El Gobierno activa la maquinaria de los Presupuestos para acercar el pacto con ERC
La semana que viene el Consejo de Ministros aprobará la orden ministerial de elaboración de los PGE
El Gobierno publicará la semana que viene en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la orden ministerial para activar el mecanismo de elaboración de los Presupuestos Generales del Estado, según adelantan fuentes gubernamentales a THE OBJECTIVE. Un instrumento que pretende dar el pistoletazo de salida a las cuentas públicas de 2025 que, en estos momentos, tienen pocos visos de salir adelante, según las sensaciones que transmiten desde el propio Gobierno y el PSOE. Sin embargo, en el dominó de la legislatura, la pieza que precede y condiciona la aprobación de los presupuestos es Cataluña. Hacienda admite que si no hay investidura de Salvador Illa, «el presupuesto se puede complicar». Porque una repetición de las elecciones catalanas, retrasaría las negociaciones y su aprobación final hasta diciembre, disparando el riesgo de una segunda prórroga de los presupuestos. Lo que pretenden en Moncloa es invertir el orden de los factores para evitar tener que prorrogar nuevamente las cuentas públicas por segundo ejercicio consecutivo.
Una nueva prórroga sería una herida mortal para una legislatura en la que el Gobierno ha perdido 12 votaciones hasta la fecha y se ha visto forzado a retirar proyectos de ley que iban a ser derrotados, como la ley del suelo. Este jueves sacó adelante el subsidio por desempleo en el Congreso, pero volvió a quedarse solo en la proposición no de ley del PP sobre la situación de Marruecos y el Sáhara occidental. La iniciativa popular, que pedía recuperar la posición de neutralidad española y la convocatoria de un referéndum en el Sáhara conforme a la misión de Naciones Unidas, cosechó 228 votos de todo el Hemiciclo, salvo del PSOE, incluyendo a todos los socios del Gobierno: Sumar, ERC, Junts, EH Bildu, PNV, Podemos y BNG, aparte de Coalición Canaria y UPN. Una votación que incluso han aireado algunos de los diputados del socio minoritario de la coalición, como la saharaui Tesh Sidi, quien ha denunciado en las redes sociales la «hipocresía» del PSOE por avalar la ocupación del Sáhara Occidental.
Los presupuestos, como palanca
La debilidad parlamentaria, apenas ocho meses después de la investidura de Pedro Sánchez, obliga al Gobierno a redoblar esfuerzos para conseguir aprobar unos Presupuestos sin los cuales la legislatura estaría herida de muerte. La buena noticia para Moncloa fue la decisión de Bruselas de excluir a España del procedimiento sancionador por déficit excesivo. Algo que genera optimismo en el Gobierno por poder disponer de unos presupuestos «expansivos», con «menos ajustes» de los previstos inicialmente en un contexto de regreso a las reglas fiscales europeas, suspendidas a raíz de la pandemia en 2020.
Hacienda contará, por tanto, con más margen de maniobra porque «la previsión del objetivo de déficit será distinto» a la que estaba calculada inicialmente, «más exigente» y con más contención del gasto. Y esto permite un colchón para la negociación sobre las «financiaciones singulares» que está en marcha en Cataluña. Hacienda promete «fórmulas imaginativas» para intentar sacar a ERC y Junts de la exigencia del concierto y el cupo catalán reconocer la ‘singularidad’ catalana. «Ellos siguen en el concierto y nosotros no vamos a aceptar un cupo», avanzan en el núcleo duro del Gobierno, donde ven a ERC y a Junts «atrapados políticamente en una posición de máximos».
El Gobierno se resigna a alcanzar un acuerdo multilateral en materia de financiación que «no se puede hacer sin el PP», que gobierna en la mayoría de comunidades autónomas frente al PSOE, que se limita a tres feudos territoriales (Asturias, Castilla-La Mancha y Navarra). Y, por ello, la palanca a la que se aferra el Gobierno son los presupuestos. «La financiación no va de la mano de Illa, sino con los Presupuestos Generales del Estado», afirman fuentes de Moncloa a este periódico. Tanto en Moncloa como en Ferraz son disciplinados defendiendo que la negociación para la investidura de Illa «la lleva Illa» y desde Madrid no hay conversaciones paralelas que sustituyan el eje central de la misma. Otra cosa es que el Gobierno pueda dar un ligero empujón, en una estrategia coordinada, para acercar a ERC a un pacto con el PSC.
Los mensajes velados de Junts a Sánchez
Y esto explica que, en la pasada sesión de control, el presidente Sánchez quisiera hacerle un gesto a ERC al ser preguntado por su rival convergente, Miriam Nogueras, por la financiación singular de Cataluña. «Tendría usted que leer los acuerdos de investidura, si me permite que se lo diga, porque con ERC, el acuerdo de investidura mío, en esta tribuna lo que asumí fue el compromiso de reformar el sistema de financiación autonómica y reconocer una singularidad al pueblo de Cataluña. Eso es lo que he pactado con ERC y es el compromiso que voy a cumplir en esta legislatura. También con ustedes, por supuesto… No estamos hablando del señor Illa, sino de que este Gobierno tiene este compromiso con las distintas fuerzas parlamentarias».
Desde Moncloa, refuerzan la idea de que el Gobierno tiene esa voluntad de resolver la «infrafinanciación de Cataluña» vía presupuestos y ven con optimismo la intervención de la portavoz de Junts quien, al margen de sus rejones parlamentarios, «no ha querido dinamitar y demuestra que quiere negociar presupuestos con el PSOE» sobre «las cosas de comer» y no en torno a cuestiones identitarias. Un argumento que se fundamenta en la siguiente crítica de Nogueras sobre la financiación singular: «Deberían preocuparse un poco más de la vida de las personas y un poco menos de las sillas, las poltronas, las encuestas y los titulares. Más de la mitad de la población pasa dificultades para llegar a final de mes. Y eso que hacen ustedes con nuestro dinero no ha sido nunca justo. ¿Los ciudadanos catalanes sólo nos merecemos el dinero que nos corresponde si usted consigue colocar a Illa en el Gobierno de Cataluña? ¿Y si no, qué? ¿Que nos den a todos? Eso es exactamente lo que está usted diciendo. Si su partido y el mío están negociando fuera del Estado con una mediación internacional, es porque ustedes han demostrado que no son de fiar».
Pese a la inflamación de la superficie, el Ejecutivo percibe un discurso subterráneo que dice que «quieren mantener la legislatura. No les interesa que termine». Y esto obliga a buscar fórmulas para canalizar los acuerdos que lo hagan posible. Entre otras, con «medidas contra el dumping», que empezaron a deslizar a principios de semana desde el PSOE, recuperando el acuerdo entre el Gobierno y ERC para cerrar los Presupuestos de 2021. Nunca llegó a ejecutarse. Tres años después, el señuelo de la armonización fiscal contra Madrid pretende servir de salvavidas para la gobernabilidad de Cataluña.