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Podemos aprovecha el acuerdo del CGPJ para atraer a los socios críticos de Sumar

Podemos detecta malestar en Sumar y entre los nacionalistas y usa la retórica de la «gran coalición» para señalar a Díaz

Podemos aprovecha el acuerdo del CGPJ para atraer a los socios críticos de Sumar

Yolanda Díaz en el Congreso. | Europa Press

Es la vuelta de la «gran coalición». Así comentó Podemos el pasado martes el acuerdo sellado entre el PSOE y el PP sobre la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Socialistas y populares llegaron a un acuerdo bendecido por la Unión Europea el mismo día en que trascendió otro pacto, inherente a los principales cargos de la UE con el previsible nombramiento de Ursula von der Leyen al mando del Ejecutivo de Bruselas. Para Podemos todos esos acuerdos revelan la existencia de una nueva entente que devuelve el país al escenario del bipartidismo, con Sumar, que ejerce de muleta de Pedro Sánchez. Por su parte, los de Yolanda Díaz han decidido responder a las acusaciones de sus excompañeros de bancada, acusándoles directamente de estar en el mismo bando de Vox.

«El PSOE pacta con el PP una reforma del poder judicial que legitima la guerra sucia. Arranca una nueva legislatura de Gran Coalición porque el PSOE ha elegido como socio de gobierno al PP. La peor noticia para nuestro país», afirmó el martes Ione Belarra, secretaria general de Podemos, desde el Congreso de los Diputados. Los principales dirigentes de Podemos mantienen ese mismo discurso. Incluso Pablo Iglesias, quien intervino el miércoles en la televisión catalana, arremetió contra Enrique Santiago y Díaz: «Están encantados porque hay dos o tres jueces progresistas dentro del CGPJ». El exlíder morado señaló la «complicidad absurda» de Sumar.

Para Podemos, el acuerdo entre socialistas y populares es un verdadero «punto y aparte» de la legislatura. Los morados parafrasean a Pedro Sánchez, quien empleó esa expresión tras sus cinco días de reflexión por la imputación de su esposa, Begoña Gómez. A partir de ahora, sostienen, el nuevo «socio» de Sánchez es el Partido Popular, mientras que Sumar se convierte en la comparsa de una película que los de Irene Montero quieren impugnar, a la vez que lo hicieron hace diez años en los albores de Podemos.

Doble confrontación

El discurso de Podemos tiene un evidente objetivo estratégico, que consiste en recuperar su relación privilegiada con los nacionalistas, para atraerles a su plan de erosión del Ejecutivo desde la oposición de izquierda. Podemos cree que tanto en Europa como en España los socialistas y los populares están condenados a entenderse. Y consideran que Sumar no se desmarcará de su línea por miedo a perder los cargos ministeriales. Primero con la guerra en Ucrania, después con Gaza, ahora con el CGPJ y mañana con las reglas de estabilidad presupuestaria, Podemos se prepara para una doble confrontación desde la izquierda con el PSOE y Sumar. Para el debate sobre la unidad habrá que esperar.

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra
Ione Belarra. | Agencias

Y en ese contexto de enfriamiento del armisticio entre ambos, Sumar también ha decidido responder a los morados. Más allá de las declaraciones oficiales de los responsables del espacio liderado por Díaz, todas enfocadas en la idea de que el acuerdo representaba una «gran victoria», la clave de la respuesta de los referentes de Sumar pasa por encasillar a Podemos en el mismo bloque de Vox. «La renovación se hará según la actual normativa, sin aceptar chantajes: es la soberanía popular la que elegirá el Consejo General del Poder Judicial», añadió Enrique Santiago, uno de los pocos dirigentes que manejaba información privilegiada sobre el pacto que se estaba cocinando entre socialistas y populares.

El entorno de Yolanda Díaz celebra que entre los nuevos vocales del CGPJ se hallen algunos cercanos a su facción, sobre todo la canaria Inés Herrero, miembro del Consejo Fiscal y fundadora de la asociación Gafas Lilas contra la violencia de género. Incluso Vicky Rossell, alto cargo del ministerio de Igualdad de Irene Montero, le felicitó por su nombramiento. Mientras que desde las filas de Podemos arremetían contra el acuerdo y los representantes de Sumar que lo defendían. Y es que Podemos sabe que el bloque de Sumar no es monolítico, y que el secretismo con el que se llevó la negociación (el grueso del grupo parlamentario de Sumar se enteró por la prensa del acuerdo) ha generado algunas brechas en la coalición.

IU muestra sus dudas

Izquierda Unida, incómoda como nunca con Yolanda Díaz después de quedarse sin eurodiputado en Bruselas, avisó de que el acuerdo entre PP y PSOE no puede considerarse beneficioso para la democracia. «PP y PSOE acuerdan renovar el Poder Judicial tras cinco años de secuestro del CGPJ. La derecha cree que el Estado le pertenece y bloquea hasta que cree salirse con la suya. El PSOE yerra si pacta solo con quien quiere ser el zorro que vigila el gallinero», sostuvo el nuevo coordinador, Antonio Maíllo. Iglesias toma nota. Y otros presuntos aliados de Sumar, como los nacionalistas, han afeado al Gobierno el acuerdo. Otro segmento político con el que Podemos quiere reconstruir su alianza parlamentaria de la pasada legislatura.

Aunque Sumar evitó atacar a Podemos de forma directa (los de Díaz saben que Sánchez les pide buscar la unidad), sí dejó que referentes de su espacio político ataquen a los morados señalando su coincidencia con Vox. En las redes sociales, sobre todo, inspiradores y referentes de Sumar han subrayado el hecho de que las formaciones que más se han lanzado contra el acuerdo del CGPJ han sido los de Santiago Abascal y los de Podemos. El mensaje que trasladan es sencillo: «Sois como Vox».

Un ataque que busca deslegitimar a Podemos como alternativa a Sumar en la izquierda, aunque añada palos en la rueda de la reunificación, que, al menos en teoría, ambos segmentos deberían estudiar si no quieren quedarse huérfanos de cualquier tipo de influencia política. Y, de paso, evitar que el acuerdo entre socialistas y populares se convierta en una constante en la legislatura. El portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, por ejemplo, aconsejó al PSOE no «autoengañarse» con el PP. Para Sumar, el acuerdo del CGPJ es aceptable siempre y cuando sea «puntual», porque saben que de no ser así, los dardos de Podemos irán a más y afectarán al aguante de su grupo parlamentario.

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