El TC anulará el voto telemático de Puigdemont y podría complicar el apoyo de ERC a Illa
Fuentes del Tribunal Constitucional aseguran a THE OBJECTIVE que la decisión se adoptará en los próximos días
El Tribunal Constitucional tiene previsto invalidar los votos telemáticos de los fugados de la justicia, Carles Puigdemont y Lluís Puig, que dieron lugar a la elección de Josep Rull como presidente de la Mesa del Parlament. Fuentes del órgano consultadas por THE OBJECTIVE anticipan que la decisión se producirá en los próximos días. La decisión del Constitucional supondrá la admisión a trámite del recurso presentado por el PP, en cuyo escrito se solicitó una medida cautelarísima, lo cual obliga a pronunciarse con carácter de urgencia. La decisión del tribunal sentará un importante precedente sobre los votos telemáticos, circunscritos solamente a casos de baja médica o bajas de maternidad.
Según las fuentes consultadas, el voto de Puigdemont y Puig «es nulo porque no tenían las condiciones para votar por delegación». Es diferente el caso del tercer fugado de la justicia, el republicano Ruben Wagensberg, quien, por encontrarse de baja médica puede delegar su voto, conforme a lo establecido por el reglamento parlamentario. El recurso del PP solicitaba además la nulidad en la elección del presidente del Parlament, dado que se considera que la decisión de la Mesa de Edad al desafiar la sentencia del TC una semana antes de la constitución de la cámara autonómica, invalida todo el procedimiento. Sin embargo, según ha podido saber este diario, la corte de garantías no declarará nula la elección del órgano rector del Parlament porque los dos votos en cuestión no eran necesarios para obtener la mayoría, por lo que el voto telemático no hubiera variado el resultado.
Puigdemont tendrá que volver a España para votar
Una doctrina similar la mantenida hace ya dos semanas cuando el Constitucional anuló el voto telemático de Lluig Puig en respuesta a un recurso de amparo solicitado por el PSC en 2023. La sala segunda del TC invalidó todos los acuerdos de la mesa sobre la regulación transitoria del voto telemático, pero no anuló las decisiones que se adoptaron durante ese periodo por razones de seguridad jurídica. No obstante, la decisión del tribunal entraña una especial trascendencia porque fija un precedente a futuro, cuya primera repercusión se producirá en la primera votación de investidura. Ni Carlos Puigdemont ni Lluig Puig podrán ejercer su voto de forma telemática en lo sucesivo, lo cual les obliga a acudir al Parlament para votar presencialmente el próximo 25 de junio. De lo contrario, se restarían dos votos a los 35 parlamentarios de Junts, reduciendo a 33 sus diputados y ajustando aún más las diferencias entre los bloques.
El Gobierno da por descontada también esta decisión del Tribunal Constitucional, que el Ejecutivo de Pedro Sánchez renunció a recurrir ante el TC para facilitar un acercamiento en la negociación con los republicanos, y consideran que no alterará el cómputo final de mayorías. El escenario en el que confían en Moncloa es que el candidato del PSC, Salvador Illa, pueda salir investido el 25 de julio en la segunda votación, que se produce a las 48 horas de fracasar al conseguir la mayoría absoluta. Según el reglamento de la cámara, pasado ese plazo, se exigiría una mayoría simple (más síes que noes) que podrían lograr gracias al voto a favor de ERC y los Comunes y la abstención de otros actores como la Cup. No obstante, ministros destacados del núcleo duro del Gobierno auguran que habrá una primera investidura fallida de Illa, que le obligará a presentarse nuevamente a una nueva sesión de investidura durante el mes de julio o agosto, antes de que expire el plazo de dos meses para la convocatoria autonómica de elecciones el 25 de agosto.
ERC: «Alimenta el bullicio» de Puigdemont
Fuentes de ERC auguran que la decisión del Constitucional «añadirá tensión a la negociación, aunque no sea determinante» en el resultado. El temor es que «alimente el bullicio de los convergentes» y su victimismo, forzando a ERC a adherirse a su causa ante el «ataque del estado». De hecho, recuerdan que fue precisamente la decisión de anular el voto telemático del TC, cinco días antes de la Constitución de la mesa de Parlament, la que favoreció la mayoría independentista en la mesa para nombrar a Josep Rull, pese a que la negociación estaba «muy avanzada» con el PSC, y se les había ofrecido la presidencia de la Mesa. Una tensión que, en ultimo término, beneficie a los de Puigdemont y su voluntad de repetir elecciones.
La mayor inquietud de los diferentes actores catalanes es que Puigdemont irrumpa en Cataluña antes de que se ejecute el levantamiento de las ordenes de detención por parte del juez Pablo Llarena. «Si le detienen antes de la investidura, tendremos que salir todos en su defensa», dicen con resignación en ERC asumiendo que esto frustraría la investidura de Salvador Illa. Un gesto de valentía que pocos le conceden al ex president: «No vino ni para la muerte de su madre, no se va a arriesgar porque nunca lo ha hecho. En cambio, para el Gobierno, lo más probable es que el levantamiento de las citadas medidas ya se haya producido cuando Puigdemont regrese a España aproximadamente en quince días, coincidiendo con la sesión de investidura, en la que podría ejercer su voto.