El miedo a una repetición electoral prende en Sumar: «Los comicios están más cerca»
Miembros del sector de Díaz manifiestan su preocupación y esperan que Puigdemont baje sus expectativas
El guion empezó a cambiar al comienzo de la semana. Los portavoces de Sumar, hasta ahora muy optimistas a la hora de describir los procedimientos necesarios para aprobar una amnistía a los encausados del procés, pisaron el martes por primera vez el freno. «Vamos muy justos, es forzar mucho la máquina y no sé si se podrá hacer», comentó el portavoz Ernest Urtasun en una entrevista para RTVE. El giro no ha sorprendido internamente. Fuentes de Sumar consultadas por este diario aseguran que llevan días analizando un posible escenario de repetición electoral.
Sumar tenía pensado avanzar hacia una proposición de ley en el Congreso antes de la investidura de Pedro Sánchez. Debía servir de garantía a los nacionalistas para apoyar a Sánchez, y permitir así a Yolanda Díaz repetir en la vicepresidencia segunda. Este era el ‘plan A’ que, sin embargo, después de obtener un primer visto bueno del PSOE, ahora se ha enfriado. Hay muchas dudas por resolver al respecto. Entre ellas, el papel de los letrados del Congreso y el filtro que podría ejercer el PP en el Senado. De ahí que los de Sumar juegan ahora todas sus fichas en el ‘plan B’.
Este consiste en intentar por todas las vías convencer y asegurar a los nacionalistas que Sánchez va en serio. Lo dijeron por activa y por pasiva Díaz y Jaume Asens en su encuentro con Carles Puigdemont en Bruselas. Díaz viajó a Bélgica tras comentárselo semanas antes a Sánchez, tal y como desveló THE OBJECTIVE. Y entregó al líder de Junts dos mensajes: el primero era que Sánchez era de fiar, y el segundo que el PSOE de hoy no se asemeja al de ayer, es decir, al de Felipe González, muy crítico con la amnistía de Sánchez.
Un problema de «márgenes»
El problema de confianza, sin embargo, permanece. Y en la coalición que lidera Díaz algunos creen que el escenario de una repetición electoral se hace cada día más plausible. La cuestión, sugieren, es de «márgenes». Es decir, de márgenes temporales para cumplir con las exigencias de los nacionalistas, y de márgenes técnicos y de «consenso» para que la amnistía, tal y como pide Puigdemont, sea aceptada para los socios socialistas.
El expresident habló el pasado 5 de septiembre en Bruselas de «compromiso histórico» para llegar a un acuerdo con el PSOE. El compromiso histórico es un término que acuñó el líder comunista italiano Enrico Berlinguer en los años setenta, como intento de acercamiento de los dos principales partidos en Italia (el PCI y la DC) para frenar tentaciones autárquicas y golpistas de la derecha tras los acontecimientos de Chile.
Puigdemont usó ese termino para lanzar cuatro peticiones a Sánchez. Pero al menos dos de ellas generan cierta preocupación en la Moncloa y en Sumar. Además de la amnistía, sobre cuyos tiempos PSOE y Sumar están avisando a Junts de que deben ser más flexibles, se halla el tema del mediador internacional.
«Renuncias» mutuas
El Gobierno ya tuvo que adelantar los comicios en 2019 por culpa del relator, recuerdan muchos de los protagonistas de aquella etapa. De ahí que algunos referentes y miembros de Sumar esperan que Junts rebaje sus exigencias, o que asuma ciertas «renuncias» en aras de alcanzar un acuerdo que consideran positivos par ambos. Con ERC existe un amplio entendimiento, sostienen las fuentes consultadas. Pero respecto a Junts admiten incertidumbre.
Esta dudas se perciben en algunos segmentos del conglomerado de siglas que conforman Sumar. Concretamente, en el ámbito sindical, el de Izquierda Unida y el de Podemos. «La amnistía es una cosa muy seria para ser moneda de cambio de una investidura con la quinta fuera en Cataluña. No hay consenso», avisan los más escépticos de estos sectores.
Estas mismas fuentes creen, además, que el acercamiento a Puigdemont encierra cierto peligro de imagen si se repiten los comicios. «Esa foto no es muy buen cartel electoral», dicen. «Ella también sabe que está más cerca de elecciones que de gobierno», añaden otras fuentes de estos sectores, que agregan: «Y eso, sobre todo, asusta a Yolanda».
Sumar está preocupado porque cree que la estrategia del PSOE de intentar armar una investidura en octubre puede elevar la tensión entre los nacionalistas. Junts, al menos de momento, insiste en querer pruebas de que los socialistas van en serio. Y aunque ERC se abre a conceder una investidura simplemente tras recibir una hoja de ruta y un compromiso firme, se desconoce si los de Puigdemont se pueden conformar con ello. Además, en Sumar miran de reojo al PSOE, donde dicen que está preparando una «precampaña electoral» que puede durar meses. Si no se resuelve el asunto de la confianza mutua, avisan, todo puede echarse a perder.