El Gobierno utiliza la ley de paridad para lograr el intercambio de ministros con Francia
El Ejecutivo introduce una enmienda «trampa» en el Congreso para intentar modificar la Ley del Gobierno
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una sesión de control en el Congreso. | Foto: EP
El Gobierno de Pedro Sánchez ha introducido una enmienda en la ley de paridad con la que pretende permitir el novedoso intercambio de ministros que prevé el Tratado de Amistad y Cooperación entre España y Francia firmado por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron en enero de 2023.
El Ejecutivo está tratando de reformar la Ley del Gobierno a través de una «trampa» parlamentaria con la introducción de una enmienda en una ley distinta, concretamente en la de paridad, pero los letrados del Congreso han advertido de que esa maniobra puede ser inconstitucional, según revela este martes La Razón. La norma de paridad se ha convertido en una especie de ley ómnibus para el Ejecutivo ya que también elimina la capacidad de veto que tiene el Senado sobre los objetivos de estabilidad, paso previo a la elaboración de los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
Los servicios jurídicos de la Cámara Baja han elaborado un informe que alerta de que esa enmienda para cambiar la Ley del Gobierno «no guarda coherencia» con la ley de paridad, al tiempo que recuerda que hay precedentes en los que el Tribunal Constitucional ha tumbado ese tipo de prácticas. Por tanto, el Gobierno puede acabar subsanando su error jurídico cometiendo otro error y eso puede retrasar todavía más la entrada en vigor del tratado bilateral con Francia, que debe ser autorizado por el Congreso.
En segundo lugar, también hay otros letrados que apuntan que esa enmienda a la Ley del Gobierno no es suficiente y el despliegue de ese Tratado requiere una reforma constitucional. Según las fuentes jurídicas, apuntan a lo que dice el artículo 98.1 de la Constitución, que señala únicamente que «el Gobierno se compone del Presidente, de los Vicepresidentes, en su caso, de los Ministros y de los demás miembros que establezca la ley». Es decir, sí se hace mención a lo que establezca la ley, pero en ningún caso se cita a un tratado, como sí ocurre en otros preceptos de la Constitución.
La participación recíproca en los Consejos de Ministros está incluida en el artículo 2.1 del Tratado de Amistad firmado en Barcelona el 19 de enero de 2023, en una cumbre presidida por Sánchez y Macron. En él, se fijó el compromiso de realizar cumbres anuales «con un grado mayor de formalidad», según indicó recientemente el Ejecutivo español en una respuesta a través del Portal de Transparencia a la que tuvo acceso THE OBJECTIVE.
Además, Madrid y París consensuaron «la participación de un miembro del gobierno de cada uno de ambos países en el Consejo de Ministros del otro». Una práctica que las autoridades francesas pusieron en marcha hace algunos años con Alemania. El tratado hispano-galo estipula una periodicidad «al menos trimestral y de manera rotatoria», según admitió el Gobierno en su respuesta por escrito.
Moncloa reconoció que la entrada en vigor del tratado no se había producido «por no haberse aún completado los trámites internos de ratificación en ambos países». Por el momento, no hay prevista una nueva cumbre entre Sánchez y Macron, pero el Ejecutivo subrayó que tanto ambos mandatarios como los ministros de ambos países «mantienen contactos muy frecuentemente ya sea en formato estrictamente bilateral», o con ocasión de los Consejos Europeos «u otros foros internacionales más amplios».
Sin embargo, el Gobierno se ha encontrado con el problema de la Ley de Gobierno y el articulado de la Carta Magna. Las cumbres hispano-francesas se instituyeron en 1985 durante una visita de Estado de Juan Carlos I al país vecino. Desde entonces, se han celebrado 27 cónclaves bilaterales al más alto nivel, la última la citada cumbre de Barcelona en enero del pasado año. «La periodicidad no siempre ha podido ser anual por diversas circunstancias: pandemia, procesos electorales, problemas de agenda, gobiernos en funciones, etc…», puntualizó el Ejecutivo en abril.
Este tratado de amistad es el primero de estas características firmado entre ambos países y se convirtió «en una hoja de ruta sin precedentes» en materia de coordinación entre Francia y España en el seno de la UE, en palabras del Ejecutivo español. «Aporta eficacia y agilidad al desarrollo de proyectos conjuntos e institucionaliza tanto la celebración anual de cumbres bilaterales como la participación recíproca en consejos de ministros», se indicó en la nota de prensa al término de la cumbre.
Asimismo, la firma de este acuerdo permitirá «agilizar las consultas entre ambos países a todos los niveles y fomentará la creación de foros de coordinación bilateral, como es el caso del Consejo franco-español de Defensa y Seguridad», concluyeron ambos países en el comunicado conjunto. Pero el tratado sigue en el limbo ante las dificultades jurídicas para aprobarlo por parte española.
