El Senado retira el polémico logo de su web y redes sociales tras gastarse 12.000 euros
La Cámara Alta prescinde de su nueva imagen institucional a las 48 horas tras las críticas dentro del PP
Ni rastro del nuevo logo. El Senado ha prescindido a las 48 horas de su nueva imagen corporativa en la página web y sus cuentas oficiales en X (la antigua Twitter) e Instagram, a raíz de la polémica surgida el miércoles por el cambio en la imagen institucional y tras gastarse 12.000,78 euros (IVA incluido) en un contrato menor adjudicado al estudio gráfico Interletraje en febrero de este año, cuando el presidente de la Cámara Alta era el socialista Ander Gil.
El revuelo provocado por la decisión de la Mesa, controlada en la actualidad por el Partido Popular, de cambiar justo ahora el logotipo ha llevado a la institución dirigida por Pedro Rollán a retirar de la web el polémico emblema en rojo y blanco con la fachada del hemiciclo en la madrileña calle de Bailén, así como de X e Instagram, las redes sociales más visitadas.
Así las cosas, el avatar con el viejo escudo sigue apareciendo en cada tuit que lanza el Senado como si no hubiera pasado nada. La única excepción se produce en el canal de YouTube, el menos visitado y donde al cierre de esta edición aún se mantenía el nuevo logo —ver abajo—.
El manual de la nueva imagen institucional, elaborado por el propio Senado, incluye cuatro opciones con el nuevo logo para colocar en la página web, intranet y redes sociales. «La imagen de perfil de las redes sociales, así como la de la cabecera de la página web y la de la intranet del Senado utilizarán el logotipo en cualquiera de sus formas o versiones. El uso preferente será la combinación de colores gules y blanco, si bien es posible realizar adaptaciones con motivo de efemérides u otras de tipo creativo», se indica en su página 52 —leer abajo—. Por el momento, tanto la web como las redes sociales hacen caso omiso a las recomendaciones.
El Senado empezó a trabajar en la actualización de su imagen institucional «a finales del año 2022», según fuentes parlamentarias consultadas por THE OBJECTIVE. El objetivo que se marcó Gil fue «adaptarla a las nuevas formas de comunicación digital y audiovisual». Por ello, se ideó un nuevo escudo que se añadiese al ya existente, que data de los años noventa, con «otra nueva imagen» que reprodujese el hemiciclo.
El contrato menor se adjudicó el pasado 8 de febrero de este año a Interletraje, una empresa de diseño gráfico especializada en el branding o imagen de marca, con casi veinte años de existencia y dirigida por Antonio García Vázquez. El Senado se decantó por esta opción tras recibir tres ofertas en la fase de licitación. El trabajo llegó a la Cámara Alta antes de la disolución de las Cortes y la celebración de los comicios generales del 23-J, pero el PSOE evitó llevarlo a la Mesa para su definitiva aprobación.
Fuentes del sector subrayan a este diario que el precio pagado no es excesivo, pues hay que quitarle el IRPF a los citados 12.000 euros, pero muestran su extrañeza por el anuncio de que ambos logos se usarían «simultáneamente» al ser tan diferentes. Además, reconocen que «no es un buen momento para hacer un cambio» de estas características debido a la polarización existente y la tensión política. El líder de Vox, Santiago Abascal, tildó la iniciativa de «maldita broma» cuando saltó la polémica.
Este embrollo con el logotipo de la Cámara Alta ha provocado gran malestar dentro del PP, al pasarse de un escudo con la corona real que unifica los reinos de Castilla, León, Aragón y Navarra, a un dibujo del edificio del Senado de color rojo y con un tipo de letra «destinado a reducir el estrés visual» y mejorar el rendimiento de la lectura.
Las excusas de Rollán y su vicepresidente segundo, Javier Maroto, con los suyos, en el sentido de que era una iniciativa puesta en marcha por el anterior presidente, el socialista Ander Gil, no consiguieron templar los ánimos de senadores, diputados y cargos orgánicos del PP consultados por THE OBJECTIVE.
«Ha sido un error, en un momento crítico, quitar algo que simboliza España», subrayó un senador popular, mientras que un diputado veía «alucinante» que «en un momento que hay que defender la permanencia de los símbolos, se haga esto». La indignación interna ha surtido efecto, según las fuentes parlamentarias, porque se ha hecho borrón y cuenta nueva en apenas 48 horas.