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El nacionalismo ya fijó en 2014 las fronteras y la inmigración como claves para un nuevo Estado

Artur Mas planteó delegar el control a los Mossos, crear centros de acogida y consulados para entregar visados

El nacionalismo ya fijó en 2014 las fronteras y la inmigración como claves para un nuevo Estado

Carles Puigdemont comparece frente a Pedro Sánchez en el Parlamento Europeo | Efe

El independentismo catalán lleva años, concretamente diez, planteando el control fronterizo y de migración como prioritario para la construcción de un nuevo Estado. El libro blanco que la Generalitat encargó en la época de Artur Mas, y que recupera este martes THE OBJECTIVE, ya auspiciaba la necesidad de controlar las fronteras a través de los Mossos d’Esquadra, así como la creación de «un servicio de administración de la inmigración» a través del «traspaso o la incorporación del personal radicado en Cataluña que hoy depende del Estado». Los expertos encargados por Mas también hablaron de la creación de centros de acogida controlados por la Generalitat y la posibilidad de emitir visados a través de una colaboración directa con la UE.

Esta política fronteriza se entendió entonces como un eje para afianzar una nueva entidad administrativa. Y esta vocación se enmarca con las exigencias de Carles Puigdemont a Pedro Sánchez, a pesar de que el Ejecutivo intente reducir la magnitud del pacto alcanzado la semana pasada, del que se desconocen los pormenores. Sobre el pacto entre Pedro Sánchez y Junts per Catalunya inherente a la cesión (o «delegación») de competencias en materia migratoria a la Generalitat, de hecho, existe todavía poca información.

El Gobierno sostiene que en ningún caso se cederán competencias estatales, como el derecho a expulsar migrantes, tal y como amagan los dirigentes del partido de Puigdemont. Pero sí apuntan a «delegar» algunas funciones que desempeña el Estado. Pero ¿exactamente cuáles son? Desde Junts insisten en que el Gobierno de Sánchez ha firmado un papel (su contenido se desconoce) que tendrá que cumplir si no quiere que los de Puigdemont dinamiten la legislatura. Y hablan de una cesión de competencias en materia de inmigración que debe ser «integral».

Los Mossos en las fronteras

El tema migratorio y el control fronterizo, sin embargo, forman parte de la estrategia nacionalista desde hace años. En 2014, el conocido como libro blanco de la transición nacional de Cataluña ya abordaba el tema de que los Mossos tuvieran un papel destacado en el control de las fronteras, tal y como ahora pide Puigdemont. En esa época, Mas lideraba el gobierno regional y entregó a un grupo de expertos la redacción de dicho documento, en pleno desarrollo del procés independentista que acabó con la celebración del referéndum del 1-O y la declaración unilateral de independencia. 

El libro blanco para la Transición nacional de Cataluña

Así rezaba este informe redactado por un equipo de presuntos expertos y juristas: «Habría que crear dos servicios administrativos: un servicio de control fronterizo, que haga cumplir la normativa europea de acceso a la Unión, y un servicio de administración de la inmigración, que gestione los flujos migratorios, tanto en relación con personas de los Estados miembros de la UE como de países terceros».

Centros de acogida y visados

El documento, que ahora recoge este diario, insistía: «En el primer caso, se podrían crear nuevas unidades de los Mossos d’Esquadra que asumieran el control de las fronteras exteriores y reforzar la capacidad policial para asumir funciones de lucha contra la delincuencia organizada, el terrorismo y el tráfico de drogas. En el segundo, se podría intentar el traspaso o la incorporación del personal radicado en Cataluña que hoy depende del Estado».

Los expertos proponían «crear centros de acogida de inmigrantes, de solicitantes de asilo y de víctimas de tráfico
de seres humanos», además de designar el «punto de contacto nacional con Eurojust (Agencia Europea para la Cooperación Judicial)». Los nacionalistas, en definitiva, aspiraban (y posiblemente siguen haciéndolo) a crear un contacto directo con las instituciones europeas en materia migratoria, que prescindiera de la administración estatal. A la vez, incidía en la necesidad de «crear una red consular catalana para tramitar y emitir visados».

En cuanto al planteamiento de los independentistas sobre migración, Junts reclama más competencias para la Generalitat para disputar a la nueva formación de extrema derecha Aliança Catalana un discurso más duro sobre los inmigrantes. Como desveló THE OBJECTIVE en sendas exclusivas, Junts planteó ese traslado de competencias en la primera reunión en Suiza a la que acudió el socialista Santos Cerdán. Y que el objetivo de la Generalitat es tener más control de las entradas y expulsiones de los migrantes

El expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas
El expresidente de la Generalitat de Cataluña Artur Mas

Ante la incertidumbre generada por las promesas de Sánchez al independentismo, el documento Libro blanco de la transición nacional de Cataluña revela que el control fronterizo formó parte ya desde el año 2014 de una de las prioridad del procés. Y este informe, así como sus reivindicaciones, podrían seguir sobre la mesa de los políticos de Junts en su exigencias de pacto con Sánchez.

De allí que, aunque el Ejecutivo se limite a negar cualquier tipo de cesión, y no detalla cuál es el acuerdo alcanzado con Puigdemont, las reclamaciones de Junts no se pueden limitar simplemente a la pugna electoral en la derecha catalana sobre las cuestiones migratoria. Sino también a una vocación claramente separatista, que los expertos consultados por la Generalitat ya pusieron en negro sobre blanco hace exactamente diez años.

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