El País Vasco afronta sus primeras elecciones con los herederos de ETA como favoritos
El Partido Nacionalista Vasco confía en mantener el poder autonómico con el apoyo de los socialistas
«ETA mató para algo y ahora vivimos en ese algo». La frase del filósofo Fernando Savater, parafraseada por Paula Baena, nieta del comandante Jesús Velasco, asesinado por ETA en 1980, este sábado en THE OBJECTIVE, sirve como contexto. EH Bildu, formación política heredera de Herri Batasuna, brazo político de la banda terrorista, es la favorita para ganar las elecciones de este domingo en el País Vasco, superando al Partido Nacionalista Vasco (PNV) por primera vez en la historia.
Los abertzales comienzan a recoger los frutos de muchos años de trabajo en la sombra. Su pacto con el PSOE para facilitar el Gobierno de España, tildado de encapuchado por el pasado terrorista de sus dirigentes y por la opacidad del mismo, le ha reportado beneficios, siendo el principal su blanqueamiento e incorporación al bloque «progresista», como una formación democrática cualquiera. Los jeltzales (PNV) ya no son percibidos en su territorio como los conseguidores de prebendas en Madrid, y los jóvenes, principal nicho de los abertzales, apenas conocen la historia reciente en la región (muy pocos saben quién fue Miguel Ángel Blanco).
El leit motiv de la campaña, la negativa del candidato de EH Bildu, Pello Otxandiano, a reconocer a ETA como grupo terrorista y condenar sus crímenes, no ha tenido apenas efecto en sus expectativas electorales. Tampoco que la Audiencia Nacional haya reabierto la causa contra Arnaldo Otegi, el líder de la coalición proetarra, por el asesinato del directivo de Michelin en Vitoria Luis María Hergueta Guinea. De hecho, El Gordo, número dos en el organigrama de la banda en 1980, ha participado en los mítines electorales con absoluta normalidad, recibiendo vítores.
No parece haber funcionado, en definitiva, la rasgada de vestiduras de PSE y PNV ante las palabras de Otxandiano, como si EH Bildu no hubiese incluido terroristas en sus listas en las pasadas elecciones municipales, o como si alguna vez hubiesen condenado sin ambages el terrorismo de ETA. Alberto Núñez Feijóo, en el cierre de campaña del Partido Popular, afeó a socialistas y jeltzales que «se lleven las manos a la cabeza»: «Los habéis blanqueado durante años y ahora les tenéis miedo».
Lo único que podría mermar el buen resultado de Bildu es la escasa participación que se pronostica el 21-A. Conocedor de esta circunstancia, Otegi cerró la campaña apelando a la movilización de la extrema izquierda abertzale: «Llamo a apoyar la lista que puede ser hegemónica en estas elecciones y fortalecer a la izquierda independentista». Se ha dirigido además a los abertzales que no encuentran en el PNV ambición en términos nacionales: «No les pido el voto a EH Bildu, sino a la vieja nación vasca para que sea posible la suma entre abertzales».
¿PNV y PSE?
La suma entre abertzales parece que será suficiente para que EH Bildu salga victoriosa de los comicios vascos por primera vez, pero no para gobernar. PNV y PSE gobernarían, según todas las encuestas privadas y trackings internos, aunque los populares aspiran a un escenario difícil pero no imposible: que sus votos sean suficientes para apoyar a los nacionalistas vascos y forzar su ruptura con los socialistas, lo que supondría «remover el tablero» político en Madrid.
El hipotético escenario que barajan en el PP es que «habrá que ver si el PNV y el PSOE siguen gobernando juntos. En este momento, el PNV necesita al PSOE, pero desde el domingo, si gana el PNV, el sistema electoral vasco hace que la investidura sea a síes, y solo una coalición de Bildu y PSOE lo desbancaría. Si eso pasa, que no puede pasar porque entonces el PNV echaría a Sánchez de Moncloa, gobernaría Imanol Pradales con el PSOE o en solitario. Con que no haya un candidato alternativo con más votos, y solo lo habría si el de Bildu tiene los apoyos del PSOE,ya estaría». En el PP dejan en el aire la pregunta de si «el PNV querrá contar con el PSOE como hasta ahora o gobernar en solitario».
Vox, por último, aspira a amarrar el escaño por Álava de Amaia Martínez, aunque este resultaría irrelevante en términos prácticos. De lo que van estas elecciones es de saber si PNV podrá gobernar en solitario con el apoyo del PP, o gobernará en coalición con el PSOE. Bildu ganará con toda probabilidad, pero su prioridad no parece ser gobernar ahora, sino en 2028, cuando ya todos los etarras hayan salido a la calle. Sin prisa pero sin pausa, poco a poco, caminan hacia su objetivo. La juventud vasca ya es más abertzale que jeltzale y falta poco para que Bildu se convierta en la formación nacionalista hegemónica del País Vasco.