Pedro Sánchez es el único líder europeo que se reúne con Palestina y evita verse con Israel
El dirigente se sienta con Abbas, líder de los palestinos, mientras evita una foto con el israelí Netanyahu
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reúne con el líder de la autoridad palestina, Abbas.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha marcado que la línea a seguir por España en el conflicto entre Israel y el grupo terrorista Hamás es una condena a la violencia y la necesidad de que el Estado judío pueda defenderse, aunque respetando el Derecho Internacional en el proceso. Sin embargo, su Ejecutivo, muy fragmentado en las respuestas a los ataques, parece seguir otra ruta, escenificada en su encuentro con Mahmud Abbas, líder de la autoridad Palestina, en Egipto antes que con el mandatario israelí Benjamín Netanyahu.
El presidente aprovechó la cumbre internacional para reunirse con otros dirigentes internacionales y para mantener encuentros privados con representantes del mundo árabe como el presidente de Irak, Mohamed Shia Al Sudani. Sin embargo, durante todo el evento evitó un encuentro privado o un desplazamiento que le permitiera verse con las autoridades israelíes. Este gesto es una novedad si se observa que a nuestro alrededor otros importantes dirigentes sí que han querido verse con el primer ministro Benjamin Netanyahu, como Úrsula von der Leyen, Georgia Meloni (Italia), Rishi Sunak (Inglaterra) u Olaf Scholz (Alemania). Tampoco se ha conocido una llamada con el líder israelí, como sí que ha hecho Emmanuel Macron (Francia).
Sánchez sigue a su Gobierno
Estos gestos van en paralelo con la situación de su propio Gobierno. Aunque todos sus miembros han condenado los ataques terroristas cometidos por Hamás contra la población civil hace dos semanas, es cierto que desde el otro lado de la coalición, en especial por la parte que corresponde a Podemos, se ha mostrado un tono de mayor dureza con Israel, en especial tras las declaraciones de la ministra Ione Belarra acusando al país de estar cometiendo «un genocidio» y pidiendo que Netanyahu terminara declarando en la Corte Penal Internacional.
Tal fue el malestar que provocó en Israel que su propia embajada emitió un comunicado en el que acusaba a parte del Gobierno español de «alinearse con el terrorismo de Hamás», causando un choque diplomático entre ambos países que si bien ha quedado resuelto tras un comunicado de Exteriores en el que tachaba estas acusaciones de «falsedades» no parece haberse olvidado.
Ahora el presidente del Gobierno mantiene un perfil discreto en la mediación del conflicto. Sánchez defendió en Egipto su propuesta para el reconocimiento de los dos Estados y el cese de la violencia, aunque la cumbre finalizó sin acuerdos y sin una condena específica que sirva como primer ladrillo para una futura paz. En su encuentro con Abbas, el mandatario explicó que le había trasladado «el apoyo y la solidaridad con el sufrimiento de la población en Gaza» y anunció el aumento en los envíos de ayuda humanitaria. Mientras, la ministra Belarra insistía en la necesidad de pararle los pies a un Netanyahu que por el momento no espera reunirse con un dirigente español.
