El Gobierno confía en que Puigdemont no rompa hasta que el TC estudie la amnistía
El Ejecutivo calcula que en julio se pronunciara el tribunal y que su decisión afecta directamente al líder de Junts
En pleno pulso de Junts per Catalunya con el Gobierno de Pedro Sánchez por sus incumplimientos, hay una cuestión a la que se agarra el Ejecutivo para ser optimista con la continuidad de la legislatura: el hecho de que el Tribunal Constitucional debe pronunciarse sobre la Ley de Amnistía tras ser recurrida por el Partido Popular y varios de sus gobiernos autonómicos, explican fuentes del PSC a THE OBJECTIVE. Y en especial, ante la evidencia de que Carles Puigdemont todavía no se ha podido beneficiar de ella, pero no descartan que pueda hacerlo ya que todavía no se ha escrito el último capítulo.
En la última reunión de este viernes celebrada de urgencia en Suiza entre Junts y el PSOE ha quedado patente el descontento de Puigdemont con el Gobierno. No obstante, fuentes socialistas aseguran que tienen un margen de tiempo para avanzar en las negociaciones y poder arrancar el aval de Junts a los Presupuestos Generales del Estado. De momento, se han prestado a acelerar algunas de sus reclamaciones, como la oficialidad del catalán en Europa, y esperan llegar a un acuerdo sobre las cuentas públicas. En paralelo, estiman que el Constitucional podría abordar la constitucionalidad de la ley del olvido penal el próximo julio.
El tribunal tiene previsto en el pleno de la próxima semana cumplir con los plazos que se había marcado. Primero debe admitir el resto de recursos de los ejecutivos autonómicos del PP que quedan pendientes, así como las tres cuestiones de inconstitucionalidad elevadas por el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Una vez admitidos todos, deberá pronunciarse sobre el recusación interpuesta por la Fiscalía contra el magistrado José María Macías. Los plazos dependen solo del Constitucional pero si va al ritmo que se fijó y no busca demorarlos a propósito, todo apunta a que en medio año habrá sentencia.
A la espera del Constitucional
El Gobierno de coalición dio prioridad a la Ley de Amnistía con el fin de asegurarse los apoyos de Junts a la investidura, y dejó en un segundo plano otros asuntos de índole económica (como el traspaso de Cercanías o la financiación singular de Cataluña). Las fuentes socialistas consultadas ven en las palabras de reproche de Puigdemont a Sánchez desde Bruselas en cuanto a no haberse pronunciado sobre la decisión de los jueces de no aplicar de forma integral la amnistía un ejemplo de que es un tema del que está pendiente, y que aún no se ha escrito la última palabra.
El asunto está en vías de resolverse por parte del Tribunal Constitucional. Aunque nadie quiere posicionarse sobre una decisión que compete a este órgano de garantías, saben que el hecho de que no sea un capítulo cerrado da oxígeno a la legislatura. Si finalmente el tribunal presidido por Cándido Conde-Pumpido fallara a favor de la nueva ley tendría unos efectos bastante inmediatos sobre el presidente de Junts. Más allá de que el caso llegue también a instancias judiciales europeas.
«Al hablar de una amnistía no es necesario una condena, ni que haya habido un juicio. No es como un indulto», añaden fuentes jurídicas consultadas por este periódico. Es decir, si el Constitucional considera que el tipo de malversación que se le imputa a Puigdemont está amparada por la ley de amnistía será un punto y aparte para Puigdemont. Podrá volver definitivamente a España y mantenerse al frente de su partido y como líder de la oposición.
En el Gobierno quieren ser escrupulosos y evitar injerencias políticas. Nadie quiere anticipar lo que hará el tribunal presidido por Conde-Pumpido y si se producirá una situación similar a la del caso de los ERE de los socialistas andaluces, que pese a la condena del Tribunal Supremo fueron rehabilitados jurídica y políticamente tras el fallo del Constitucional.
Insatisfacción de Puigdemont
Por otra parte, Puigdemont no está satisfecho con el elevado grado de incumplimiento de los acuerdos alcanzados por parte del Ejecutivo central. Y, como informó este periódico, existe «debate interno» en el seno de la formación sobre durante cuánto tiempo tolerar estos «desplantes».
Para intentar reconducir las relaciones, una delegación de Junts y del PSOE se reunieron en Suiza. Este sábado, el propio Puigdemont ha asegurado que «el balance es decepcionante» y ha exigido avances a sus interlocutores. Los socialistas saben que no pueden relajarse, pero, como hicieron al inicio de legislatura, lo fían todo, o casi todo, a hacer efectiva la amnistía.