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El PSC prevé investir a Illa tras el 9-J en cuanto Junqueras vea que no puede ser candidato

Los socialistas también esperan retener la Mesa del Parlament, aunque cederán puestos a ERC y Junts

El PSC prevé investir a Illa tras el 9-J en cuanto Junqueras vea que no puede ser candidato

El candidato del PSC a las elecciones catalanas, Salvador Illa, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. | Agencias

No hay atisbo de inquietud, sino templanza. Los socialistas están seguros de que la implosión de ERC recién iniciada servirá para que se vaya cociendo «a fuego lento» un pacto entre PSC y los republicanos para permitir un gobierno en solitario de Salvador Illa. Según las fuentes socialistas consultadas, el acuerdo se espera antes del verano, tras liberarse de la presión de las europeas el próximo 9 de junio, y antes del límite legal establecido para formar gobierno antes de disolver para nuevas elecciones, el 26 de agosto.

Moncloa y Ferraz toman nota de los movimientos de los republicanos y del dimitido líder, Oriol Junqueras, y son conscientes de que su objetivo es repetir elecciones y presentarse como candidato, como confirman fuentes de ERC a THE OBJECTIVE. Pero sus opciones son dudosas, tanto por la pulsión interna en su partido como porque el levantamiento de su inhabilitación política hasta 2031 depende de la aplicación que los jueces hagan de la Ley de Amnistía, en vigor desde el día siguiente a su aprobación el próximo 30 de mayo en el Congreso. 

Fuentes de Moncloa consultadas por este periódico confían en que Junqueras sea amnistiado, igual que el resto de líderes del procés porque así lo recoge el texto de la ley pactada con ERC y Junts, donde se borran todos los delitos relacionados con el procés en el espacio temporal de once años, desde enero de 2012 a noviembre del 2023. Aunque admiten que «dependerá de los jueces» y de las actuaciones que quieran realizar desde la sala segunda del Tribunal Supremo, cuyo presidente, Manuel Marchena, fue el instructor del juicio sobre el 1-O y sobre quien recaería la potestad de presentar una cuestión prejudicial que, a priori, suspendería cautelarmente la aplicación de la amnistía. A priori. Porque en lo que coinciden fuentes gubernamentales, fuentes de ERC y fuentes jurídicas es que «depende de los jueces pero entramos en un terreno inexplorado. Veremos». 

Y de ahí, la discrepancia en el seno del PSOE. Mientras Moncloa confía en la rehabilitación política de Junqueras, que podría permitirle presentarse como candidato ante una eventual repetición electoral en Cataluña, el PSC cree que los jueces desactivarán esa potencial candidatura. Y por eso están tranquilos. Porque el único interesado en forzar esa repetición electoral es Oriol Junqueras y auguran que no podrá hacerlo, lo cual, ante la ausencia de candidato y con una formación pendiente de elegir liderazgo en el mes de noviembre, frustraría esa posibilidad. 

Illa no cederá la Mesa del Parlament

La hoja de ruta de Illa pasa por esperar. Primero, a después del 30 de mayo y a los movimientos de los jueces. Y después, a las elecciones europeas, en las que ERC y Junts se volverán a medir en un segundo asalto electoral. Los socialistas catalanes están convencidos de que la digestión de los resultados se irá asentando a medida que pasen las semanas y se constate que no hay otra posibilidad que permitir un gobierno del PSC en solitario, con la abstención de ERC. Por ello, tampoco se plantean ceder la Presidencia del Parlament a los republicanos, con quienes tendrán que negociar antes del 10 de mayo la constitución de la cámara autonómica. Sí contemplan cederle más puestos en la Mesa de presidencia, también a Junts, para buscar un acercamiento de cara a la siguiente batalla, la sesión de investidura. Conforme a los plazos establecidos por la Presidencia, la primera sesión de investidura debería votarse el 25 de junio, lo cual permitirá comprobar si hay agua en la piscina o si hay que apurar el plazo de dos meses, hasta el 26 de agosto, para celebrar nuevas votaciones. 

Fuentes de ERC consultadas por THE OBJECTIVE aseguran que la constitución de la Mesa no será determinante, que se trata de «caza menor» y que «dos puestos en la Mesa no valen una investidura». La «madre del cordero», confirman a este diario, es si Junqueras logra ser amnistiado y su rehabilitación no se paraliza por el Tribunal Supremo, lo cual le permitiría cumplir su objetivo de forzar una repetición electoral y presentarse como candidato. Pero también admiten que, una semana después del 12-M, se atisba «muy difícil» que se esa rehabilitación se produzca antes de octubre. En el núcleo duro de Oriol Junqueras no preocupan los movimientos de Marta Rovira ni las tensiones internas porque «a día de hoy, no hay ningún líder capaz de hacerle sombra a Junqueras» y en cinco meses «no hay tiempo suficiente para forjar un nuevo liderazgo». Lo previsible es que Junqueras sea nuevamente elegido en noviembre, aunque su dimisión táctica le permite no hacerse responsable de la decisión que se tome sobre la gobernabilidad en Cataluña. 

¿Doble o nada? ¿Generales y catalanes?

Sus críticos deslizan que hay dudas sobre si podría presentarse a un cuarto mandato. Pero el equipo de Junqueras ya ha hecho las consultas pertinentes al servicio jurídico del partido. Según adelantan a este periódico, «técnicamente sólo lleva dos mandatos y medio porque su inhabilitación política paró el contador y no computan los cinco años que lleva inhabilitado desde 2019. Si es amnistiado y se levanta su inhabilitación, volverá a correr el tiempo de su segundo mandato, pero puede optar a un tercero».

Paradójicamente, la paralización de la amnistía por parte de los jueces beneficia a Salvador Illa y su posibilidad de ser investido presidente de la Generalitat de Cataluña. Aunque ello sería utilizado por parte de Moncloa, donde consideran que la Ley de Amnistía «está asumida, amortizada y validada por las urnas» y advierten de que «si los jueces se atreven a paralizarla, van a cavar su propia tumba». El Gobierno sube el tono y allana el terreno para anunciar una reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial y su polémica rebaja de mayorías para la elección de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, después de las elecciones europeas, como adelantó THE OBJECTIVE.

Algo que permite al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, seguir polarizando el debate público en aras de movilizar a su electorado y mantener la tensión entre el PP y Vox, lo cual frena el crecimiento potencial de Alberto Núñez Feijóo. Cálculos electorales por si efectos imprevistos en Cataluña pudieran derivar en una repetición electoral, que, a día de hoy, confían en poder evitar. Si se truncaran sus planes, el debate estaría sobre la mesa: doble o nada. Generales y catalanas. Como admiten los estrategas demoscópicos del PSOE: «Tenemos cifras en máximos. Si hay un buen momento para convocar elecciones sería este». Aunque el plan A es evitar riesgos y amarrar la legislatura de Sánchez y la de Illa.

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