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El pacto PSOE-Junts se atasca: Puigdemont rechaza ver a Santos Cerdán durante tres días

El número tres del PSOE seguirá en Bruselas «sine die» hasta cerrar la amnistía, que se ve ya «imposible» esta semana

El pacto PSOE-Junts se atasca: Puigdemont rechaza ver a Santos Cerdán durante tres días

El secretario de Organización del Partido Socialista, Santos Cerdán y el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, reciben a la diputada de Junts, Miriam Nogueras. | Europa Press

El secretario de organización del PSOE, Santos Cerdán, continúa en Bruselas y allí permanecerá «sine die» hasta que logre cerrar el acuerdo político con Carlos Puigdemont, según fuentes socialistas consultadas por THE OBJECTIVE. Tras un primer encuentro celebrado entre ambos hace una semana, el número tres del PSOE se desplazó a la capital comunitaria el fin de semana para intentar poner negro sobre blanco el pacto político que se decía «inminente» desde el pasado jueves. Fuentes socialistas explican que Cerdán lleva tres días, desde el sábado, intentando una nueva reunión con Puigdemont, a lo que se ha negado el expresident fugado de la justicia. 

El entorno de Puigdemont se ha afanado en aclarar que «no ha habido reunión presencial con el PSOE» y que «sólo se han intercambiado documentos». Pero no será porque Cerdán no lo haya intentado. Mientras Puigdemont sí ha querido recibir al prior del Monasterio de Montserrat, ha dado largas al número tres del PSOE, que «ha estado negociando con su equipo hasta la madrugada». Las fuentes socialistas consultadas aseguran que los contactos no son superficiales sino que todavía se concentran en la negociación de la exposición de motivos de la futura ley de amnistía. 

Un texto «crucial» porque Puigdemont quiere que el redactado de la norma permita que la amnistía se aplique sobre su núcleo duro: la presidenta de Junts, Laura Borrás, su abogado y negociador, Gonzalo Boye, y el jefe de gabinete, José Luis Alay, todos imputados por delitos relacionados con corrupción política. Una exigencia que genera una discrepancia con ERC que amenaza con tumbar la inclusión de casos que «no estén vinculados con la independencia». 

PSOE duda sobre la exigencia de Puigdemont

Sin embargo, el PSOE no descarta de forma tajante que pueda aceptarse esa exigencia si la investidura de Pedro Sánchez depende de ello. Fuentes socialistas creen que «llegados a este punto, si tenemos que aceptarlo para que haya gobierno, habrá que hacerlo». Porque, en caso de que se frustraran las negociaciones y se produjera una repetición electoral, «estamos muertos», confiesan desde el PSOE ante la constatación de que «hemos llegado demasiado lejos».

Frente a la versión de los últimos días cuando Ferraz sostenía que el acuerdo político estaba «cerrado» y sólo quedaban «flecos» o «detalles menores», fuentes cercanas a Cerdán admiten que la negociación sobre contenía. «Seguimos negociando y hay avances», sostienen al tiempo que confiesan que todavía están «mirando el acuerdo político y quedan cosas por perfilar». Un nuevo peinado de la norma en construcción sobre la amnistía en el que se está mirando con lupa «donde ponemos la coma y, en función de esto, si cambian los beneficiados de la amnistía», habida cuenta de que la ley no puede contener nombres de personas concretos porque las leyes no pueden hacerse ad personam.  

«Esta semana ya es imposible» 

Fuentes gubernamentales y parlamentarias coinciden en destacar que esta intención de Junts de «afinar para que no  que no quede nada suelto» es lo que está retrasando el anuncio del acuerdo y, en consecuencia, la fecha de la investidura. Según fuentes de Moncloa, el calendario previsto se ha vuelto a truncar por la intención de Puigdemont de llevar al límite las negociaciones y «esta semana ya es imposible» celebrar la sesión antes del Congreso del Partido Socialista Europeo (PES) en Málaga

Ante las constantes revisiones de su hoja de ruta, Gobierno y PSOE evitar ahora pillarse los dedos: «Ya no trabajamos con fechas». Aunque la opinión mayoritaria es que la investidura de Pedro Sánchez se celebrará ya en la semana del 13 de noviembre, con la esperanza de que sea en la primera recta de la semana para evitar que la escalada de nervios y presión sigan minando la moral del PSOE. En el núcleo duro de Pedro Sánchez no son especialmente optimistas en cuanto a los plazos porque Junts no es el único que quiere tensionar la negociación.

«Aquí todos quieren ser el ultimo en firmar. Junts quiere ser el último pero también PNV y ERC», porque eso refuerza su peso en la negociación como llave de la gobernabilidad. Pero aunque todavía quedan 20 días para la disolución de las Cortes, 15 reales como tope para anunciar y firmar un acuerdo, el Gobierno confía en que habrá investidura porque nadie se puede permitir reventar el acuerdo «habiendo llegado hasta aquí».

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