Edmundo González se refugió en la Embajada holandesa por desconfiar del Gobierno español
La oposición había elegido a Países Bajos en las negociaciones de Barbados en detrimento de la diplomacia española
Edmundo González Urrutia, el día de los comicios del 28-J. | Foto: EP
Edmundo González Urrutia prefirió refugiarse en la Embajada holandesa en Caracas antes que la española por la desconfianza que la oposición venezolana tenía en el Gobierno de Pedro Sánchez. La decisión del vencedor de los comicios presidenciales de pasarse a la clandestinidad se tomó unos días después de las elecciones del 28-J y se mantuvo bajo un estricto secreto, hasta el punto de que el Ejecutivo de La Haya no informó de ello a España ni a ningún otro socio europeo.
Los líderes de la oposición venezolana tenían abiertos canales de interlocución con Países Bajos, ya que prefirieron a este país como acompañante en las negociaciones de México y Barbados de 2023. A las reuniones en la isla caribeña asistieron representantes de Argentina, Brasil, Colombia, México, Rusia, Estados Unidos, Francia, Países Bajos y Noruega. El país nórdico ejerció de país facilitador y los otros, como acompañantes. Hay que destacar que la presencia de Rusia fue por decisión expresa de Nicolás Maduro, mientras que la oposición se decantó por Países Bajos en detrimento de España.
La firma de Barbados entre el oficialismo y la oposición venezolana, donde se fijó una hoja de ruta para las elecciones presidenciales en este país sudamericano con el respaldo de hasta nueve países, fue un duro revés para la diplomacia española debido a su ausencia. La implicación de España en el proceso negociador fue «nula» y provocó preocupación entre algunos diplomáticos españoles destinados en Iberoamérica, según fuentes consultadas por este diario. Una situación que fue aprovechada por otros países vecinos de la UE, caso de Francia o los citados Países Bajos, para ocupar una posición de influencia en la región que la diplomacia española tuvo casi en exclusiva en las últimas décadas.
José Manuel Albares se había puesto «a disposición» del Gobierno de Maduro y la oposición venezolana en enero de 2023 para ayudar al proceso de conversaciones iniciado en México. Pero en aquel momento admitió que no había una «petición formal» para que España jugase un papel en las negociaciones, tras reconocer que el diálogo no se estructuraba como el de Colombia y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), donde la diplomacia española sí está presente como acompañante del proceso de paz.
La reunión en Madrid del ministro español con Gerardo Blyde, jefe negociador de la oposición venezolana, no sirvió para que este último aceptase la presencia española por «desconfianza» hacia Madrid. De ahí que la oposición buscase el abrigo y la complicidad de La Haya. Una decisión que Edmundo González aprovechó en su búsqueda de refugio tras las primeras arremetidas del chavismo, que empezaron en la misma noche electoral.
El vencedor de los comicios se puso en contacto con la Embajada holandesa después del 28-J para preguntar si podía esconderse en su residencia. El jefe de la diplomacia holandesa, Caspar Veldkamp, dio luz verde a la solicitud. Una decisión que muy pocos funcionarios conocían en La Haya. Los vídeos de González Urrutia en los que pedía a Maduro que facilitase una transición política se grabaron desde el interior de la legación diplomática.
Las embajadas estaban muy cerca
Sin embargo, la presión del régimen de Maduro, especialmente sobre la Embajada argentina, en la que se habían refugiado seis opositores, hicieron mella en el candidato opositor, quien a principios de septiembre indicó al embajador holandés que quería salir del país. Veldkamp le llamó por teléfono.
«Hablé con él sobre la situación en Venezuela, la importancia del trabajo de la oposición y la transición a la democracia, y subrayé nuestra continua hospitalidad. Sin embargo, indicó que quería irse y continuar su lucha desde España», donde reside una de sus hijas, explicó el ministro holandés en una carta al Parlamento de su país, tras conocerse este sábado que había pedido asilo político en nuestro país.
González Urrutia no llegó ni a pasar dos días en la residencia del embajador español, Ramón Santos. La vivienda holandesa está muy cerca de la española. Apenas dos mansiones las separan, así que el traslado de una a otra se hizo rápidamente y sin que el régimen de Maduro tuviese conocimiento de su ubicación.
Tras la acogida del presidente electo, el equipo de Albares inició las gestiones con el régimen de Maduro para lograr los salvoconductos que permitiesen salir del país al vencedor de los comicios y su mujer. Ese fue el momento en el que Exteriores contactó con el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero para que transmitiese la petición a Caracas, una labor de «mera intermediación» entre ambos gobiernos, según fuentes diplomáticas.
En cuanto Maduro supo que su rival político estaba en la residencia española, el chavismo presionó a González Urrutia para que firmase su salida del país. Lo hizo rodeando la embajada argentina donde estaban los mencionados seis opositores. Hubo informaciones de que Caracas retiraba a Brasil la condición de país protector de la legación argentina y los vehículos de policía volvieron a rodear la residencia ante lo que parecía un inminente asalto. Todo ello quebró el ánimo del líder opositor.
El Gobierno de Maduro entregó este lunes al de Países Bajos una «firme protesta» diplomática por acoger en la residencia del embajador durante más de un mes al candidato opositor. La responsable del Ministerio de Exteriores para temas de Europa, Coromoto Godoy, antigua embajadora en España, recriminó en redes sociales la «conducta injerencista e ilegal» de la representación diplomática de Países Bajos, a la que atribuyó «una actitud arrogante e inamistosa».
«Encubrió la organización y dirección de actividades en contra de la estabilidad y la paz del país por parte del ciudadano Edmundo González, con el agravante de que el sigilo se mantuvo incluso cuando el referido ciudadano estaba siendo requerido judicialmente», señaló Godoy refiriéndose a las tres citaciones de la Fiscalía. La ausencia de dichas citaciones motivó una orden de arresto y, según Godoy, Países Bajos permitió al principal candidato opositor «eludir sus responsabilidades ante la justicia venezolana».
