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El Congreso pregunta al Senado por su dispositivo para usar las lenguas cooficiales

Al Senado este sistema de traducción y los dispositivos le cuesta al año unos 280.000 euros

El Congreso pregunta al Senado por su dispositivo para usar las lenguas cooficiales

Hemiciclo del Congreso de los Diputados. | Eduardo Parra (Europa Press)

El Congreso ha preguntado al Senado cómo tiene organizado el equipo de intérpretes y el sistema de pinganillos que desde el año 2011 permite a los senadores usar el catalán, el euskera y el gallego en el debate de mociones en pleno, de cara a la próxima implantación en la Cámara Baja de esta medida.

Una vez que el PSOE, junto a Sumar, ERC, Bildu y el BNG han propuesto formalmente en el Congreso una reforma del Reglamento para autorizar en esta cámara el uso de los idiomas cooficiales, la institución busca fórmulas contra reloj para conseguir que esté en vigor en el debate de investidura del 26 y 27 de septiembre.

De momento, según fuentes parlamentarias, ya ha pedido al Senado información sobre su propio sistema, consolidado desde hace más de una década, y que permite a todos los senadores escuchar en tiempo real la versión traducida de las intervenciones en pleno de lenguas distintas al castellano, aunque solo en el debate de mociones.

La ampliación al resto de iniciativas y a la actividad de comisiones está pendiente desde septiembre de 2021, cuando así lo aprobó el pleno del Senado a instancias de Junts per Catalunya.

También es posible disponer de traducción simultánea en las sesiones de la Comisión General de Comunidades Autónomas, donde se implantó mucho antes, en 2005, si bien en las últimas legislaturas se ha reunido en muy pocas ocasiones. Igualmente está permitido registrar iniciativas en comisión en lenguas cooficiales.

Todo ello cuesta al año unos 280.000 euros, que es el presupuesto dedicado a este fin en los presupuestos del Senado para 2023, si bien el gasto será mucho menor por la disolución de las Cortes y porque no se ha convocado la Comisión de Comunidades Autónomas.

400 pinganillos

El Senado no cuenta con una plantilla propia de intérpretes, sino que dispone de una bolsa de una veintena especialistas a los que llama cuando se los necesita para los plenos; son siete los que hacen falta para cada sesión, y trabajan desde unas cabinas situadas en la Sala Europa, ubicada bajo el hemiciclo principal del Senado.

Sus palabras llegan a los senadores que estén en el hemiciclo a través de los famosos pinganillos, auriculares que se conectan en cada escaño pero que se utilizan muy poco. Fuentes del Senado apuntan que muchas veces solo los emplean los portavoces de los grupos que van a replicar al orador que está exponiendo en su propia lengua su posición sobre la moción debatida.

Eso sí, en los despachos y cabinas de prensa la versión traducida puede seguirse fácilmente por un canal diferente al que emite la señal original. Cuando en 2011 se organizó todo el dispositivo para extender al pleno el empleo del catalán, el valenciano, el euskera y el gallego, la institución adquirió un lote de 400 auriculares o pinganillos, por poco más de 4.500 euros.

¿Infrarrojos en el Hemiciclo?

La carrera para lograr que en el debate de investidura de Alberto Núñez Feijóo se le pueda escuchar hablar en gallego, así como a los portavoces en sus lenguas vernáculas, debe superar obstáculos legales -el reglamento es una ley y debe aprobarse antes por el pleno, aunque sea en lectura única- y de tipo logístico.

Sin disponer ahora del equipamiento estable del Senado, una opción sería habilitar un sistema que conecte los auriculares distribuidos a los diputados con un dispositivo inalámbrico por infrarrojos como los que se usan en congresos, cumbres y conferencias.

Aunque, según explican a EFE fuentes de la Mesa del Congreso, se están barajando otras posibilidades para facilitar la traducción, entre ellas solicitar prestado al Senado el material necesario para los primeros plenos o recurrir a «la autotraducción» por parte de los diputados que opten por no hablar en castellano.

Otra posibilidad es que los parlamentarios que intervengan en euskera, gallego o catalán faciliten por escrito a los restantes 349 diputados la traducción de sus discursos.

Se trata de un proceso de «transición», insisten las fuentes y, por tanto, la solución no sería definitiva en las primeras sesiones de la XV Legislatura, que incorpora así una exigencia de ERC y JxCAT para apoyar a la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso y allana una hipotética investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno.

Fuentes de la Presidencia de la Cámara Baja han manifestado, por otro lado, que ahora se están analizando «todas las cuestiones técnicas» para que se puedan utilizar las lenguas cooficiales en el pleno del 26 y 27 de septiembre, sin ofrecer más detalles.

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