Encuestas internas hunden al PSdeG a los 11 escaños y disparan al 30% la fuga al BNG
Los últimos ‘trackings’ evidencian un crecimiento «estratosférico» de Pontón, mientras Besteiro «no remonta»
Pedro Sánchez en un mitin en Orense. | Efe
Besteiro no remonta. El PSOE no ha conseguido frenar aún la tendencia a la baja de su candidato a la Xunta de Galicia, José Ramón Gómez Besteiro. Ni siquiera los sondeos internos maquillan la realidad incontestable que se detecta en Galicia: el crecimiento imparable del BNG está hundiendo el suelo de un PSOE, que no es capaz de frenar la fuga de voto a los nacionalistas gallegos. Según las fuentes consultadas por THE OBJECTIVE, los sondeos internos rebajan aún más las malas proyecciones de la semana pasada, situando al PSdeG en los 11-13 escaños. Hace apenas cinco días, la estimación de voto para el PSOE era de un parlamentario más en ambas partes de la horquilla, 12-14. La fuga de voto aún no se ha logrado taponar y en Ferraz temen, por primera vez, que se cumplan los presagios del CIS de Tezanos y su candidato a la Xunta rebaje los dos dígitos de representación, con nueve escaños.
El plan previsto era que el desembarco del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y un gran número de ministros y dirigentes socialistas desde hace un mes, sirvieran para frenar ese trasvase y movilizar al votante progresista, en la confianza de que ello les permitiera al menos mantenerse en los 14 escaños. Pero, por ahora, el plan ha fracasado y el PSdeG trasvasa más de un 30% de su caudal de voto al BNG. Algunos se atreven a hacer comparaciones peligrosas con lo ocurrido en Madrid en 2021, cuando el hundimiento de Ángel Gabilondo en favor de Mónica García, sostenido durante toda la campaña electoral, se mantuvo hasta que los trackings internos en la mañana del sábado dieron la sorpresa del sorpasso de Más Madrid al PSOE. En esta ocasión, el rival del PSdeG tiene consolidada la segunda plaza desde hace años, pero la sorpresa puede llegar por el techo del BNG, el suelo del PSOE o la movilización del votante de izquierdas.
La sorpresa de los trackings
La comparación con el escenario madrileño se fundamenta en el desiderátum de que existe una «ventana de oportunidad real», por la ajustada victoria del PP. En las encuestas internas socialistas, el candidato popular, Alfonso Rueda, se sitúa en los 37-39 escaños. Todo pende de un hilo y éste, a su vez, de la participación electoral. En provincias como La Coruña y Lugo, los socialistas aseguran que podrían ganar un escaño por apenas mil votos. Y para ello es clave el colofón de la campaña, la recta final en la que Moncloa y Ferraz echarán el resto para «garantizar los restos». Pedro Sánchez participará este jueves en un mitin en La Coruña y el viernes, en el cierre de campaña, en Santiago de Compostela, arropando a su candidato.
Todos dan por descontado que el candidato Besteiro obtendrá el mayor fracaso histórico del PSOE, que no repetirá los 14 escaños que obtuvo Gonzalo Caballero en julio de 2020 sin el favor del Gobierno y la cúpula del partido. Pero no dan la batalla por perdida. La tabla de salvación de Besteiro, apuesta personal de Sánchez, es la suma de BNG y PSdeG. Esa es la sorpresa que esperan detectar los trackings de aquí al domingo y lo que explica la petición a la concentración del voto útil al BNG.
Fuentes socialistas admiten a este periódico estar atónitos ante el crecimiento «estratosférico» del BNG, no tanto en términos cuantitativos como cualitativos. La candidata del Bloque, Ana Pontón, registra una estimación de 25-26 escaños en sus sondeos pero crece «en todos los sectores, los jóvenes, por supuesto, pero también en las mujeres, los pensionistas». El BNG demuestra ahora una fortaleza «en ámbitos que antes no les eran favorables», tanto en el voto rural como urbano, y habiendo logrado dar el salto cualitativo en una formación nacionalista que aspira a la hegemonía territorial: «Ha sabido arrastrar a la burguesía gallega al bloque nacionalista».
Gana quien menos pierde
Por eso, la clave es hasta dónde puede llegar el techo del BNG, si es que lo tiene. Demostrado que Besteiro no tira, el PSOE apuesta por la concentración del voto útil que permita maximizar las papeleta progresistas en la urna del próximo domingo. Según los estrategas socialistas, en un escenario de empate entre los bloques de izquierda y derecha, la clave es «qué porcentaje de voto se pierde y quién rentabiliza mejor sus apoyos». En el bloque de la izquierda, Sumar apenas supera el 3% de intención de voto y Podemos no llega al 0,5%. Y en el de la derecha, Vox registraba hace unos días un 2,5%. Al no obtener ninguna de ellas el 5% que fija la barrera de entrada en el parlamento regional, el 3,5% de voto perdido en la izquierda superaría al 2,5% de la derecha.
Pero los socialistas creen que algo está cambiando, y que los errores de campaña de Alberto Núñez Feijóo en relación a sus conversaciones con Junts sobre los indultos o la amnistía puede dar alas a los de Santiago Abascal hasta el 4% de voto. Y frente a ello, la proyección de voto de Sumar y Podemos ha ido descendiendo de forma acusada desde el inicio de la contienda electoral, que estaría siendo fagocitado por el BNG. Según estas fuentes, si consiguen aglutinar en el BNG los votos de las dos opciones del espacio morado y evitar arrojarlos a la basura extraparlamentaria, «el vuelco sería posible». De momento, las encuestas internas del BNG sitúan a Sumar por debajo del 3% y a Podemos en el 0,5%, «y siguen bajando».
De ahí, la simbiosis electoral de dos socios potenciales que no trabajan en equipo pero sí en coordinación. Las fuentes de Moncloa y Ferraz consultadas por THE OBJECTIVE siempre han restado importancia al desplome del PSOE en Galicia en aras de un bien mayor: «Lo único que importa es desalojar al PP. El orden de los factores es lo de menos». Y aunque admiten que es una posibilidad algo remota, no hay pelota que el núcleo duro de Sánchez deje de pelear. La maquinaria electoral socialista está a pleno rendimiento, en favor del bloque, más que del partido, pero dejando claro que «no estamos trabajando para Pontón sino para Besteiro y no damos nada por perdido».
