Choque entre Colau y Díaz: quieren ocultar a Sumar y piden poca presencia de la gallega
Crece la desconfianza entre las dos políticas y en los Comunes aparecen grietas entre colauistas y yolandistas
Las relaciones entre Ada Colau y Yolanda Díaz están sufriendo cierto desgaste a medida que se acercan las elecciones autonómicas en Cataluña. El sector de los Comunes está dividido en dos: por un lado los que provienen de Iniciativa per Catalunya y por el otro los más afines a Colau. Estos últimos creen que Díaz se ha convertido en una «rehén» de dirigentes como Ernest Urtasun y Josep Vendrell, ambos provenientes del sector de los Comunes, pero que en este momento estarían trabajando para difuminar el poder de Colau. Los otros ya han avisado que no quieren injerencias de Sumar en la campaña electoral para las elecciones del 12 de mayo, según ha podido saber este diario. Y que quieren solo una presencia testimonial de Díaz en dicha campaña.
Colau y Díaz nunca fueron dos dirigentes muy afines. Solo el común objetivo de aislar a Podemos y a Pablo Iglesias las unió. Colau quería excluir a los afines a Iglesias de todo tipo de control territorial en Cataluña. Una vez arrinconado Podem (marca catalana de Podemos), Colau intentó imponer sus criterios en el entorno de Díaz. La presencia de personas de su confianza como Josep Vendrell en su gabinete debían demostrar esa influencia, aunque últimamente, tras la salida de Colau del Consistorio de Barcelona, crecen las voces que hablan de una conjura interna para debilitar a la exalcaldesa.
Colau ha rechazado la petición de Díaz de convertirse en cabeza de lista de las europeas para enfrentarse a Irene Montero. Por su parte, Díaz evitó secundar las amenazas de Colau para que Sumar dejara a Podemos sin dinero. Las amenazas de Colau irritaron profundamente a Podemos y el propio Pablo Iglesias intervino para criticar a la exalcaldesa de Barcelona. Poco después, los morados anunciaron su salida del grupo de Sumar, generando un cisma que ha debilitado profundamente a Díaz tanto a nivel parlamentario como ante Pedro Sánchez.
Tensión con el PSOE
La decisión de los Comunes de bloquear los presupuestos de Pere Aragonés, que ha desembocado en una convocatoria anticipada de los comicios, también ha dejado huella en Díaz. La ministra de Trabajo afrontó dos sesiones parlamentarias visiblemente desencajada, mostrando poco entusiasmo tras la aprobación de la amnistía y entrando al choque con los socialistas en un contexto de creciente tensión interna en el Ejecutivo. Algunos en Sumar ya hablan de posible repercusión en los equilibrios de poder en el Gobierno de no salir las cuentas en las próximas elecciones catalanas y europeas.
Aun así, en Sumar intentan rebajar la tensión. Sostienen que no existe un choque directo entre Díaz y Colau, y que la exalcaldesa de Barcelona sigue controlando el partido, sin injerencias desde Madrid. El papel de Jéssica Albiach, futura candidata de los Comunes a la presidencia de la Generalitat, lo demostraría. Albiach es considerada una «intocable», a demostración de que «todos saben que tienen que dejar en paz a Colau»: «Jéssica está tranquila en su puesto», argumentan.
En cuanto al choque con el PSOE, los de Sumar circunscriben la tensión a una postura ya de precampaña electoral. Según las fuentes consultadas ha habido «discusión», pero añaden: «A Yolanda le viene bien estar enfadada con el PSOE de cara a los eventos electorales».
Miedo al escenario gallego
Desde Cataluña, sin embargo, insisten en que la situación puede descarrilar. Y apuntan como prueba el hecho, que dan ya por definitivo, de que los Comunes no quieren que la marca Sumar aparezca en la campaña autonómica, y sobre todo que Yolanda Díaz no tenga protagonismo en ella. Temen una situación parecida a la de hace un mes en Galicia, cuando Sumar-Galicia pinchó bajo el liderazgo de una afín pata negra a Díaz, Marta Lois. Aquel 1,9% de votos sigue sobrevolando sobre la cabeza de Díaz como una espada de Damocles. Y los socios de la vicepresidenta empiezan a dudar de su verdadero tirón electoral, después de lo ocurrido en las generales del año pasado.
«Están nerviosos porque los datos electorales no son buenos», comentan en línea general miembros de los partidos que pretenden asociarse a Sumar. Se refieren concretamente a la bajada en los sondeos tras las elecciones gallegas. Como publicó este diario, en pocas semanas Sumar ha perdido unos dos puntos de media en varios sondeos, moviéndose ya por debajo del 10% de estimación electoral, algo que ha activado muchas alarmas internas. Cabe recordar que Iglesias y Unidas Podemos jamás bajaron de ese umbral, si se excluyen los primeros comicios europeos de 2014, cuando eran una formación emergente y no iban de la mano de Izquierda Unida.
Las elecciones autonómicas catalanas puedan convertirse en otra piedra en el zapato para la construcción del liderazgo de Díaz, según comentan varias fuentes consultadas de su espacio político. Queda por aclarar si la ruptura de la negociación presupuestaria con ERC fue un simple paripé -una «teatralización» en el marco de una operación dirigida a afianzar otro tripartit y debilitar a Junts- o un error estratégico de los Comunes.
Las fuentes consultadas tanto en Madrid como en Cataluña ofrecen versiones muy diferentes de lo ocurrido, pero ambas admiten que las relaciones entre Colau y Díaz no están en su mejor momento. Con el añadido de que, según algunos, Colau se estaría sintiendo «engañada» por Yolanda Díaz, y poco respaldada ante el veto de Jaume Collboni para un cargo de relevo en el Consistorio. Este rechazo del socialista puede haber sido el detonante de la ruptura con ERC y un elemento de tensión en una dinámica en la que Díaz aparece como una dirigente incapaz de controlar a los suyos, y a la vez impotente a la hora de ejercer la influencia sobre el PSOE.