La Liga Antidifamación señala en un informe a PSOE y Podemos por su «antisemitismo»
La organización contra el odio alaba, por el contrario, a PP y Vox por «expresar abierta y frecuentemente su apoyo a Israel»
Irene Montero, Ione Belarra y Pedro Sánchez.
La izquierda europea queda señalada por su «antisemitismo» en el último informe publicado por la Liga Antidifamación (ADL), titulado Antisemitismo y sesgo radical antiisraelí en la izquierda política en Europa. En este, sale mal parado el Gobierno de España, compuesto por PSOE y Unidas Podemos, porque «incluye políticos que defienden abiertamente la disolución del Estado de Israel y que están cerca de sus enemigos más acérrimos».
El estudio elaborado por ADL, fundada en 1913 y considerada una de las principales organizaciones contra el odio del mundo, reflexiona sobre cómo las acciones antiisraelíes y los llamamientos al BDS («boicot, desinversión y sanciones») contra Israel son cada vez más comunes en los círculos políticos de izquierda en Alemania, España, Francia y Reino Unido. Y también sobre cómo su retórica influye y se inspira en algunos movimientos activistas de izquierda de Estados Unidos.
«Aunque el antisemitismo de individuos asociados con organizaciones políticas de izquierda generalmente es menos violento que el antisemitismo de derecha, su creciente penetración en la corriente política dominante es preocupante», lamenta el informe, que advierte de que «la retórica y la terminología antisionistas populares en los círculos de la izquierda europea están siendo adoptadas y explotadas cada vez más por algunos en la extrema izquierda estadounidense».
En lo referente a España, al que se dedica un capitulo entero, ADL recuerda que el expresidente José María Aznar «impulsó y lideró la iniciativa Amigos de Israel». En cuanto a Vox, muchas veces tildado de «ultraderecha» por los medios de comunicación, sostiene que «sus principales líderes, encabezados por su presidente, Santiago Abascal, han mostrado de forma reiterada y explícita su cercanía a la minoría judía como pieza esencial de nuestra identidad nacional, así como expresar abierta y frecuentemente su apoyo a Israel».
Por el contrario, lamenta que «la izquierda socialista que estableció nuestras relaciones diplomáticas con Israel se ha vuelto progresivamente fría y finalmente hostil al Estado judío, como lo demuestra claramente la coalición PSOE/Podemos».
La izquierda y el separatismo
El informe, realizado con la colaboración de la Asociación y Comunicación sobre Oriente Medio (ACOM), sostiene que mientras que en otras partes de Europa el espectro antisemita engloba tanto a la extrema derecha como a la extrema izquierda, en ocasiones con un peso electoral decisivo, en España «la extrema derecha es bastante marginal y extraparlamentaria». «El antisemitismo en la política lo practica abrumadoramente Podemos», zanja.
En este sentido, cabe recordar que la formación morada fue señalada como la más antisemita de las casi 200 formaciones nacionales que componen el Parlamento Europeo en un informe elaborado por la Coalición Europea por Israel (CEI).
Pero la novedad del estudio de ADL es que señala también al PSOE y a las formaciones separatistas. Sobre los socialistas, recuerda que contribuyen a «la difusión del BDS institucional»: «Los gobiernos locales socialistas apoyan sistemáticamente las mociones propuestas por Podemos». Y es que más de 100 ayuntamientos españoles gobernados por la izquierda y/o el separatismo han sido declarados Espacios Libres de Apartheid Israelí (ELAI). Es decir, hay consistorios que han aprobado no contratar a ninguna empresa, producto, entidad y organización israelíes o que tuvieran relación con el pueblo judío.
«Pero la postura institucional socialista no termina aquí», denuncia la Liga Antidifamación. El Ministerio de Asuntos Exteriores «emplea un doble rasero desconcertante»: «Se apresura a emitir comunicados de prensa urgentes condenando a Israel cada vez que se anuncia la construcción en los territorios en disputa de Judea y Samaria, mientras guarda silencio ante cuestiones relacionadas con territorios en disputa mucho más relevantes para España, como el reciente desarrollo inmobiliario británico en Gibraltar. También debemos tener en cuenta el sesgo hostil del gobierno contra Israel en la ONU».
Pero la Liga Antidifamación también señala a las formaciones separatistas, desde Bildu a BNG. Sobre la primera, sostiene que «tiene las mismas aspiraciones políticas que el grupo terrorista vasco ETA, que tiene vínculos notorios con grupos terroristas palestinos», así que «no es sorprendente encontrar antisemitismo allí». Por otro lado, subraya que el independentismo gallego, encarnado en la coalición BNG, «ha acogido actos públicos del grupo terrorista palestino FPLP».
Sin embargo, y siempre según el informe, el antisemitismo «más virulento» lo muestran hoy los separatistas catalanes. ACOM lleva años denunciando la red de asociaciones que promueven simultáneamente actividades antisistema, secesionistas e islamistas. «La infiltración islamista en Cataluña, cuya población musulmana es una de las más grandes de Europa, ha impulsado el salafismo en la región y la ha convertido en uno de los principales focos de yihadismo de Europa. Esta mezcla de factores políticos locales y extranjeros ya ha llevado a una fijación antisemita en varias iniciativas oficiales», analiza.
ACOM contra el antisemitismo
En España, la mayoría de las batallas políticas contra el antisemitismo, lideradas por ACOM, se han producido a nivel autonómico y municipal, pero nunca a nivel nacional. La Asamblea de Madrid, gracias a la mayoría conformada por PP y Vox, adoptó en 2021 la definición de antisemitismo de la IHRA y presentó una iniciativa legislativa al parlamento nacional destinada a prevenir entidades involucradas en actividades discriminatorias de recibir fondos públicos.
Angel Mas, presidente de ACOM, zanja: «Hace sesenta años, antes de la transición de España a la democracia, el antisemitismo mantenía sus formas clásicas y estaba claramente asociado a segmentos muy conservadores de la sociedad. Hoy, como en el resto de Europa, el antisemitismo tradicional, ahora disfrazado de antisionismo, predomina en todo el espectro de la izquierda política».
