El PCE exige respetar «la victoria de Maduro» y condena los «intentos golpistas» de EEUU y UE
La formación que lidera Enrique Santiago critica «el llamamiento al golpe de Estado por la extrema derecha en Venezuela»
El Partido Comunista de España (PCE) ha exigido que se respeten «los resultados emanados de las urnas» el pasado 28 de julio que, según recalcan, dieron «la victoria» al presidente venezolano, Nicolás Maduro. Asimismo, la formación ha condenado «el llamamiento al golpe de Estado por parte de la extrema derecha en Venezuela», así como los «intentos injerencistas y golpistas» por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
Así lo asegura en un comunicado la formación que lidera el portavoz adjunto de Sumar en el Congreso y diputado de Izquierda Unida, Enrique Santiago, quien el pasado domingo ya apeló a la prudencia y definió como «muy fake» las actas publicadas por la oposición.
Después de que Santiago pidiera a quienes dan la victoria a la oposición «apoyándose en las actas que ésta ha publicado» que esperen a que el Consejo Electoral Nacional (CNE) publique las «actas oficiales» en el plazo legal de 30 días que tiene para hacerlo, el PCE lanzó el comunicado exigiendo respeto para «los resultados emanados de las urnas que han dado la victoria al presidente Maduro y al Gran Polo Patriótico».
El partido subraya que desde que en 1999 echó a andar el movimiento bolivariano, encabezado por Hugo Chávez, «la Revolución Bolivariana no ha cesado en sus victorias» y el «imperialismo» no ha «cesado en sus ataques» porque no ha podido dominarla.
Así, recuerda el intento de golpe de Estado contra Chávez «organizado por Estados Unidos» en 2002, las más de 930 sanciones que, según sus cálculos, se han impuesto a Venezuela, y también como en 2019 «el imperialismo asumió a un presidente que no había sido ni apoyado ni respaldado por el pueblo venezolano y que se autoproclamó en una plaza», en referencia a Juan Guaidó.
La derecha siempre «canta fraude»
En este contexto, el PCE condena «el llamamiento al golpe de Estado por parte de la extrema derecha, el fascismo venezolano, y los poderes imperialistas» y recalca que desde la victoria de Chávez, es habitual que estos sectores «canten fraude» cuando los resultados no les favorecen.
«Quienes no aceptan la reelección del presidente Nicolás Maduro y quienes están promoviendo la agenda del golpe de Estado en Venezuela, no se pueden esconder bajo la frase vacía de la «comunidad internacional», avisa, a la vez que rechaza «los intentos injerencistas y golpistas» por parte de Estados Unidos y la Unión Europea.
En este contexto, recalca que «el único árbitro institucional en el proceso electoral en Venezuela es el Consejo Nacional Electoral (CNE)». También señala que, a petición del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), la Justicia está verificando el proceso electoral y destaca que, «hasta ahora lo que ha quedado absolutamente claro es que el número reducido de actas publicadas por la oposición para justificar su reclamación de la victoria, no parece que tengan credibilidad».
El PC venezolano pide las actas
Esta posición contrasta con la del Partido Comunista de Venezuela (PCV), que acusa a Maduro de pretender «reelegirse sin mostrar los resultados de las elecciones discriminados por mesa de votación», y de utilizar al Tribunal Supremo de Justicia «para suplantar» las atribuciones del Consejo Nacional Electoral (CNE)
«Es evidente que el Gobierno-PSUV trata de judicializar el proceso electoral para impedir que las auditorías con participación ciudadana se realicen y es por ello que desde el PCV exigimos que se abran las cajas electorales, se cuenten uno a uno los votos y los resultados sean presentados al país», defienden los comunistas venezolanos.
Además, el secretario general del PSV, Óscar Figueira, ha recordado al Gobierno de Maduro que «defender la Constitución y el Estado de Derecho no es fascismo» y le ha acusado de utilizar «una «política del terror en los sectores populares del país», tras las denuncias de centenares de detenciones que se han registrado en el país durante las protestas contra el resultado oficial de las elecciones.