THE OBJECTIVE
El archivo del buitre

La TVE más sumisa ante Sánchez y cuando eran otros quienes afeaban los pactos con Bildu

La sumisión de la jefa del ente llegó a tal punto que el Consejo de Informativos emitió una nota expresando su discrepancia

En las elecciones generales de diciembre de 2015 todo había cambiado en el terreno político y en el mediático. Atresmedia, Mediaset y otros tantos medios de lo ‘políticamente correcto’ pusieron toda la carne en el asador para reventar el bipartidismo y auspiciar esa ‘nueva política’ que venía a mejorarlo todo cuando sólo consiguió regalarnos cuatro años de glorioso bloqueo político y convertir en héroes a dos ególatras con más recorrido como tertulianos que como administradores públicos.

Televisión Española ofreció el clásico cara a cara entre los dos candidatos que aparecían con más opciones, es decir, lo que se había hecho siempre, en ese caso Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Lo organizó una vez más la Academia de Televisión, que ya no tenía el monopolio de los debates, y los canales privados le hicieron el menor caso posible.

Estos querían un formato que hasta ese momento España nunca había experimentado en unas elecciones generales, un debate a cuatro, aunque supusiera incluir a dos partidos que aún no tenían representación parlamentaria como eran Podemos y Ciudadanos. Quedó claro que al que le hacía menos gracia el tema era al PP. El primer debate fue con los del diario El País y el PP dejó su silla vacía por lo que fue un debate entre Sánchez, Rivera e Iglesias, pero sin Rajoy. Iglesias decidió centrarse en atacar a figuras de los medios. Eso sí, en aquel momento no eran Ferreras, Ana Rosa, ni Pablo Motos, los enemigos eran otros.

El 7 de diciembre de 2015 Atresmedia emitía su debate a cuatro, pero la sorpresa es que Mariano Rajoy se negó a acudir, por lo que fue un debate con tres candidatos a presidente (Sánchez, Rivera e Iglesias) y una candidata a la vicepresidencia, que era Soraya Sáenz de Santamaría.

Difícil saber qué era más curioso de aquel debate, si la declaración de amor de Pablo Iglesias a La Sexta en pleno debate, animando a Pedro Sánchez a ir más a sus programas como hacía él por aquel entones (quién los ha visto y quién los ve) o a Pedro Sánchez afeando a Podemos sus pactos con Bildu en Navarra y diciendo que él nunca haría algo semejante.

La Junta Electoral no puso problemas en 2015 a que participaran en el debate los nuevos partidos por delante de los que sí tenían representación, como UPyD, excluido del debate. Total, para que luego hubiera repetición electoral y todo volviera a empezar otra vez. El cambio de Gobierno siguiente no fue por ningún proceso electoral, sino por una moción de censura en 2018 que nos ahorró otro sarao de debates televisivos como los del periodo 2015-2016, aunque el bucle del bloqueo siguió sobre los españoles con la estimable ayuda del cuarteto PP-PSOE-Ciudadanos-Podemos en una actitud antagónica al cuarteto UCD-PSOE-PCE-AP de la Transición.

Cuando TVE se humilló

El 2019 Pedro Sánchez ya era presidente del Gobierno y, al contrario que ahora, en esa época tenía menos ganas de debatir, las mismas que Mariano Rajoy en 2015. TVE ofreció un debate a cuatro (PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos) el 22 de abril de 2019, mientras que Atresmedia ofreció un debate a cinco (PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos y Vox) el 23 de abril de 2019. Pedro Sánchez dijo que como estaba muy ocupado como presidente sólo podría ir a uno y que sería el de Atresmedia, porque en él estaba Vox, cosa que a él le interesaba muchísimo. 

Entonces la Junta Electoral salió más tiquismiquis que en 2015 y dijo que había que excluir a Vox, por no tener representación, y entonces TVE se apresuró a decir que ellos sí que harían un debate a cuatro como ordenaba la Junta y que, si Pedro Sánchez decía que él sólo podía el 23, que cambiaban la fecha al día 23 para que estuviera contento en un acto de servilismo sorprendente. Cortesía de la entonces gerifalte de aquella casa, Rosa María Mateo. Aquella jugarreta enfureció a Atresmedia, que reivindicaba que esa fecha era de ellos y que si Vox era el problema, el partido de Abascal quedaba inmediatamente vetado por Atresmedia para que no hubiera problemas con la Junta Electoral. Pero como Sánchez seguía erre que erre con que ‘debate el 23 en TVE’, Atresmedia tiró de sus otros amigos de la época, Albert Rivera y Pablo Iglesias (sí, en aquella época aún no se había peleado de manera pública con los ‘sextarios’), que dijeron que ellos el 23 irían a Atresmedia y no a TVE.

Finalmente, ante aquella situación Pedro Sánchez cambio de opinión –qué raro- y anunció que estaba dispuesto a debatir el día 22 y el 23 en Atresmedia, y entonces Rosa María Mateo, tras conocer los deseos del presidente, volvió a cambiar la fecha y a anunciar que el debate en TVE sería el 22, tal y como quería el presidente. La sumisión total de la jefaza de la cosa pública llegó a tal extremo que hasta el Consejo de Informativos emitió una nota en los telediarios expresando su discrepancia con el sometimiento de la administradora de RTVE al jefe.

Quizá Pedro Sánchez, cuando examine las críticas a sus pérdidas de nervios en el debate de 2023 ante Feijóo, piense para sí mismo: «Esto con Rosa María Mateo no hubiese pasado». 

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