Page reclama un pacto de Estado para evitar que Bildu sea determinante en España
El presidente de Castilla-La Mancha matiza que no pide una «exclusión total», pero sí que «nunca sean decisivos»
El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha reclamado este jueves un pacto de Estado entre los partidos constitucionalistas para evitar que EH Bildu sea determinante para decidir cuestiones sobre la gobernabilidad de España. García-Page ha planteado este pacto en declaraciones a los periodistas en Bruselas, donde protagoniza una agenda que incluye diversas reuniones, entre ellas en el Comité de las Regiones, con el comisario de Agricultura y con la presidenta de Extremadura, María Guardiola.
Después de que el candidato de EH Bildu a lehendakari, Pello Otxandiano, haya eludido calificar de banda terrorista a ETA, ha manifestado que él sería partidario de que EH Bildu no entre en negociaciones y menos aún influya en cuestiones sobre la gobernabilidad de España. Cuestión distinta, ha dicho, que puede ser que sume sus votos a una ley en concreto.
«Evidentemente, están en el Parlamento. No se trata -ha añadido- de una exclusión total, pero lo que me parece fundamental es que nunca sean decisivos, que no tenga que pasar toda la sociedad española por los escasos votos o diputados de formaciones que desean lo peor a la sociedad española».
Eso es lo que considera que pasa con EH Bildu y con los «independentistas radicales que utilizan los votos de los españoles para que nos hagamos daño -ha subrayado- a nosotros mismos». Por eso ha insistido en que a todos los que quiere acabar con el sistema de convivencia y mucho más a quienes además lo han intentado mediante la violencia «no se les puede dejar ser determinantes e influyentes».
«Pueden y deben participar en la vida democrática porque la Constitución que tenemos es muy abierta y muy incluyente, pero no pueden ser decisivos», ha reiterado incluyendo también específicamente entre las formaciones que no deberían ser decisivas a Junts. En consecuencia, ha abogado por «un auténtico pacto de Estado entre la izquierda y la derecha, entre los partidos constitucionalistas, para que quede claro que una cosa es participar en el debate político y otra darles la acción de oro, la llave de oro de la política española».