Vox confirma que no apoyará la moción de censura contra Mazón: «Con separatistas, no»
El partido conservador exige al PP que convenza a sus socios europeos que veten a Teresa Ribera como comisaria europea
Vox ha confirmado este lunes que no apoyará una moción de censura contra Carlos Mazón, tal y como adelantó THE OBJECTIVE la semana pasada. «Nosotros con separatistas, ni a la vuelta de la esquina», ha zanjado el portavoz nacional, José Antonio Fúster, ante la posibilidad de unirse a PSOE y Compromís para descabalgar al barón popular de la Comunidad Valenciana.
Esta ha sido en respuesta a la formación pancatalanista, que ha puesto este lunes sus quince diputados en las Cortes Valencianas para que los socialistas presenten una moción de censura. O los socialistas «nos dejan los 5 diputados que nos faltan» para la moción de censura, «o la presentamos conjuntamente», ha asegurado Joan Baldoví, que ha pedido que todos los grupos que sean «coherentes» con lo que dijeron el viernes pasado en la comparecencia de Mazón.
Vox sostiene que Mazón ha sido «negligente» en la gestión de la tragedia y también sus explicaciones en el Parlamento valenciano la semana pasada fueron «insuficientes». Sin embargo, pone todo el foco en la «negligencia criminal» del Gobierno de Pedro Sánchez.
Según ha recordado Fúster, Vox ha reclamado la creación de una comisión de investigación en la Cámara autonómica para «llegar al fondo del asunto». Pero más allá de eso no están dispuestos a sumarse a movimientos políticos de los partidos de la izquierda contra Carlos Mazón, de cuyo gobierno formaron parte hasta su salida de todos los ejecutivos autonómicos este pasado mes de julio por su decisión de acoger de menores extranjeros no acompañados.
No a Ribera
El portavoz de Vox ha pedido al PP que si quiere que Teresa Ribera no resulte elegida, «exija a todo su grupo que vote en contra». Fúster ha advertido de que Ribera «sólo será comisaria si el PP Europeo vota a su favor». Para el conservador, «no hay ningún tipo de condición o pacto que pueda ser aceptable para que alguien tan negligente como Teresa Ribera sea elegida». Y ha ido más allá, puesto que la condición de que la ministra para la Transición Ecológica comparezca en el Congreso para explicar su gestión, como justificación del PP para votarla, «no tiene nada que ver» con la realidad porque «es su obligación». Además, también es una «estafa condicionar su nombramiento a una posible dimisión si es imputada», porque «sabemos lo que vale la palabra de cualquier ministro del Gobierno sanchista».
En definitiva, esas condiciones, son una «simple cortina de humo para tapar la realidad: que los socialistas y los populares, liderados por Von der Leyen, tienen un gran pacto». «Nosotros sabemos lo que votará el grupo de los patriotas, más aún ahora con el liderazgo de Abascal», ha celebrado Fúster, quien ha recomendado al PP que, si de verdad no quiere a Ribera como comisaria, «exija a todo su grupo que vote en contra. O que salga de su grupo si observan que son irrelevantes».
Abascal
Respecto a la elección del presidente de Vox, Santiago Abascal, como presidente de Patriotas por Europa este fin de semana en París, Fúster ha anunciado que «buscará alianzas con quienes estén dispuestos a alejarse de las políticas de izquierdas aprobadas por la desgraciada alianza entre populares y socialistas».
Y es que desde este fin de semana, Abascal se ha puesto al frente del tercer partido de la Unión Europea para luchar por defender nuestras fronteras, los intereses de nuestros productores y la libertad de los españoles y todos los europeos.
El mandato del líder español, al frente de más de 19 millones de patriotas, se enfocará en tres ejes. El primero, el combate contra las políticas migratorias, que «ponen en peligro nuestra identidad y llenan de inseguridad nuestras calles y nuestros barrios·; el segundo, las políticas climáticas, que «criminalizan al campo mientras abren las puertas a la competencia desleal del producto extranjero; prohíben explotar nuestros recursos naturales; impiden las obras hidráulicas necesarias para dominar la naturaleza y evitar tanto sequías como catástrofes naturales de la magnitud de la vivida en Valencia»; y el tercero, las políticas de imposiciones, «que van contra la libertad de los españoles y europeos, de pensamiento, de sus ideas y de su libertad de expresión. Y que imponen la cultura de la cancelación».