THE OBJECTIVE
ENTREVISTA

Sociedad Civil Catalana: «Dar la amnistía por siete votos es una humillación»

Elda Mata, presidenta de la plataforma, anima a acudir a la manifestación del 8 de octubre en Barcelona

Sociedad Civil Catalana: «Dar la amnistía por siete votos es una humillación»

Elda Mata, presidenta de Societat Civil Catalana. | SCC

Aunque el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, aún no ha anunciado si finalmente optará por esta vía, sus declaraciones, y las de varios ministros, sobre esta cuestión parecen deslizar que los votos de Junts per Catalunya vendrán acompañados para beneficios penales para Carles Puigdemont, fugado en Waterloo, otros políticos independentistas condenados por el Tribunal Supremo e incluso para el clan Pujol.

El constitucionalismo busca reaccionar en las calles contra la posible concesión de una amnistía que muchos expertos consideran inconstitucional. Sociedad Civil Catalana, principal plataforma de defensa de la Carta Magna en Cataluña, ha comenzado a movilizarse de nuevo (como en 2017 y 2019) con el objetivo de volver a demostrar el músculo de una ciudadanía contraria a la concesión de medidas de gracia a la clase política. THE OBJECTIVE conversa con Elda Mata, presidenta del grupo cívico, (Barcelona, 1953) sobre la protesta convocada en Barcelona el 8 de octubre y que marchará bajo el lema «No en mi nombre».

PREGUNTA.- ¿Por qué Sociedad Civil Catalana decide salir a la calle?

RESPUESTA.- Por la situación política que vivimos desde hace muchos años, muy intensa en estos últimos tiempos, que ha llevado a la posibilidad de que se conceda una medida de gracia no contemplada en nuestra Constitución, como es la amnistía, y de ahí se vaya a avanzar a la autodeterminación. Sociedad Civil Catalana cree que no se puede esperar más a dar la voz a la ciudadanía comprometida con el mejor futuro para España para que puedan decir que realmente en nuestro nombre no se va a seguir premiando y cediendo a los partidos nacionalistas que pretenden romper el espíritu de la transición. 

P.- ¿Cuál es el horario y el recorrido que seguirá?

R.- La hemos convocado en Barcelona, a las 12 del mediodía del domingo 8 de octubre. Empezaremos en la calle Provenza con el Paseo de Gracia y transcurrirá por allí hasta prácticamente la Gran Vía, en las Cortes Catalanas.

P.- Tengo entendido que habrá un escenario y habrá lectura de discursos. ¿Puede adelantar quiénes serán los encargados de hacerlo?

R.- Habrá un escenario al final del recorrido, pero aún no te puedo adelantar la escaleta del acto. Pero lo importante de esta manifestación es que seamos muchos, que la voz de los catalanes constitucionalistas y de todos los españoles que nos quieran acompañar sea escuchada. Este no es solo un tema de Cataluña, es un tema de todos porque está en riesgo nuestro marco jurídico, el que hemos defendido durante 45 años y que votamos mayoritariamente. Somos todos en defensa de nuestros derechos y obligaciones. 

Movilización constitucionalista en 2017, dos días después de la sentencia del 1 de octubre.
Movilización constitucionalista en 2017, dos días después de la sentencia del 1 de octubre. Foto: Paco Freire.

P.- ¿Sociedad Civil Catalana se siente traicionada?

R.- Los constitucionalistas llevamos tantos años con un sentimiento profundo de orfandad en Cataluña porque siempre hemos sido la moneda de cambio por los votos de los partidos nacionalistas que solo representan a un número pequeñísimo de ciudadanos, pero ante quienes se ha cedido para mercadear con esos votos que se necesitaban para gobernar España. Ningún partido político desde la transición ha tenido altura de miras para ponerse de acuerdo con la oposición y cerrar el tema del territorio.

El nacionalismo es insaciable. Ahora estaríamos en un grado superlativo porque hemos ido cediendo hasta debilitar el Estado. El golpe final sería una amnistía, una medida de gracia absolutamente excepcional y que no se da nunca en un Estado democrático. No está contemplado en la Constitución. Sería una flagrante quiebra del principio de igualdad de los ciudadanos ante la ley. No se puede dar la amnistía porque interese por siete votos, ni por cuatro. Es una humillación para el resto de los españoles.

P.- Isabel Díaz Ayuso ya ha confirmado que acudirá. ¿Algún otro representante les ha avisado de su presencia?

R.- Algunos profesionales de la política nos han confirmado que acudirán como ciudadanos porque no es una convocatoria política. Esperamos que vengan los máximos posibles y bienvenidos todos los apoyos de todo el espectro político de izquierda a derecha. Ha habido posicionamientos clarísimos dentro del Partido Socialista, entre ellos el de personalidades como Alfonso Guerra, que más claro, imposible.

P.- ¿La amnistía enmienda a la transición?

Hay personas que en este momento nos dicen que 2017 fue peor. No, 2017 no fue peor: fue mucho más evidente la quiebra que se pretendía del Estado de Derecho y de la unidad de España. La situación actual es de muchísimo mayor gravedad porque se está intentando destruir un Estado de derecho democrático que hemos construido desde la Constitución del 78. Se llegó hace dos años a una concesión injusta de indultos a un grupo de personas, y no individualmente, que habían sido condenados por delitos gravísimos. Eso no sirve para nada más que para poner a los nacionalistas un peldaño por encima, diciendo que lo volverán a hacer y preparando el próximo embate. 

Los nacionalistas están pidiendo ahora una medida de gracia que no consta en nuestra Constitución pero que supone la extinción de la infracción y de todas sus consecuencias. Si no existió delito, ¿qué estamos diciendo?, ¿que el juicio no fue legal?, ¿que los referendums ilegales no están fuera de la ley y que sus resultados, una vez se les conceda la amnistía, serán interpretados como suficientes para la autodeterminación? Nos pone en la tesitura de decir que el Reino de España no es una democracia. 

P.- Pedro Sánchez sostiene que los indultos han mejorado la convivencia. ¿Consideran que esta afirmación es cierta?

R.- No lo creo en absoluto. El indulto solo debilitó el Estado de Derecho y  los ciudadanos constitucionalistas nos sentimos relegados a ciudadanos de segunda. Si se concede la amnistía, la «pacificación de Cataluña» es un trampantojo. Yo vivo en Gerona. Yo no he recuperado los derechos fundamentales. Mis nietos no pueden estudiar en español, pero tampoco pueden estudiar en español en Barcelona excepto si te pagas un colegio privado, que es donde van los hijos de todos los políticos nacionalistas. Tengo amigos con restaurantes que hace muy poquitos días han tenido una inspección porque los tickets y las cartas no estaban en catalán. La coacción de una Administración absolutamente politizada en favor de un régimen concreto, de un régimen nacionalista hace que esas mismas personas digan ¿me voy a poner a pleitear? Pierden el trabajo todos mis trabajadores porque ya me han amenazado que vendrían y que me pondrían una multa que ni siquiera pueden poner. La muerte civil en Cataluña existe.

P.- Entiendo que reprochan que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, valore conceder la amnistía para ser investido.

R.- No se puede ceder al chantaje nacionalista, ni en este caso el señor Sánchez ni nadie más que lo vaya a hacer. Llevamos 45 años cediendo, en este caso gravísimo, pero en todos los demás se han ido avanzando con estas cesiones de un partido y del otro los que han tenido responsabilidad de gobierno. Se ha cedido la educación, en el control de contenidos y no podemos rectificar el relato manipulado de la historia de Cataluña en los libros de texto. Los nacionalismos tienen clarísima su hoja de ruta. Desde el primer momento, el nacionalismo de Jordi Pujol tenía muy claro hacia dónde ir.  Ahora piden que se les suspenda la deuda con el Fondo de Liquidez Autonómica y aseguran que se les deben cientos de miles de euros. Después de esto vendrá otra cosa con total desfachatez porque siempre irán avanzando la zanahoria. La realidad es que no quieren llegar al momento en que dejen de comer y de abusar de los impuestos de todos los españoles. 

P.- ¿Después de la amnistía vendría el referéndum?

El propio Puigdemont pide la amnistía con la señora Díaz en Bruselas para volver y para seguir con el régimen que han impuesto en Cataluña y además presidirlo él. Por eso hay que parar la amnistía. La amnistía borra, extingue las infracciones, les pone en una situación de borrón y cuenta nueva: aquí no ha pasado nada y lo que hemos hecho hasta ahora es legal, con lo cual podemos o hacer otro referéndum de otra manera que a nosotros nos sirva de cara a otros países, como que tenemos un acuerdo con el Estado.

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