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Vox tensa la negociación con el PP en Aragón y Murcia al entender que el 23-J le refuerza

Los de Santiago Abascal creen que los electores han premiado su «fortaleza» y «coherencia» en estas regiones

Vox tensa la negociación con el PP en Aragón y Murcia al entender que el 23-J le refuerza

El presidente de Vox, Santiago Abascal, junto a dirigentes de su partido, comparece en el seguimiento de la jornada electoral del 23-J. | Europa Press

Vox ha tomado nota de los resultados cosechados este pasado domingo, donde obtuvieron tres millones de votos. Concretamente, consideran que sus electores han premiado su «fortaleza» y su «coherencia» en Aragón, Extremadura y Murcia, donde han superado sus resultados electorales con respecto al 28-M tras haber chocado con el Partido Popular. De lo sucedido en estas regiones extraen una lección: «Quieren que les defendamos con uñas y dientes».

Los prebostes de la madrileña calle de Bambú consideran que el 23-J los electores premiaron su resistencia en estas regiones, donde no han dado su brazo a torcer ante los populares. En Extremadura, forzaron a María Guardiola a incluirlos en el Gobierno, pese a sus reticencias, y en Aragón y Murcia las negociaciones aún continúan porque desde Vox insisten en obtener una representación «proporcional» en el Ejecutivo.

Vox retrocedió considerablemente a nivel nacional el pasado domingo, y perdió 19 escaños. Sin embargo, resistieron mejor en estas tres regiones, donde perdieron dos de sus seis escaños con respecto a 2019, pero obtuvieron más votos que el pasado 28 de mayo, cuando se celebraron las elecciones municipales y autonómicas.

En Extremadura, paradigma de región en la que han mantenido una auténtica guerra con el PP, se han mantenido en los 85.182 votos (13,64%) y casi han duplicado sus resultados con respecto a hace dos meses, cuando obtuvieron 49.400. Vox es el que más ha crecido en la comunidad extremeña con respecto al 28-M. Y en Aragón, donde ambas formaciones continúan sin entenderse, han mantenido su escaño de 2019 con 103.887 apoyos y el 14,64% del escrutinio (17,13% hace cuatro años).

Estos resultados chocan, sin embargo, con los obtenidos en Castilla y León. Ahí populares y conservadores gobiernan en coalición desde hace más de un año, y Vox ha sufrido una sangría en su número escaños, pasando de seis a tan sólo uno. Los cinco diputados que ha perdido los de Juan García-Gallardo han pasado directamente a su socio en la Junta, que se sitúa ahora en los 18 representantes en el Congreso. 

Otra lectura en el PP

Pero donde los de Abascal ponen toda su fuerza negociadora es en la Región de Murcia. «Si no tiene un Gobierno es por culpa del PP, que ha decidido sacrificar Murcia», dijo este lunes Ignacio Garriga en rueda de prensa. Fuentes del partido insisten en que la postura de Vox es firme, ya que ha sido respaldada por las urnas el 23-J. En comparación con las elecciones generales de 2019, han perdido un diputado y más de 37.000 votos, pasando de ser la fuerza política más votada a ocupar el tercer puesto. No obstante, desde el partido argumentan que el respaldo de Vox ha crecido al haber obtenido 162.481 votos, casi 44.000 más que en los comicios autonómicos de mayo, siendo los que más ensanchan su electorado en este lapso. Esto lo consideran un respaldo a su postura firme en la negociación que mantienen con los populares.

Esta lectura es opuesta a la que hace el PP. Fernando López Miras, tras los resultados de este pasado domingo, subrayó que su partido ha crecido 15 puntos en la región, donde han obtenido el tercer mejor resultado de España: «Si en democracia quien ha ganado las elecciones no puede plantearse ser invertido presidente es que algo falla». También señaló que «deben de replantearse su estrategia aquellos que han estado bloqueando el gobierno y han pasado de ser la primera fuerza política a la tercera».

Pero la postura de Vox en Murcia es clara: quieren gobernar en coalición y no regalarán sus nueve escaños por, como ha ofrecido el PP, la Vicepresidencia de la Mesa de la Asamblea y uno de los dos senadores que designa el Parlamento autonómico. Lo mismo en Aragón, donde el popular Jorge Azcón, con 28 parlamentarios, necesita de los siete de Vox para ser investido. Y no será gratis.

Relaciones tensas

Sea cual sea la lectura más atinada, lo cierto es que las relaciones entre ambos partidos se encuentran en un punto complicado tras el 23-J. Vox ha perdido 19 escaños y más de 600.000 votos, pasando de 52 a 33 diputados, y ha culpado del desplome a la campaña del PP apelando a un voto útil que «sólo ha sido útil a Pedro Sánchez». En Bambú se remiten a lo sucedido en AlbaceteTarragona o Sevilla, donde se han quedado a escasas papeletas de lograr el último diputado que se repartía en estas circunscripciones, mientras que a los populares les han sobrado votos.

Desde Génova, por otro lado, acusan a Vox de haber activado a la izquierda con «anuncios por parte de Santiago Abascal de que Cataluña iba a arder si el PP gobernaba con Vox» o con «gestos estrambóticos» como el salirse de pancartas contra la violencia machista. Un mal punto de partida para negociar.

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