder proporcionar munición a WhatsApp, Apple y a nosotros mismos, para tener material sólido para presentar a los procesos judiciales», explica en su libro.
El laboratorio canadiense identificó un exploit (fragmento de software utilizado para aprovechar una vulnerabilidad de seguridad) que afectaba a los iPhones, llamado Forcedentry. Y aunque iniciaron la investigación sobre el Catalangate en móviles Android (como el del propio Roger Torrent o el del Ernest Maragall), finalmente solo se centraron en buscar de forma activa ataques en iPhones.
El argumento ofrecido a posteriori es que en Android es más difícil detectar posibles infecciones. Pero en el libro de Torrent de 2020 ya se explica el cambio de criterio de Citizen Lab, pese a que en la demanda de Apple contra NSO Group afirman que el primer caso detectado fue en marzo de 2021.