Los nuevos equilibrios en la UE alejan aún más la posibilidad de que el catalán sea lengua oficial
La presidenta de la Comisión propone perfiles de comisarios poco favorables a ampliar las lenguas oficiales en la UE
La oficialidad del catalán en la Unión Europea, uno de los compromisos que adquirió el Gobierno de Pedro Sánchez para lograr el apoyo de Junts per Catalunya tras el 23-J, está más lejos de concretarse. Hasta ahora, y pese el empeño del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, para que Bruselas diera prioridad al catalán -incluso por delante del gallego o euskera-, el asunto no prosperaba por las dudas de varios países, en especial de Hungría. El nuevo Ejecutivo elegido por Ursula von der Leyen tampoco cuenta con perfiles favorables a adoptar el catalán como lengua oficial.
El Consejo de la Unión Europea es quien fija el régimen lingüístico de las instituciones comunitarias mediante reglamentos por unanimidad. En la actualidad, hay 24 lenguas oficiales. La dirigente alemana ha propuesto para la nueva Comisión Europea a Jessika Roswall. La ministra de Asuntos de la UE de Suecia, integrante del Partido Moderado, quien consideró que era «mucho dinero» utilizar esta lengua en las instituciones comunitarias tras ver las «estimaciones» de que costaría alrededor de 44 millones euros anuales. Esta cifra figuraba en un informe preliminar de la Comisión que, en el caso de incorporar también el gallego y vasco, aumentaba hasta los 132 millones. «Hemos visto las estimaciones y es mucho dinero», sostuvo.
En caso de que el Parlamento Europeo ratifique su nombramiento, Roswall ocupará la cartera de Medio Ambiente, Resiliencia del Agua y Economía Circular Competitiva. Un ámbito del que no depende la oficialidad del catalán, gallego o euskera. No obstante, y según fuentes políticas consultadas por THE OBJECTIVE, tampoco el resto de nombramientos hacen prever un escenario más favorable para la demanda de los nacionalistas catalanes.
Sin aliados de los ‘indepes’
La nueva Comisión planteada por Von der Leyen, con un total de 27 miembros, se considera uno de los ejecutivos más a la derecha de las últimas décadas. Otro de los nombres que ha generado más reacciones es el del italiano Raffaele Fitto, del partido Hermanos de Italia, de la primera ministra Giorgia Meloni. Fitto ocuparía la cartera de Cohesión y Reformas, siempre y cuando logre el aval de socialistas y liberales en la Eurocámara.
La dirigente conservadora alemana también ha apuntalado al ministro de Exteriores francés, Stéphane Séjourné, como vicepresidente de Prosperidad y Estrategia Industrial. El político liberal no se ha posicionado respecto la oficialidad del catalán en Europa, aunque, según las fuentes consultadas, la tradición francesa liberal y republicana no suele dar prioridad a los idiomas regionales.
Las otras dos vicepresidentas son Henna Virkkunen, del partido de centroderecha de Finlandia Coalición Nacional, que se responsabilizará de la cartera de Soberanía, Seguridad y Democracia, y Roxana Mînzatu, del Partido Socialdemócrata de Rumanía, que asumirá la comisaría de Gente, Habilidades y Preparación.
Por lo que respecta a la nueva cartera de Defensa, Von der Leyen ha propuesto al político lituano Andrius Kubilius. Y al letón Valdis Dombrovskis para las carteras de Economía y Productividad. Letonia y Lituania fueron dos de los países que se mostraron abiertamente en contra de modificar el reglamento europeo que rige el uso de las lenguas oficiales de la UE para incluir el catalán, euskera y gallego.
Habrá que esperar el resto de perfiles propuestos, como el danés Dan Jørgensen (comisario de Vivienda); el polaco conservador Piotr Serafin (cartera de Presupuesto) o el húngaro Olivér Várhelyi (Sanidad y Alimentación). Nadie, sin embargo, espera sorpresas en esta materia.
El papel de Hungría
Otro aspecto que se suma a que el asunto de la oficialidad del catalán se demore es el papel actual de Hungría. El presidente húngaro Viktor Orban asumió el pasado julio la presidencia semestral del Consejo de la UE y ha mantenido la misma postura por lo que concierne a este compromiso que el PSOE adquirió con Junts.
En la primera reunión del Consejo bajo su presidencia, que se celebró en Budapest a inicios de setiembre, esta cuestión no figuraba en el orden del día. En la misma línea, su embajador permanente en la UE, Bálint Odor, excluyó la posibilidad de apoyar esta propuesta del Gobierno español. «No tenemos intención de hacerlo», aseveró. Esta negativa se produjo pocos días después de que el ministro Albares se reuniera con su homólogo húngaro, Peter Zijjártó, para tratar de convencerle sobre este asunto.