THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

López Miras no acepta consejeros de Vox, pero sí consejeros tránsfugas de Vox

Tras mantenerse en el poder nombrando consejero a quien hiciera falta, ahora descubre que no quiere coaliciones

Alberto Núñez Feijóo al menos fue de cara al decir que su primer intento de alianza sería con el PSOE, y que sólo si los socialistas le negaban la abstención, sólo entonces –y a regañadientes–, aceptaría pactar con esa gentuza de Vox. No parece una gran estrategia para ligar dejar tan a las claras a tu inminente pareja de baile que sólo la consideras ‘el segundo plato’, pero al menos Feijóo puede presumir de coherencia. El antiguo discípulo de Fraga ha conseguido pulverizar en tierras gallegas todo lo que no sea PP. Ni en el mejor momento de Ciudadanos, ni en la curva más alta Vox se colaron en las autonómicas en Galicia, donde todo lo que no sea izquierda está bajo las alas del ‘feijoosismo’.

Se entiende, por tanto, que Feijóo tenga predilección por los gobiernos en solitario y crea que puede repetir sus resultados gallegos a nivel nacional. Se le puede acusar de confundir los deseos con la realidad, pero hay una cierta coherencia en su trayectoria. 

El caso de López Miras no es exactamente lo mismo. Si Fernando López Miras no quisiera gobernar con Vox porque considera que este partido tiene una ideología antagónica a la suya que le repugna, entonces lo lógico sería que no buscase apoyarse en un partido tan indeseable y que buscara aliarse con el PSOE, si considera que el PP murciano tiene más en común con el PSOE de Murcia que con los murcianos ‘voxeros’. Pero si, como dijo en los dos debates de investidura, quiere el apoyo de Vox, porque entiende que tiene más cosas en común con este partido que con los de la izquierda, no acaba de ser fácil seguir su lógica.

Podría ser que Fernando López Miras tenga fijación porque su partido acapare todos los puestos, aunque no tenga la mayoría suficiente para hacerlo. Pero basta retroceder una legislatura para asumir que no es así. En las elecciones murcianas de 2019 el Partido Popular pactó con Ciudadanos para evitar que el Gobierno de la región pasara a la izquierda. Y entonces a López Miras no le supuso ningún problema nombrar consejeros de otros partidos. Es más, llegó a tener un total de cuatro consejeros de Ciudadanos: Miguel Motas, Ana Martínez Vidal, José Gabriel Sánchez Torregrosa e Isabel Franco, esta última, además, con rango de vicepresidenta.

Entonces López Miras no parecía tener esa obsesión de querer gobernar en solitario. Y eso que electoralmente había varias diferencias, la más llamativas: que a Ciudadanos le dio cuatro consejerías y la presidencia de la Asamblea Regional teniendo en Murcia los naranjas un total de seis diputados, y ahora no quiere dar nada a Vox cuando suma un total de nueve diputados en Murcia. Pero para López Miras es impensable darle al grupo de Abascal el mismo trato que en 2019 daba a los de Rivera.

Pero la cosa no quedó ahí. Vino el episodio de la moción de censura de 2021, cuando Ana Martínez Vidal decidió traicionar a López Miras para pactar con el PSOE a cambio de que la nombraran presidenta de Murcia a ella, sacando de la manga esa moción de censura que firmó también la mencionada Isabel Franco. Pero ahí se movió rápido el entonces experto en intrigas Teodoro García Egea, a la sazón secretario general del PP para conseguir ‘comprar’ el cambio de voto de Isabel Franco y otros dos diputados de Ciudadanos a cambio de cargos.

Y ahí que se mantuvo como consejera y vicepresidenta Isabel Franco, ahora como tránsfuga, y ahí que entraron en el Gobierno López Miras otros dos ‘coleguis’ suyos, Álvarez y Valle, ante un López Miras que parecía entusiasmado con poder pactar con tránsfugas que no estaba claro ya a quién representaban con tal de dar ‘estabilidad parlamentaria’ a su gabinete. Una estabilidad que ahora no parece querer dar a quienes se la ofrecen, pidiendo como compensación exactamente lo mismo que López Miras ofreció a Isabel Franco, Valle y Álvarez: estar en el Gobierno.

 ¿Vox no, pero tránsfugas de Vox sí?

Pero el remate más ridículo de todo esto es el caso de María Isabel Campuzano. Elegida como diputada de Vox en las elecciones autonómicas de 2019, fue expulsada del partido junto a otros dos compañeros por problemas internos de Vox en esa comunidad. Para captar apoyo, pues cuantos más diputados mejor, Fernando López Miras rápidamente la fichó para su gobierno para así poder contar con su voto como diputada. ¿Y qué hizo para captarla? ¡Nombrarla consejera! Fue el 3 de abril de 2021 cuando María Isabel Campuzano se convirtió en consejera de Educación y Cultura del Gobierno de Murcia.

Recapitulando: Fernando López Miras, que se dedicó toda la pasada legislatura murciana a mantenerse en el poder a base de nombrar consejeros a quien hiciera falta y formar toda clase de gobiernos de coalición PP-tránsfugas, ahora, en 2023, ha descubierto que lo de los gobiernos de coalición es horroroso y que él quiere gobernar en solitario o prefiere repetir elecciones. Los riegos de hacer demasiado teatro por la coincidencia con las generales deberían animar a reabrir el fabuloso debate de la coherencia.

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