Un primo de Pere Aragonès será el 'número dos' de Aliança Catalana por Barcelona el 12-M
La alcaldesa de Ripoll y lideresa del partido, Silvia Orriols, se presentará como cabeza de lista por Gerona
La familia Aragonès acudirá dividida a las urnas el próximo 12 de mayo. El primo pequeño del presidente de la Generalitat, Jordi Aragonès, será el número dos de la lista de Barcelona de Aliança Catalana, el partido que encabeza la alcaldesa de Ripoll (Gerona), Silvia Orriols, por lo que competirá con su primo Pere, a cuyo partido –ERC– acusó de «llevar 10 años sin cumplir lo que dicen», en una conversación con THE OBJECTIVE en la que desveló su parentesco.
Según ha publicado el diario ARA, Jordi Aragonès, que también ocupa el cargo dentro del partido de secretario de estudios y programas de Aliança Catalana, acudirá a las próximas elecciones catalanas como número dos por Barcelona, mientras que Silvia Orriols, la cara más conocida del partido, será la número uno por la provincia de Gerona. Precisamente, el pasado domingo la formación independentista, que destaca por su discurso antiinmigración, consiguió el número de avales necesarios para presentarse a las elecciones catalanas, superando el número previsto, al recoger el apoyo de más de 10.000 personas para su candidatura.
Coincidiendo con las elecciones municipales del pasado mayo, en las que Aliança Catalana logró ser la formación más votada en Ripoll, THE OBJECTIVE entrevistó a Jordi Aragonès, un historiador de 29 años, especializado en Historia Contemporánea y que trabaja como profesor en un instituto. El primo del presidente de la Generalitat destacó en su discurso el malestar de su formación con los partidos independentistas mayoritarios, a los que acusó de no ser independentista, ya que «llevan 10 años sin cumplir lo que dicen» y reafirmó su ideología «de derechas», aunque rechazando la de «extrema derecha».
En aquella ocasión, Aragonès sostuvo que «es un hecho» que el catalán está en peligro de extinción por la inmigración y por la poca voluntad del Estado de apoyar el idioma: «El Idescat refleja que solo el 35% tiene el catalán como lengua habitual. Está muy minorizada en su propio territorio. España no ayuda cuando promueve el 25% de castellano y Cataluña tampoco porque no afronta que tiene un problema con la inmigración». Y añadió que «con el franquismo el catalán estaba más vivo a nivel social aunque fuera perseguido», ya que, en su opinión, que hoy en día sea una lengua oficial «no implica que sobreviva». «Las leyes no lo son todo», explicó.
Admirador de Margaret Thatcher
Jordi Aragonès tiene a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher como referente político por su política económica y su «contundencia en defender sus ideas». «Siempre he sido nacionalista y de derechas. Pere [Aragonès], en cambio, desde pequeño ha sido de izquierdas y es coherente con su evolución», adujo.
Más allá de las diferencias políticas, los primos tienen buena relación: «Tenemos una relación correcta. Normal. Es cierto que desde que es presidente lo vemos menos. Pero es lógico».
Este militante de Aliança Catalana comparte las recetas de su partido para lograr la independencia de Cataluña y acabar con las tensiones inherentes a la cuestión migratoria: «Nuestro partido plantea una diferencia muy grande al resto en el tema de la inmigración y en el de la independencia».
Su líder más carismática, Sílvia Orriols, ha cargado contra los principales partidos de Cataluña por no combatir la islamización de Cataluña. La concejal en Ripoll ha acusado a ERC de alentar el velo islámico. Como informó este periódico, en las elecciones municipales de este domingo, Aliança Catalana ha logrado expandirse fuera de Ripoll, con otras dos candidaturas en Manlleu (Vic) y Ribera d’Ondara (Lérida).
Independencia unilateral
Aragonès también tiene claro que «la independencia unilateral es la única vía que hay» para lograr que Cataluña sea un estado independiente. Por esta razón, es tan beligerante con ERC, Junts y la CUP, a quien niega incluso la condición de independentistas: «No conozco sus pensamientos, pero los hechos sí. Después del referéndum del 1 de octubre no aplicaron nada. Y en todas las ocasiones posteriores que han tenido tampoco han cumplido. No hay voluntad».