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¿Y ahora? Qué escenario se abre en Sumar tras la dimisión de Yolanda Díaz

La formación encara en las próximas semanas una fase clave para resolver el futuro de su dirección

¿Y ahora? Qué escenario se abre en Sumar tras la dimisión de Yolanda Díaz

Imagen de Sumar en las elecciones gallegas de febrero. | Archivo

El anuncio de la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, de dejar su cargo como coordinadora general de Sumar ha provocado una situación de incertidumbre acerca de quién será su sucesor. La formación encara en las próximas semanas una fase clave para resolver el futuro de su dirección, aunque la idea sería realizar un proceso de sucesión rápida para pasar cuanto antes este período, pero sin precipitarse.

Esta labor recaerá en el Grupo Coordinador de Sumar, su máximo órgano de dirección conformado por 80 miembros, que deberá proponer entre sus integrantes al nuevo líder orgánico de la formación lanzada por Díaz y que se construyó bajo el tirón electoral de su figura. Sin embargo, en este organismo no se encuentran integrados sus principales aliados de como Más Madrid, Izquierda Unida (IU), Comunes o Verdes Equo. Inicialmente, se les reservaba una cuota del 30% de su composición, pero finalmente se paralizó esa entrada en paralelo a las tensiones surgidas por la negociación a las elecciones europeas.

Por tanto, y bajo ese principio, quedan descartados figuras como la ministra de Sanidad, Mónica García, el titular de Derechos Sociales, Pablo Bustinduy, o la ministra de Juventud, Sira Rego, así como cualquier dirigente de dichas formaciones, dado que no son miembros de este Grupo Coordinador. Mientras, sí figuran como integrantes de la dirección ampliada de Sumar nombres como el portavoz de Sumar y titular de Cultura, Ernest Urtasun (ligado a los Comunes), el portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, la secretaria de Organización, Lara Hernández, la de comunicación, Elizabeth Duval, y distintos diputados, entre otros.

La marcha de Díaz llega no solo tras el batacazo en las elecciones europeas, en las que Sumar solo consiguió tres escaños con un 4,6% de voto, sino que se produce a solo tres meses de su proclamación como coordinadora general en la primera asamblea estatal de marzo. La formación tendrá que lidiar con un cambio de liderazgo, con una incipiente estructura orgánica, la incógnita pendiente del papel de sus aliados en sus órganos internos o el despliegue territorial.

Crisis interna

Uno de los retos de Sumar también será recomponer relaciones con los partidos, después de las fricciones durante la negociación de los puestos de las listas a las elecciones europeas. Asimismo, las heridas que dejan los resultados del 9-J, que han dejado fuera de la Eurocámara a Más Madrid e IU, que en el caso de esta última formación se queda sin eurodiputado por primera vez en su historia.

El mal resultado abrió este mismo lunes una fuerte crisis en Sumar, con voces en Más Madrid que demandaban asumir responsabilidades a la cúpula de Sumar –como el dirigente Eduardo Fernández Rubiño– y reivindicar que su modelo sí era de éxito mientras que la hoja de ruta de la formación resultaba fallida, que requería una «enmienda a la totalidad».

Respecto a IU, este mismo lunes celebra una reunión extraordinaria y su líder, Antonio Maíllo, ya manifestó en una carta dirigida a la militancia la necesidad de cambiar la tendencia dentro de la izquierda porque «todo proyecto sin organización está destinado a ser efímero», señalaba.

Tras conocerse la debacle electoral, el portavoz de Sumar manifestó que iban a abrir un periodo sosegado para reflexionar sobre las causas de la pérdida de apoyo electoral en este ciclo electoral (tras los comicios en Galicia, País Vasco y Cataluña).

Intento sin éxito de unificar a la izquierda alternativa al PSOE

El intento de Díaz de reunificar a la izquierda alternativa al PSOE, que planteaba como un frente amplio de fuerzas progresistas y del movimiento ciudadano, no ha resultado como se esperaba. Tras ser propuesta como sucesora al frente del espacio que conformó Unidas Podemos en 2021, la vicepresidenta segunda no ha logrado el objetivo que propuso y configuró Pablo Iglesias.

En julio de 2022 avanzó que iba a desplegar un proceso de escucha para decidir si daba el paso de ser candidata y comandar un nuevo espacio, acercándose a formaciones desvinculadas de Podemos como Más Madrid, Compromís y atrayendo a IU y Comunes, pero suscitando fuertes tensiones con los morados.

Ya en abril del año pasado, cuando en el polideportivo Antonio Magariños avanzó que iba a concurrir en los comicios con Sumar flanqueada por diversas fuerzas progresistas, pero dejando patente la gran distancia con los morados que se ausentaron de este evento y demandaron unas primarias abiertas. El adelanto de las elecciones generales del 23-J precipitó la conformación de la candidatura de coalición abanderada por Díaz, que también generó una complicada negociación con sus aliados y elevó el choque con Podemos. El veto a la exministra de Igualdad, Irene Montero, y posteriormente su exclusión del Ejecutivo, fue la gota que colmó el vaso tras el acuerdo de coalición con el PSOE.

Desde su ascenso como principal figura de la izquierda alternativa al PSOE, la titular de Trabajo tuvo que ralentizar la construcción orgánica de Sumar por el ciclo electoral y tampoco logró pacificar el espacio. Las disputas con Podemos –que demandaba su autonomía dentro de la coalición– generó al final la ruptura de los morados a finales del año pasado. Y en estas elecciones europeas, que los morados planteaban como una forma de medir la correlación de fuerzas, Podemos ha resistido al conseguir dos escaños en su apuesta por rearmarse para aspirar de nuevo a ser la fuerza hegemónica en la izquierda.

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