Sumar afronta el cierre de campaña con el pánico a una remontada sorpresa de Podemos
Díaz se juega su futuro en las elecciones del domingo, pero el ‘caso Begoña Gómez’ y el ‘sprint’ de Podemos asustan
Sumar afronta los últimos compases de la campaña de las europeas con verdadero pánico. La vicepresidenta segunda del Gobierno y lideresa del nuevo partido, Yolanda Díaz, ha decidido involucrarse como nunca en la campaña. Ha participado en mitines y actos públicos como no lo había hecho en las últimas elecciones autonómicas, en las que se estrenaba su marca. Pero Díaz sabe que en las europeas «se la juega», según admiten en su propio partido, y que su candidata, Estrella Galán, elegida a dedo y entre críticas de los aliados, no ha despegado en los sondeos. Mientras el PSOE aprovecha el caso Begoña Gómez para polarizar el tablero político, cunde el pánico en Sumar a una remontada de Podemos. Algunos ya hablan de una victoria de los morados en votos, con empate en escaños.
Los sondeos, sobre todo los trackings internos que manejan los partidos políticos, siguen recogiendo un margen de ventaja de entre dos o tres puntos porcentuales para Sumar frente a Podemos. Pero estos estudios también admiten que el partido morado registra una paulatina y constante mejora, mientras que Sumar ha vuelto a estancarse. Díaz y Sumar saben que su objetivo es alcanzar al menos el 6% de votos. Se trata de una cifra de por sí decepcionante (en las últimas generales obtuvieron un 12%), pero que permitiría salvar los muebles logrando cuatro escaños en el próximo Parlamento Europeo. El cuarto de la lista es Manu Pineda, miembro de IU que criticó el orden establecido por Díaz, es quien en este momento puede quedarse sin asiento en el Parlamento Europeo.
Podemos, por su parte, se siente seguro. Todos los sondeos dan casi por seguro el escaño de Irene Montero, y la formación podría incluso dar la sorpresa con otros dos. La campaña de Podemos se está centrando en los siguientes ejes. En primer lugar, está evitando (al menos, de momento) una embestida contra Díaz y Sumar. Los morados manejan información privilegiada sobre Díaz, los miembros más cercanos de su equipo y sus ministros, pero se están guardando los ases en la manga. El repunte demoscópico aconseja mantener un perfil bajo, evitando choques y rencillas personales o reprochando lo que ocurrió el año pasado en la redacción de la lista electoral. «Hemos pasado página», dijo Montero al comienzo de la campaña electoral.
El dardo de Verstrynge
Podemos ha decidido incluso pasar por alto el dardo lanzado la semana pasada por Jorge Verstrynge, quien apuntó que su hija se fue de Podemos porque el proyecto político había fracasado y no por problemas de salud. Los morados saben que estas declaraciones dejaban a Montero y a Ione Belarra como dos cínicas mentirosas, y concluyeron que el ataque había sido orquestado por Díaz y algunos de sus colaboradores. Lo esgrimido por Verstrynge tenía elementos veraces, pero este diario explicó en exclusiva todos los motivos de la salida de la exsecretaria de Organización, Lilith Verstrynge, y de buscar culpables habría por lo menos que repartir las responsabilidades.
El segundo eje de la campaña de Podemos atañe al doble enfoque: defensa de la «paz» y ataque sin fisuras contra la OTAN. Podemos es el partido que está tomando posiciones más contundentes y críticas con Estados Unidos, mientras que Sumar casi no entra en este ámbito, presionados por los socialistas que con una mano azotan a Israel y con la otra acarician a Volodímir Zelenski. Podemos, en cambio, pide más contundencia contra Israel (fue el primero en hablar de «genocidio» después de los atentados del 7-O) y tiene una posición muy crítica con el envío de armas a Ucrania. Sumar intenta igualar a Podemos y sus iniciativas, pero llega siempre después del partido morado.
Dos ejes de Podemos
Los de Montero, en definitiva, creen que están ejecutando una buena campaña electoral. Mientras, Sumar revela preocupación interna. Varias fuentes de la formación de Díaz y de sectores sociales que la respaldan (sustancialmente de ámbito sindical) admiten en conversación con este diario que existe decepción por algunas decisiones tomadas por Díaz y su entorno a lo largo de estos meses, y que sus votantes están desmovilizados. Un hecho corrobora esta tesis. Este diario desveló que el miércoles Sumar envió una carta a sus simpatizantes en la que volvió a pedir dinero para financiar un último esfuerzo de campaña electoral. Es raro que un partido haga una petición semejante, máxime cuando faltan solo cuatro días a los comicios. Las fuentes consultadas sostienen que ese dinero sirve para lanzar una última ofensiva en las redes sociales e intentar captar votos en el 30% de indecisos, intentando así frenar a Podemos.
La imputación formal de Begoña Gómez, esposa de Pedro Sánchez, y la carta (la segunda) del presidente del Gobierno, también han generado tensión. Sumar llevaba días intentando sacar la cabeza con un discurso duro y crítico con el PSOE. Díaz tumbó una ley socialista en el Congreso y amenazó con hacerlo con otra, que finalmente se retiró. En la formación sostenían que se notaba un ligero repunte electoral, pero la segunda carta de Sánchez ha vuelto a poner patas arriba el tablero, y llevado la «polarización» entre el PSOE y la «ultraderecha» hasta los últimos extremos. Sumar está incómodo en esa dicotomía porque solo puede perder votos. Mientras que Podemos, al no formar parte del Gobierno, tiene mayor margen de maniobra.
Victoria en votos
Todo pende de un hilo. Y solo queda esperar el resultado de las urnas el próximo domingo. Pero empieza a moverse en Sumar y Podemos la idea de que puede haber «sorpresas». Por ejemplo, que Podemos logre un sorpasso a Sumar en la última curva. Es decir, que quede por delante en votos, aunque empatado en escaños. Las dos formaciones se repartirían, según estos vaticinios, cada uno tres eurodiputados. Aunque los socialistas, que también manejan sus encuestas internas, creen que este escenario es altamente improbable. Según el PSOE, que lleva meses intentando fagocitar a todo el espacio de la izquierda, Sumar perderá el cuarto escaño, pero Podemos no obtendría más que dos. La suma de ambos daría como mucho cinco escaños, uno menos que en 2019. Y ese diputado lo robaría el propio PSOE.
Sea como fuere, los afines y partidarios de Sumar admiten que las cosas no van bien. Y que el partido que aspiró a revalidar los seis eurodiputados de Unidas Podemos de 2019, con el tiempo, ha bajado sus expectativas, hasta agarrarse al clavo ardiendo de los cuatro escaños. Si no se alcanza esta cifra, todos saben que, internamente, se abriría una brecha importante que afectará al mismo liderazgo de Díaz. Todo ello pocos meses después de constituirse la primera ejecutiva de Sumar.
El próximo domingo las urnas hablarán y decretarán si Sumar puede seguir erigiéndose como formación de referencia para el espacio de la izquierda alternativa al PSOE, o si Podemos resurge de sus cenizas y puede aspirar a recuperar algunos viejos aliados. Existen conversaciones encubiertas con IU. Y no se excluye una nueva confluencia, donde Podemos volvería a tener un papel central o semicentral, y Sumar se quedaría como una corriente (de momento es un partido sin organización) errejonista, sin mucho más que aportar. Otra opción es una implosión por la vía de los hechos del liderazgo de Díaz, con una renovación interna muy rápida. Entre los aspirantes, suena el nombre de Ernest Urtasun. El actual portavoz de Díaz se ha mantenido al margen de la campaña europea de su partido, habiendo sido él eurodiputado, apuntan las fuentes consultadas. No es un indicio menor.