El clima y la inmigración centrarán el debate electoral en las europeas, según un estudio
España es uno de los países encuestados por el ECFR que menos preocupación demuestra por el tema migratorio
Las próximas elecciones europeas, que se celebrarán en junio, ya no se decidirán según el eje derecha-izquierda, progresistas y conservadores o euroescépticos y eurófilos, sino que se centrarán en las propuestas inherentes a temas como la inmigración y el clima. Un sondeo publicado por el think tank European Council on Foreign Relations (ECFR) revela que, tras entrevistar a más de 15.000 ciudadanos en 11 países, las «tribus» que manifiestan su principal preocupación por las cuestiones medioambientales y por los asuntos migratorios lograrán centrar el debate político.
«Las elecciones europeas no serán sólo una competencia entre izquierda y derecha -euroescépticos y proeuropeos-, sino también una batalla por la supremacía entre las diferentes tribus en crisis de Europa. Muchos votantes se centrarán en impedir el regreso de su propia crisis», reza el documento publicado el pasado 17 de enero. Y subraya: «En las próximas elecciones al Parlamento Europeo, es poco probable que la covid-19, la economía y Ucrania sean temas clave de movilización. Las crisis climática y migratoria dominan los titulares y tendrán especial influencia en la forma en que la gente vota». Este es el vaticinio del centro de estudios, que también incluye cuestiones como la crisis económica, la guerra en Ucrania y la pandemia como otros elementos relevantes del debate político.
El ECFR es un centro de estudios conocido en el ámbito comunitario que tiene entre sus objetivos elaborar análisis que puedan influir en las políticas comunitarias. En su informe, el think tank sostiene que la dicotomía entre clima e inmigración se convertirá en el nuevo cleavage (el punto de división) electoral europeo. Los investigadores llegan a esta conclusión tras realizar 15.000 entrevistas en once países europeos: Dinamarca, Estonia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Polonia, Portugal, Rumania, España, y Suiza.
Cinco ‘tribus’
Los investigadores del ECFR dividen el grueso de la sociedad europea en «cinco tribus», relacionadas a las principales preocupaciones ciudadanas: cambio climático, situación económica, inmigración, pandemia y guerra en Ucrania. Pero son sobre todo la de la inmigración, que califican de más euroescéptica, y la ecologista, más proclive a la integración, que destacarán en los debates electorales.
Esta es la conclusión a la que llegan los autores del informe del ECFR: «Es probable que el clima y la migración den forma a las elecciones de este año, como lo sugiere el reciente resultado de las elecciones generales en los Países Bajos, que colocaron a un partido antiinmigración en cima a las encuestas y a la alianza de izquierda pro-clima encabezada por Frans Timmermans en segundo lugar».
Así reza el documento: «La tribu climática es la tribu más pro-UE. La naturaleza de esta crisis exige una amplia cooperación internacional, por lo que esta tribu bien podría considerar a la UE como más capaz de implementar acciones climáticas que los estados nacionales. A diferencia de la tribu climática, los miembros de la tribu migratoria tienden a ser más escépticos con la UE. Son el único grupo en el que hay una mayoría que espera que el bloque se desmorone en los próximos 20 años. Es más probable que sus miembros voten por partidos de derecha o de extrema derecha».
Aun así, según el estudio, también las corrientes más críticas con la inmigración han evolucionado a lo largo de los últimos años. Y a diferencia de sus postulados iniciales, los esfuerzos de la Unión Europea han sustraído a estos sectores parte de su argumentación. «La emergencia climática ha sido tradicionalmente la causa liberal europea por excelencia (…) Ahora, sin embargo, el clima está siendo ‘renacionalizado’, a medida que una reacción verde se convierte en un poderoso grito de guerra para la derecha antisistema. (…) La migración, por otra parte, solía ser la causa nacionalista fundamental, pero las instituciones de la UE y los gobiernos proeuropeos ahora están europeizando la cuestión. El establishment de la UE lo ha adoptado en un esfuerzo por encontrar una solución europea compartida, en particular mediante la adopción de una política europea común de migración y asilo».
Migración y agenda política
Estas conclusiones confirman el hecho de que la cuestión migratoria se ha convertido en muchos Estados en uno de los asuntos centrales de la agenda política. En Italia, Francia y Alemania, por ejemplo, los partidos llevan años confrontándose al respecto. En los tres países existen formaciones que proponen medidas duras para abordar el asunto. En España, en cambio, la cuestión migratoria hasta ahora no ha centrado el debate político. Al menos hasta el pasado 10 de enero, cuando el Gobierno de Pedro Sánchez negoció el apoyo de Junts per Catalunya a dos decretos a cambio de ceder las competencias de inmigración a la Generalitat.
Sobre este punto, que todavía se debe concretar, se ha detectado malestar entre los socios de gobierno de Sánchez, puesto que la izquierda de Sumar considera que Junts plantea un discurso «racista». El cambio en la brújula política es, sin embargo, palpable. Prueba de ello es que, como publica este diario, también el PSC está estudiando cómo enfocar la cuestión, intentando evitar que se convierta en un eje de la campaña pero ampliando ese concepto al de seguridad tout court.
España es un país que tradicionalmente no tiene problemas con la inmigración, aunque estudios centrados en datos regionales revelan que en Cataluña, por ejemplo, sí que existe un porcentaje notable de ciudadanos que manifiesta su preocupación. Un sondeo publicado en este mes de enero por Metroscopia sostiene que tan solo uno de cada tres encuestados en Cataluña aprueba las políticas migratorias puestas en marcha por el Govern. Casi el 57% de los catalanes cree, además, que el número de migrantes que llegan a Cataluña es «excesivo».
Aun así, España destaca como el país que menos se ve afectado por la cuestión migratoria, según la encuesta del ECFR. Tan solo el 10% de los encuestados españoles considera que a lo largo de los últimos diez años ha cambiado su voto por el tema migratorio. Mientras que un 34% considera que la pandemia ha sido el factor que más ha condicionado su elección política. Dos de cada diez se decantan por la situación económica y la cuestión climática. Por otro lado, los españoles son el grupo de encuestados que menos importancia da al conflicto en Ucrania, tan solo un 6%.