Ciudadanos le paga el alquiler de un piso a su líder nacional pese a la crisis del partido
La formación naranja abona 1.400 euros al mes por la vivienda del navarro Carlos Pérez-Nievas en el centro de Madrid
Ciudadanos está pagando desde marzo de 2023 el alquiler de un piso en el distrito madrileño de Chamberí a su actual coordinador nacional, el navarro Carlos Pérez-Nievas, a razón de 1.400 euros mensuales, según el contrato del mismo al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE en exclusiva.
La vivienda, de 32 metros cuadrados, está situada en la séptima planta de un edificio de la calle Marqués de Riscal, cerca del remodelado Frontón Beti Jai y el hotel Santo Mauro. El alquiler de 16.800 euros anuales estipula una duración mínima de un año, renovable hasta un máximo de cinco, y una fianza de un mes que se tuvo que abonar en el momento de la firma (ver abajo).
El contrato fue firmado por una trabajadora de Ciudadanos el 15 de febrero de 2023 cuando la sede central aún estaba en Alcalá 253. Fue apenas dos semanas después de la llegada de la nueva Ejecutiva naranja liderada por Adrián Vázquez y Patricia Guasp, en la que Pérez-Nievas quedó como coordinador nacional y encargado de la Secretaría de Organización. Luego ha ido asumiendo más tareas orgánicas como la de máximo responsable de Finanzas. En aquel momento, el político navarro aún tenía la condición de diputado foral por su comunidad autónoma, por lo que contaba con un sueldo público. Situación en la que estuvo hasta mediados de julio del año pasado.
Hasta entonces, Ciudadanos solo había pagado el alquiler de un piso en Madrid durante un breve periodo de tiempo a Marina Bravo, que ostentó el puesto de secretaria general o número dos de la formación naranja con Inés Arrimadas mientras era diputada autonómica en Cataluña. Durante la presidencia de Albert Rivera también se utilizó una vivienda en alquiler para algunos dirigentes que tenían que desplazarse a la capital en momentos puntuales, pero el uso de las habitaciones era rotatorio. Por ejemplo, los anteriores secretarios de Organización, Borja González y Fran Hervías, no tuvieron esta ayuda del partido pese a que provenían de fuera.
Una situación completamente diferente a la que tiene Pérez-Nievas en la actualidad, ya que disfruta en exclusividad de este alquiler que le paga el partido. En este sentido, es el único dirigente al que se le sufraga una vivienda en Madrid, si bien él alega, en conversación con este periódico, que a Ciudadanos le sale más económico abonar este piso cada mes que pagar un número significativo de noches de hotel como ocurrió entre septiembre de 2022 y marzo de 2023 cuando asumió sus primeras tareas orgánicas con Arrimadas y luego con Vázquez.
A esta retribución en especie para Pérez-Nievas, que la formación naranja ha comunicado al Tribunal de Cuentas, se une el salario como miembro de la Ejecutiva y el uso de una tarjeta corporativa. En cuanto a lo primero, Adrián Vázquez subió un 45% la partida de gastos de representación de la que salían los emolumentos de los miembros de su Ejecutiva tras salir victorioso en la Asamblea General celebrada en enero de 2023, según la contabilidad interna del partido centrista a la que tuvo acceso THE OBJECTIVE.
Vázquez heredó de Inés Arrimadas unas cuentas saneadas, en las que el partido tenía 11.007.039,40 euros en caja al cierre del ejercicio de 2022 y ninguna deuda con bancos o acreedores. La formación naranja tenía abiertas tres cuentas bancarias en Caixabank, el Banco Santander y el BBVA con un colchón de diez millones de euros –exactamente, 9.936.494,12 euros– y una fianza de casi 470.000 euros con la aseguradora Caser por el alquiler de su sede nacional en la calle Alcalá. Pero en poco menos de un año se ha evaporado más de la mitad de dicho colchón económico.
El hoy eurodiputado del PP dio su visto bueno a toda la previsión presupuestaria naranja del pasado año… menos a la partida de las retribuciones a distribuir entre la Ejecutiva, que ordenó subirla de forma sustancial con el argumento de que «doblaba en miembros a la de Arrimadas». En realidad, se pasó de 11 personas en el Comité Permanente con ella a 15 con Vázquez. De los citados 183.540 euros del primer borrador se pasó a un segundo presupuesto con la cifra de 440.640 euros y, finalmente, a un tercero definitivo con 460.080 euros debido a una inclusión a última hora en la Ejecutiva.
Vázquez se puso un sueldo inicial de 3.200 euros netos, una cifra ligeramente superior a la de Arrimadas, que era de 3.185 euros en el momento de la marcha de la presidenta. Todo ello en un momento en el que Ciudadanos se disponía a meter la tijera hasta el fondo en el resto de partidas presupuestarias y cuando se empezó a despedir a los primeros empleados, muchos de ellos provenientes de la etapa de Rivera.
El entonces líder de Cs no fue el único en beneficiarse de ello. La portavoz política, Patricia Guasp, también pasó a ganar los mismos 3.200 euros que el fruto de la bicefalia que estrenó el partido. Con Arrimadas, su número dos —Marina Bravo— cobraba 1.910 euros netos. Para el resto de cargos de la Ejecutiva, los sueldos aumentaron de forma considerable. Por ejemplo, Pérez-Nievas pasó a ganar 2.500 euros netos al mes (40.500 euros en el cómputo del año) como coordinador general cuando los vicesecretarios con Arrimadas recibían 1.750 euros mensuales.
Vázquez no solo elevó un 45% el gasto en los sobresueldos para los miembros de su Ejecutiva cuando accedió a la dirección del partido centrista a principios de 2023, sino que duplicó el límite de la tarjeta corporativa de los dirigentes hasta los 1.000 euros mensuales. Además, extendió su uso a todos los miembros de su Comité Permanente –15 personas en total– cuando en la etapa de su predecesora solo la tenían Arrimadas y tres personas de su núcleo duro.
Una ‘corporate’ de 1.000 euros mensuales
Ciudadanos contaba a finales de 2022 con 43 tarjetas corporate en activo. Casi todas tenían un límite, estaban repartidas entre trabajadores de la dirección nacional y secretarios autonómicos de Organización. Pero solo disponían de ella cuatro personas del Comité Permanente: Arrimadas, Bravo y los dos vicesecretarios generales, Daniel Pérez y Edmundo Bal. Los tres primeros tenían un tope mensual de 600 euros, mientras que la tarjeta de Bal estaba topada en 200 euros. La diferencia entre él y Pérez se debía a que este último tenía que desplazarse desde Zaragoza para asistir a reuniones y ejercer de portavoz en la capital. El resto de dirigentes, por ejemplo Begoña Villacís o Juan Marín, nunca disfrutaron de un plástico naranja.
La nueva dirección naranja procedió a la cancelación «inmediata» de todas las tarjetas vigentes de la etapa Arrimadas –las mencionadas 43– y acordó emitir 20 nuevas para los 15 miembros de la Ejecutiva liderada por Vázquez y Guasp, así como para cinco trabajadores de los departamentos de Finanzas y Gerencia en la sede central. Tanto los entonces secretario general y portavoz política como el vicesecretario general (Mariano Fuentes) y el citado Pérez-Nievas recibieron la corporate más elevada con un límite mensual de 1.000 euros. Es decir, 400 euros más del tope que tenían Arrimadas y su núcleo duro. Ahora ya solo quedan cinco tarjetas activas y el coordinador nacional asegura que está cargando alrededor de 500 euros al mes.
Ciudadanos se encuentra en estos momentos inmerso en pleno período precongresual. Los próximos 26 y 27 de octubre se celebrará en Ciudad Real una asamblea extraordinaria de la que saldrá una nueva dirección política tras las sucesivas debacles electorales de los últimos años, que han dejado a la formación naranja al borde de la desaparición. El plazo para la presentación de candidaturas empezó el lunes y acaba este miércoles, mientras que la recogida de avales será entre el 4 y 9 de octubre.
La lista oficialista la encabeza el citado Carlos Pérez-Nievas junto con otros cuatro militantes, entre los que destaca Mariana Boadella, hija del dramaturgo y fundador del partido Albert Boadella. Las posibles candidaturas alternativas no lo tendrán fácil, ya que los estatutos naranjas establecen un mínimo del 10% de apoyos entre la militancia. Es decir, hay que conseguir las firmas de un total de 303 afiliados ya que la formación naranja apenas supera los 3.000 inscritos en la actualidad.
Un millón de gasto en sueldos
El partido mantiene una estructura mínima, con solo dos sedes en régimen de alquiler -Madrid y Barcelona- y ocho trabajadores en nómina. Desde su desaparición del Parlamento catalán en mayo y de la Eurocámara en junio, apenas ha terciado en el debate político. Jordi Cañas se mantiene como portavoz político, si bien prepara su paso a la actividad privada aprovechando los contactos que recabó en Bruselas como eurodiputado. Por su parte, Carlos Carrizosa dimitió el 18 de junio como líder en Cataluña, la comunidad autónoma en la que nació la formación naranja y donde más afiliados tiene ahora.
Pese a su difícil situación, mantiene aún una hucha con la que sobrevivir un tiempo. Pero la caída de ingresos y las previsiones económicas son sombrías. Ciudadanos terminó el año 2023 con un patrimonio neto de 5.333.014,10 euros, la mitad de los 11 millones con los que contaba en enero del año pasado, cuando Inés Arrimadas dio el relevo a Adrián Vázquez. Hay que recordar que la formación naranja cerró 2022 con un superávit de 430.000 euros. Más preocupantes son los presupuestos de este año (ver abajo), que se subieron a la página web en junio tras las debacles de las catalanas del 12-M y las europeas del 9-J.
En ellos se prevén unas pérdidas de más de 2,3 millones de euros después del ciclo electoral, ya que los ingresos -poco más de 750.000 euros- se quedarán muy lejos de los gastos -3,1 millones-. Solo en sueldos de personal -un millón de euros después del ERE del año pasado- se gastará más que las aportaciones de grupos institucionales y las cuotas de afiliados y cargos electos.