El PSC prepara contrapartidas para arrastrar a ERC a apoyar un gobierno en solitario de Illa
Tras su aislamiento, Sánchez se declaró «feliz» en la reunión de la Ejecutiva tras el «camino sanador» en Cataluña
El PSOE celebró ayer una Ejecutiva «muy agradable» en palabras de la portavoz, Esther Peña. Una reunión de la dirección federal en la que su secretario general y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se declaró «muy feliz» por los resultados «históricos e incontestables» del PSC en Cataluña. Victoria en votos y escaños que los socialistas atribuyen al carácter ‘visionario’ de Pedro Sánchez, al éxito de su hoja de ruta en Cataluña, con las medidas que más coste personal y político han conllevado para el Ejecutivo: los indultos, la ley de amnistía, el mediador, el código penal… «Pedro Sanchez tenia razón. El PSOE, junto al PSC, ha sabido entender lo que necesitaba la política catalana, que avala las políticas de convivencia», solemnizó una sonriente portavoz en rueda de prensa en Ferraz tras la reunión de la Ejecutiva. Los resultados del 12-M no sólo permiten «pasar página» del procés, sino también del desgarro emocional que supuso el periodo de reflexión de Pedro Sánchez y su amago de dimisión. La propia portavoz se refirió en su rueda de prensa al «camino sanador» que permite mirar hacia adelante y «cambiar el paradigma» de la mayoría independentista en Cataluña.
A puerta cerrada, el propio Sánchez admitió el coste de los ataques personales recibidos y conectó con su dirección después de 15 días de aislamiento y alejamiento. «Nos hemos centrado mucho en los nuestro», confesaba un representante de la dirección, consciente de que nada une más que una buena victoria. Por ello, Sánchez también pasó esa página y pidió a su portavoz que en la rueda de prensa se lanzaran «expresamente unas palabras de cariño a los militantes y a la organización».
Esther Peña cumplió la encomienda del líder del PSOE mandando un agradecimiento a «la firmeza de nuestros secretarios generales en todos los territorios, concejales y concejalas, afiliados y afiliadas… y dar las gracias a todos los que han estado de acuerdo con nuestra política y la defendieron en los bares, con sus amigos. Sabemos que este tiempo no ha resultado fácil para ninguno de ellos porque esa maquina del fango era difícil de combatir. Hoy estamos felices, claro que sí, por esa victoria de un partido que ha defendido la bandera de la convivencia».
Y el sanador que ha obrado el milagro curativo no es otro que Salvador Illa, a quien Sánchez ha dado manos libres para formar gobierno en Cataluña. Tras el intento de Puigdemont de presionar a Sánchez anunciando que se presentará a la investidura, la portavoz Peña dejó claro que «el gobierno de Cataluña se decidirá en Cataluña. Ni en Madrid ni en otro sitio. Los partidos catalanes decidirán y Salvador Illa tiene toda nuestra confianza para pilotar este proceso». Aviso a navegantes ante las presiones de Carles Puigdemont. Tanto el Gobierno como el partido son conscientes de que esto llevará tiempo, y que hay que afrontado «con calma y con cariño», según las fuentes gubernamentales consultadas por THE OBJECTIVE. Porque «la victoria es clara y contundente, hay que tener paciencia y esperar que se recoloquen las piezas y los actores».
Un gobierno en solitario de Illa
A juicio de Ferraz, es demasiado pronto para que ERC se recupere emocionalmente de su debacle electoral y afronte la crisis de liderazgo que deja la vacante del dimitido Pere Aragonés. «A ERC hay que dejarle tiempo para que repose los resultados» y, sobre todo, se resuelva quién lleva la batuta en un coro en el que «hay muchas voces». El Gobierno es consciente de que ERC está en una clave electoral, pero aspiran a convencer a sus socios republicanos de que faciliten la gobernabilidad de un Ejecutivo en solitario de Salvador Illa, pasadas las elecciones europeas. Primero, porque en Moncloa están convencidos de que una repetición electoral derivada de un bloqueo político penalizará a quien se ha negado a facilitar la gobernabilidad y favorecerá aún más al PSC: «¿Quién va a dejar de votar a Illa si no le dejan gobernar?».
Y segundo, porque, en consecuencia, siguen creyendo que ERC sólo puede hundir aún más su suelo electoral por debajo de los 20 escaños. Todos los esfuerzos del PSOE y PSC en los próximos meses estarán encaminados a mostrar a los republicanos las ventajas de no acercarse al precipicio y explorar los beneficios de un acuerdo, aunque sea indirecto. La primera batalla será la constitución de la Mesa del parlamento catalán, cuyo plazo expira el 10 de junio, al día siguiente de las elecciones europeas. Los socialistas esperan que se apuren al máximo los plazos por la distorsión de las elecciones europeas ejercen sobre un independentismo que se enfrenta a la segunda vuelta. Si la plataforma electoral de ERC-EH Bildu-BNG no supera a Puigdemont, será difícil un acercamiento, y viceversa.
Línea roja: Puigdemont
Sin embargo, las fuentes de ERC consultadas por THE OBJECTIVE descartan un acercamiento en la conformación de la mesa del Parlament, porque eso «no vale una investidura» y porque no hay tiempo suficiente en tres semanas para una recuperación emocional a cambio de «un par de asistentes más». Los republicanos desprecian esa negociación futurible en la que sospechan que los socialistas van de farol. Lo que se descarta absolutamente es un acuerdo para un tripartito de izquierdas, dado que la implosión interna de los republicanos y la presión de Puigdemont imposibilita a ERC un acercamiento al PSC. Y el PSOE lo sabe. Por ello, los mensajes de cara a la galería se encaminan a facilitar un gobierno en solitario, como deslizó este lunes la portavoz del PSC y alcaldesa de Santa Coloma de Gramenet Núria Parlon: «En el caso de ERC, lo que sí que nos gustaría es que, aunque ellos hayan decidido que estarán en la oposición, que no bloquen la posibilidad de que el partido de los socialistas gobierne Cataluña. Igual que nosotros no hemos bloqueado, cuando ellos estaban en minoría, la posibilidad de avanzar y garantizar la gobernabilidad, sin ir más lejos, apoyando los presupuestos».
Un retorno que, confían los socialistas, «se abrirá paso poco a poco». La única alternativa a esta opción es la repetición electoral, que esperan evitar, pero a la que irían antes que apoyar un gobierno alternativo de Carles Puigdemont. Es la línea roja, tanto del PSOE como del PSC: «No apoyaremos la investidura de Puigdemont y esto le tiene que quedar muy claro a Puigdemont, aunque nos amenace con bloquear la gobernabilidad en España», advirtió Parlon en una estrategia coordinada con Ferraz, desde donde Esther Peña negó cualquier posible influencia entre la gobernabilidad nacional y los pactos post electorales en Cataluña. «Los resultados no tendrán ninguna influencia en la gobernabilidad porque no hay una alternativa a Pedro Sanchez, que ha visto validada su hoja de ruta y cuyo gobierno está «a pleno rendimiento» con un «horizonte de estabilidad en Cataluña y España».
En privado, los socialistas se conjuran contra el regate corto y las tácticas cortoplacistas de las dos formaciones independentistas y confían en la presión del tiempo. «Es verdad que ellos están en elecciones. Pero hace cinco años estaban en los postulados que estaban. Necesitan tiempo, el viaje es el viaje…».