Sánchez evitará reconocer a Palestina el día que Israel conmemora su independencia
España y otros socios europeos se inclinan por el 21 de mayo para el anuncio del reconocimiento
Benjamin Netanyahu y Pedro Sánchez en su último encuentro en Tel Aviv. | Foto: Reuters
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, planea dejar pasar el Consejo de Ministros del próximo martes para el reconocimiento de Palestina como Estado soberano, según fuentes diplomáticas españolas y palestinas consultadas por THE OBJECTIVE, que coinciden en que la decisión política de España «ya está tomada», aunque el anuncio no es tan «inminente» como se esperaba.
Al Ejecutivo le quedan dos fechas -el 14 o el 21 de mayo- para aprobar el reconocimiento de Palestina antes del inicio de la campaña electoral de las elecciones europeas del 9 de junio. Si la decisión fuese después del 24 de mayo, Sánchez vulneraría la ley electoral con un anuncio de este calado político.
Así las cosas, la primera de las fechas antes de la campaña electoral pierde fuerza en los últimos días, al coincidir con la fiesta nacional de Israel. Una decisión española y de otros potenciales socios europeos sobre el reconocimiento de Palestina ese día se produciría en una jornada de enorme simbolismo para su vecino hebreo.
Israel conmemorará el martes los 79 años de la declaración de independencia que David ben Gurion proclamó en la tarde del 14 de mayo de 1948, unas horas antes de que concluyese el mandato británico en Palestina y los últimos soldados ingleses abandonasen el puerto de Haifa. Además, la embajada israelí ha convocado ese día una recepción diplomática que servirá como despedida de la jefa de la legación, Rodica Radian-Gordon, quien se encuentra en su tramo final de trabajo en Madrid ya que a mediados de julio será sustituida por Zvi Vapni.
En todo caso, la cercanía de la fecha del reconocimiento de Palestina ha provocado que los ministros de Sumar hayan empezado una ‘ofensiva política’ para que Sánchez no se lleve todos los focos de una decisión con la que el PSOE quiere captar votos entre el electorado progresista de cara a las europeas. Primero fue la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, la que reclamó valentía al jefe del Ejecutivo para llevar al Consejo de Ministros del pasado martes el reconocimiento del nuevo estado en la región de Oriente Próximo. En su opinión, «no hay ninguna causa que justifique que nuestro país no reconozca a Palestina».
Luego fue el turno de la titular de Juventud e Infancia, Sira Rego, quien primero publicó un tuit en el que abogaba por expulsar a los israelíes de su territorio, para luego apoyar las acampadas universitarias en las que se defiende la causa palestina. Además, subrayó la importancia de que «se dé cuanto antes el reconocimiento del Estado palestino» y se ponga por delante la defensa de los derechos humanos y el derecho internacional.
El último de los ministros de Sumar en entrar en el debate sobre Palestina ha sido el titular de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, quien anunció este miércoles el envío de cartas a empresas españolas con actividad económica en Israel para advertirles de que con su actividad podrían «contribuir al genocidio en Palestina». Una iniciativa que tomó sin tener en cuenta a los departamentos de Asuntos Exteriores e Industria, Comercio y Turismo, y que motivó una dura reacción de la Embajada israelí.
Entre tanto, la diplomacia española está dando pasos que apuntan a un reconocimiento de Palestina sin marcha atrás. Este viernes se producirá un hito importante en la Asamblea General de la ONU con el debate y votación del ingreso de la entidad árabe como Estado de pleno derecho en dicha organización internacional, aunque la decisión no es vinculante pues requiere el apoyo del Consejo de Seguridad y Estados Unidos ya ha ejercido su veto a dicha posibilidad.
Un total de 139 países ya reconocen como tal al Estado palestino y otros -caso de España- votarán a favor, por lo que se espera un apoyo muy numeroso a la reclamación palestina. Además, el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reunirá ese día en Washington con su homólogo estadounidense, Antony Blinken, para explicarle los detalles de la decisión española.
En paralelo, Sánchez ha intensificado esta semana sus contactos con mandatarios internacionales. El lunes habló con el primer ministro de Irlanda, Simon Harris, para cerrar los últimos flecos en la coordinación del reconocimiento del Estado palestino. Ambos mandatarios se mostraron de acuerdo en dar «en breve» el paso, aunque evitaron entrar en posibles fechas. La prensa irlandesa da por hecho que será el 21 de mayo.
El presidente del Gobierno también mantuvo una conversación telefónica con el emir de Qatar, Tamin bin Hamad, a quien trasladó su «reconocimiento por el papel de mediación» que está llevando a cabo el país en aras tanto de un alto el fuego entre las partes en conflicto, así como de la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás.
La reacción que prepara Netanyahu
El Gobierno israelí, por su parte, considera que cualquier tipo de aval político a los palestinos equivaldría a una «recompensa» al terrorismo de Hamás, por lo que a Madrid y otras capitales europeas les interesa que haya un alto el fuego antes de tener el gesto con Palestina. Benjamin Netanyahu ve una línea roja que España haga un reconocimiento en medio de la guerra de Gaza que se desató tras los ataques terroristas del 7 de octubre, por lo que una decisión española en ese sentido provocaría una dura reacción diplomática.
El Ejecutivo hebreo ya retiró a finales de noviembre a su embajadora en Madrid durante más de un mes a raíz de unas «indignantes» declaraciones públicas de Sánchez, en las que criticó a Israel por el desarrollo de la guerra contra Hamás. En concreto, el jefe del Ejecutivo indicó que, ante la alta cifra de muertos en Gaza, tenía «serias dudas» de que los israelíes estuvieran cumpliendo con el derecho internacional humanitario.
Por lo tanto, es posible que el Gobierno israelí vaya más lejos que una nueva retirada de su representante en España. De ahí que no haya que descartar una eventual expulsión de la embajadora en Tel Aviv, Ana Sálomon, lo que dejaría las relaciones bilaterales al borde de la ruptura. Sálomon ya ha sido convocada por la diplomacia hebrea en varias ocasiones desde el inicio de la contienda con Hamás.
