Radiografía del odio político en Cataluña: las mujeres de 59 a 68 años detestan a la derecha
El CIS catalán asegura que las señoras de la generación ‘baby boom’ y X guardan antipatía a las personas de derecha
La encuesta también muestra una mayor desafección hacia el independentismo entre los jóvenes. | Ilustración: Alejandra Svriz
El odio político en Cataluña es unidireccional, de izquierda a derecha, y se acentúa en las mujeres baby boomers (que tienen entre 59 y 68 años) y de la generación X (entre 39 y 54). Así se desprende de la encuesta presentada este jueves por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat (CEO), el CIS catalán. El 48% de las sexagenarias admite detestar a la gente de derechas, un odio que no comparten por las personas de izquierdas (5%) o separatistas (17%), pero que sí profieren hacia las que defienden la unidad de España (39%).
La Generación X -las nacidas entre 1965 y 1980- también expresa un particular odio hacia la derecha sociológica. En una escala del 0-10, las mujeres que rondan la cuarentena muestran una simpatía del 2,9 hacia las personas de derechas, así como un 3,8 a quienes defienden la unidad nacional. Esta cifra se dispara hasta el 6,3 en caso de personas de izquierdas o hasta el 5,6 en caso de nacionalistas.
Curiosamente, quienes más simpatía muestran hacia PP y Vox en la región catalana son la generación Z entre los varones y la generación silenciosa entre las mujeres. Es decir, los más jóvenes y las más mayores. Pero aún así suspenden. Entre los chavales de entre 8 y 23 años, la derecha sociológica obtiene un 4,2 de simpatía, la misma calificación que entre las señoras de entre 77 y 94 años.
Esta inquina hacia la derecha se materializa, por ejemplo, en los ataques que la entidad juvenil y constitucionalista ‘S’ha acabat!’ lleva padeciendo en los últimos años, siendo escoltados este mismo mes de octubre por los Mossos d’Esquadra después de que un grupo de radicales separatistas les impidiera montar una carpa informativa en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).
Esto, además, lo explica Jonathan Haidt en La mente de los justos. Por qué la política y la religión dividen a la gente sensata. Esta explica que la derecha entiende mejor a la izquierda que la izquierda a la derecha. Esto es, que es mucho más fácil para un derechista adivinar lo que pensará un izquierdista sobre un determinado dilema moral que para un izquierdista adivinar lo que pensará un derechista sobre ese mismo dilema. Y ese desconocimiento lleva, en ocasiones, al odio.
Desafección independentista
La última entrega del CIS catalán también muestra que la generación X -los nacidos entre 1997 y 2012- está muy alejada de los postulados independentistas. Como informó THE OBJECTIVE, no hay relevo generacional. De hecho, solo el 23% de los jóvenes entre 16 y 26 años apuesta por un estado independiente como forma de relación entre Cataluña y el resto de España, frente al 34% de los baby boomers o el 32% de la Generación X que prefieren esta opción.
Estas dos últimas son las generaciones de los nacidos entre 1946 y 1980, a las que pertenecen los líderes del procés tanto en los partidos como en las entidades separatistas. También muchos de los manifestantes que han acudido a las convocatorias que entre 2014 y 2017 impulsaron la escalada que derivó en el golpe de Estado.
Entre los más jóvenes, la opción mayoritaria es la que apuesta por una Cataluña que continúe como comunidad autónoma (29%), seguida por la indiferencia del «no sabe/no contesta» (28%). La fórmula autonómica también es la preferida de la generación silenciosa (33%), la de los mayores de 78. La opción de un estado federal también cae entre los más jóvenes, que es la generación en la que recibe más apoyo la opción de Cataluña como una región de España (9%), una opción minoritaria en todas las franjas de edad.
Menos movilizados
Millenials -nacidos entre 1981 y 1996- y generación Z son también las franjas que menos han participado en las movilizaciones independentistas -a excepción de la silenciosa-. Un 33% de los jóvenes afirma haber participado en las marchas del procés frente al 47% de los boomers que asegura haberse implicado, así como el 40% de la generación X. Los que declaran haber participado en esas movilizaciones son, además, que los que abogan por la independencia de Cataluña.
La generación Z es además la única en la que la independencia no es el mayor factor de movilización, superada por las movilizaciones feministas. Una diferencia que se multiplica al desglosar las respuestas entre hombres y mujeres. El 50% de las menores de 26 ha participado en movilizaciones feministas, por un 31% que lo ha hecho a favor de la independencia.
Paradójicamente, a pesar de esa menor participación, los jóvenes son los que más confían en la utilidad de las protestas sociales. El 75% de la generación X cree en su eficacia, frente al 57% de la generación silenciosa, la que creció en el franquismo. Por contra, los millenials son el grupo con un consumo más politizado. Es decir, la que en mayor medida compran o deja de comprar productos por motivos políticos.
