La ministra de Igualdad se desmarca de Irene Montero y apoya al feminismo clásico
Ana Redondo marcha este sábado con el Movimiento Feminista de Madrid, y Unidas Podemos lo hace con la Comisión 8M
La primera decisión de Ana Redondo como ministra de Igualdad supone toda una declaración de intenciones: prepara un cambio en el posicionamiento del gabinete con respecto al feminismo clásico, orillado durante la pasada legislatura por Irene Montero. Así es que asistirá a la manifestación que estas han programado para este sábado, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer, a las 12 horas en Madrid.
Redondo irá junto a otras compañeras del PSOE a la marcha convocada por el Movimiento Feminista de Madrid, que es abolicionista y contrario a la ley trans. La nueva responsable de Igualdad se inclina en una de sus primeras acciones por respaldar una de las dos corrientes en las que se encuentra dividido el feminismo en España, ya que la Comisión 8M, que marcha a las 18 horas, apoya la «autodeterminación de género» y tiene una posición más ambigua con respecto a la prostitución. A esta acudirá Irene Montero junto al que fue su equipo como ministra. Entre ellas, Victoria Rosell y Ángela Rodríguez Pam.
Así, la división del feminismo volverá a evidenciarse este 25-N. El enfrentamiento entre ambas corrientes es evidente. El Foro de Madrid ha denunciado el «intento de boicot» de la Comisión 8M, que envió un minuto antes (a las 00.01 horas del 26 de octubre) a la Delegación del Gobierno su intención de marchar por la Gran Vía hasta la Plaza de España, usurpando el recorrido y horario que las feministas clásicas adoptan cada año. Estas denuncian «una estrategia de quienes buscan hacerse con el control de las movilizaciones sociales de las mujeres».
El año pasado, ambas corrientes ya celebraron separadas el 25-N, pero fue el movimiento considerado como feminismo más clásico el que acaparó la atención de la marcha principal en Madrid. Así, bajo el lema El machismo mata, viola, explota y borra a las mujeres, ¡Basta ya!, la marcha arrancó a las 18.30 horas desde la confluencia de las calles Alcalá y Gran Vía y terminó en la Plaza de España. Miles de personas marcharon entonces al grito de «Irene Montero, dimisión».
El PSOE, incluidas varias ministras, acudió a la manifestación convocada por estas organizaciones que ya en 2021 había lanzado lemas en contra ministra, como «No se ve, dónde está, la ministra de Igualdad», «nuestra ministra no es feminista», o «ser mujer no es un sentimiento», esta última en relación a la ley trans.
Redondo mantiene así la tradición del PSOE de acudir a la marcha convocada por el Movimiento Feminista de Madrid, que tradicionalmente era la principal en la capital y se celebraba por la tarde, ya que la Comisión 8M solía hacer hasta ahora concentraciones por barrios. Sin embargo, este año, la Comisión 8M ha decidido convocar una manifestación unitaria en Madrid a la hora a la que tradicionalmente la celebraba el Movimiento Feminista, que al ser sábado, ha preferido no hacer su marcha coincidente y llevarla a acabo al medio día.
La nueva ministra de Igualdad
La nueva ministra de Igualdad tiene la ardua labor de reconciliar a su Ministerio con el feminismo clásico, después de una legislatura pasada en la que se rompieron todos los puentes como consecuencia de la aprobación de la ley trans. Este es un primer paso en la dirección correcta, pero el camino es largo.
Por lo pronto, las feministas clásicas, aglutinadas en la Alianza Contra el Borrado de las Mujeres, son reacias. Estas criticaron el pacto de gobierno entre PSOE y Sumar, y lo calificaron como «muy decepcionante para las políticas vinculadas a los derechos humanos de las mujeres» por «la ausencia total de políticas para combatir de manera eficaz la explotación sexual y reproductiva de las mujeres», en referencia a la prostitución y a la gestación subrogada.
También denunciaron «el uso de tretas lingüísticas para avanzar en la agenda transgenerista, que sí se ve reforzada con medidas tendentes a cuestionar y penalizar la libertad de profesionales sanitarios, psicólogos y otras áreas especializadas en la evaluación, desde criterios estrictamente profesionales, de los casos de disforia de género». Así las cosas, el equilibrio que habrá de mantener Ana Redondo entre sus socios de gobierno y las feministas clásicas es complicado.
El Consejo Nacional de Mujeres y Menores Resilientes de la Violencia de Género de España también ha expresado sus reticencias. Su portavoz, Elena del Pilar Ramallo, ha solicitado a la nueva ministra que «vuelva a las mujeres y a las víctimas de violencia machista», ya que «la legislatura pasada ha sido de las peores en cuanto a ninguneo, abandono y decisiones, que han constado dolor y muerte».
«Hoy 25-N exigimos a la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que nos reciba de inmediato, se inicie una nueva etapa, y las personas con responsabilidades en la lucha contra la violencia machista sean personas con formación solvente, conocimientos específicos sobre la realidad que vivimos y sensibilidad para con nuestros problemas», solicita Ramallo, que recuerda que «hay que adoptar profundas reformas» en las políticas de igualdad.