Clara Ponsatí, a un paso de perder su escaño de eurodiputada seis años después de su fuga
El juez Llarena puede encarar las siguientes fases del juicio antes de que finalice la legislatura europea
El camino de Clara Ponsatí como eurodiputada emprende su recta final en el caso de que el Tribunal Supremo la condene por desobediencia, como fue el caso de la exconsejera Meritxell Serret, quien decidió regresar de Bruselas, tras cuatro años fugada de España, para personarse ante el tribunal. Si la Sala de lo Penal resuelve en el mismo sentido, la ahora eurodiputada de Junts per Catalunya perderá su escaño en el Parlamento Europeo muy probablemente antes de que finalice la legislatura europea en julio de 2024.
Los tiempos los maneja el juez instructor de la causa del procés, Pablo Llarena. El magistrado acordó que fuera el Juzgado de Guardia de Barcelona quien le tomara declaración para comunicarle su procesamiento por desobediencia después de que el pasado lunes los Mossos d’Esquadra la detuvieran en su último regreso a Barcelona desde Bruselas. De este modo, el Supremo ha podido cerrar el sumario y trasladar la causa a la sala correspondiente para abrirle juicio oral.
Una vez abierta esta fase del proceso judicial, y aunque Ponsatí decidiera volver a plantar el juez, ya no es obligatoria su presencia. Es decir, sería una situación similar a la del segundo juicio por desobediencia de Quim Torra. El expresidente se negó a ir en el juicio, y lo anunció en sus redes sociales como una forma de desacato a la justicia española, pero su abogado sí asistió y se pudo dictar sentencia.
El precedente de Junqueras
El presidente de ERC, Oriol Junqueras, también perdió su escaño de eurodiputado en la Cámara europea tras la condena del Tribunal Supremo. Aunque el líder independentista fue reconocido con esa condición en 2019 tras una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que reconocía su inmunidad parlamentaria, una vez fue condenado en firme por los hechos del procés por sedición, delito que implicaba una pena de inhabilitación, la Eurocámara decidió retirarle el escaño.
La principal diferencia entre Ponsatí, respecto a Serret, Junqueras y la propia Anna Gabriel (CUP), es que la dirigente de Junts no ha comparecido voluntariamente ante el tribunal. E incluso se ausentó de su cita con Llarena el pasado 24 de abril alegando en un primer momento que tenía trabajo en el Parlamento Europeo y, posteriormente, que estaba amparada por su inmunidad como eurodiputada. Pero en esta ocasión el Supremo ya ha podido tomarle declaración indagatoria y ahora la sala de lo Penal decidirá los siguientes pasos a dar.
Los tiempos de Llarena
En el horizonte judicial se hallan también los recursos que ha impuesto Ponsatí, junto a Carles Puigdemont y Toni Comín, ante la última instancia de la justicia europea, el TJUE, contra la sentencia del Tribunal General de la Unión Europea, del pasado 5 de julio, que confirmaba la retirada de su inmunidad.
Las fuentes judiciales consultadas por THE OBJECTIVE sostienen que no se puede descartar que Llarena decida esperar a la resolución del tribunal europeo del mismo modo que ha hecho con las euroórdenes. Pese a recibir los posicionamiento de Vox y la Fiscalía en favor de pedir su entrega, el juez instructor ha aplazado la decisión hasta después de que se pronuncie el TJUE.
En este sentido, si se demorasen los tiempos del procedimiento judicial, se puede dar el escenario de que culmine la legislatura comunitaria y Ponsatí deje de ser eurodiputada. Si no se presenta de nuevo, su caso será asumido por un juzgado de Cataluña en lugar del Supremo. Todo está en mano de Llarena y sus plazos. Si finalmente es juzgada en el Supremo y es condenada, deberá dejar su escaño en el Parlamento Europeo y sin posibilidad de volverse a presentar hasta que finalice su inhabilitación para cargo público.