Yolanda Díaz, dispuesta a ceder al PSOE Igualdad a cambio de controlar Industria
La renuncia a Igualdad eliminaría todo tipo de esperanza de Irene Montero de repetir como ministra en un nuevo gobierno
La lideresa de Sumar, Yolanda Díaz, está dispuesta a ceder el Ministerio de Igualdad a cambio de controlar Industria (ahora Ministerio de Industria, Comercio y Turismo). En la coalición de izquierdas mantienen un perfil bajo en cuanto a la formación del Ejecutivo. Abrieron el debate nada más celebrarse los comicios del 23 de julio, pero recibieron críticas incluso desde su propio sector por lo que podía entenderse como una sed de cargos. Así que enfrían el asunto, y Díaz ha llegado a afirmar que todo lo decidirá Pedro Sánchez y que incluso su ministerio no está asegurado. Podemos no se cree esta versión y cree que el plan de la gallega pasa por ceder Igualdad a cambio de controlar otro departamento económico.
En el ámbito político-sindical cercano a la ministra de Trabajo apuntan a una operación para «matar políticamente a Irene Montero». La oposición entre las dos dirigentes ha ido in crescendo. El veto en las listas electorales es una herida que todavía sangra. Y Díaz sabe que los morados planean una venganza. Los diktat en el grupo parlamentario sirven para aislar a Podemos, con la convicción de que el partido de Ione Belarra no tiene margen de maniobra, más allá de algunas protestas en los medios de comunicación.
Podemos, no obstante, insiste en reclamar un ministerio si finalmente arranca el nuevo gobierno de Pedro Sánchez. Los morados repiten el nombre de Irene Montero, aunque varias fuentes del partido saben que se trata de una batalla muy difícil de ganar. Los partidarios de Díaz, activos en las formaciones que conforman la coalición de Sumar, confirman que la ministra de Trabajo no tiene ninguna intención de entregar un departamento a Podemos. «Yolanda no quiere Igualdad», explican, a la vez que abren a que Sumar se haga con Industria, si bien avisan de que todavía reina mucha incertidumbre sobre el futuro de la investidura de Sánchez.
Imagen de gestión
«El pacto está difícil», admiten estas fuentes, a la vez que hablan de «nervios» en el equipo de la ministra por el temor a una repetición electoral. De repetirse los comicios, de hecho, Podemos ya ha avisado de que exigirá primarias abiertas para reformular las listas electorales. Para Díaz se trataría de volver a la mesa de negociación con un actor con quien no se habla. Y, sobre todo, de volver a medirse en las urnas después de unos meses complicados, consciente de que el fuego amigo de los morados subirá de intensidad y apuntará, entre otras cosas, a su fracaso como puente entre los socialistas y los nacionalistas.
Mientras tanto, y aunque Sumar no quiere hablar públicamente de ello, se abren las quinielas sobre los «ministrables» del grupo de Díaz. Entre ellos destaca el nombre de Nacho Álvarez, tal y como adelantó este diario en sendas exclusivas. El economista está en la lista de posibles futuros ministros en cuota Sumar.
Díaz sabe que Sánchez quiere un ejecutivo más ligero respecto al de la pasada legislatura, pero contará con entre tres y cuatro departamentos. Y ceder Igualdad al PSOE será una manera para enfriar cualquier esperanza de Montero de repetir en el Gobierno, puesto que esa renuncia tendría el sabor a una enmienda a la totalidad de todo el trabajo de la ministra. A la vez, permitiría a Díaz asegurarse otro ministerio económico, que con Trabajo consolidarían su imagen de política interesada más en la gestión y la economía («las cosas del comer», dicen en el partido de Díaz) que en la agitación y propaganda.
Incluso en Podemos hablan de una operación lógica por parte de Díaz. Deshacerse de Igualdad para alcanzar otro departamento económico permitiría «matar dos pájaros de un tiro», comentan algunos en la formación morada. Y si en este departamento u otro Díaz se decanta finalmente por Nacho Álvarez, habrá incluso cerrado el círculo de su órdago al partido que la trajo de Galicia a Madrid y la aupó hasta la vicepresidencia del Gobierno. El economista estuvo en la ejecutiva nacional del partido de Iglesias, y su nombramiento serviría a Sumar para argumentar que el nuevo gobierno también cuenta con rostros conocidos de Podemos.