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Montero dirigirá el PSOE andaluz al no conseguir su rival los avales suficientes

Hierro, único candidato que se enfrentaba a la ministra, ha informado que no ha alcanzado el 12% necesario

Montero dirigirá el PSOE andaluz al no conseguir su rival los avales suficientes

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, será la próxima dirigente del PSOE de Andalucía, después de que su único rival, Luis Ángel Hierro, no haya conseguido los avales necesarios para poder presentar su candidatura a las primarias, al no superar el 12% obligatorio para poder liderar la baronía.

Por lo tanto, Montero, que aún no ha certificado que haya obtenido los avales necesarios para formalizar su candidatura, se queda como la única candidata a la secretaria general de los socialistas andaluces. «Hemos llegado casi a los 3000, pero ha sido imposible alcanzar el 12%. Es evidente que sería absurdo ponernos a contar avales y hacer que los y las compañeras tuvieran que ir a trabajar para realizar esa tarea innecesaria», ha anunciado Hierro en su mensaje de renuncia, quien ha añadido que «hemos llevado la participación de la militancia hasta donde nos han dado nuestras fuerzas».

«Por eso, tras hablar con la compañera María Jesús Montero, nuestra inminente Secretaria General, he decidido comunicar a la organización del Congreso Regional del PSOE de Andalucía que mañana a las 11:00 presentaré mi escrito de renuncia a la precandidatura a las primarias», ha explicado Luis Ángel Hierro en su página de Facebook.

En su escrito de renuncia, el ya excandidato ha prometido «luchar» por enviar «al cajón de la ignominia de la historia del PSOE» el nivel de porcentaje de avales necesarios para poder presentar una candidatura, después de que el número de avales necesarios se duplicase con respecto al último congreso del partido.

Así, Montero relevará a Juan Espadas, que lidera el PSOE andaluz desde junio de 2021, cuando ganó las primarias a Susana Díaz. La participación ese año fue del 75,29%, con 31.591 votos emitidos de los 45.374 militantes que tenían derecho a votar. Espadas obtuvo 17.415 votos, el 55,19%; Susana Díaz ha logrado 12.127, el 38,43%; y Luis Ángel Hierro (que entonces sí consiguió los avales) apenas 1.740, un 5,51%.

Montero: «Orgullosa» de Chaves y Griñán

La ministra, que representa la candidatura preferida por Ferraz, ha apelado a la fuerza histórica del PSOE de Andalucía, formación que aspira a liderar, y ha asegurado que, a pesar de las críticas del PP, se siente «heredera y muy orgullosa» de haber aprendido de la mano de los expresidentes Manuel Chaves y José Antonio Griñán.

La presencia de Magdalena Álvarez ha servido a Montero para abordar en su intervención el caso de los ERE, para defender que el Tribunal Constitucional ha anulado la sentencia y de esa forma al PP «se les acabó el chicle».

Ha asegurado que para ella es un honor haber aprendido de los expresidentes Chaves y Griñán, y de exconsejeros como Álvarez o Alonso, así como de todos aquellos socialistas «que con su trabajo contribuyeron a levantar» a Andalucía. «No sólo no me ofende, me siento muy orgullosa de que me identifiquen con las etapas más prósperas», ha dicho.

Durante un acto organizado en Cártama (Málaga), la ministra ha proclamado que comienza la «cuenta atrás» para que el PSOE-A vuelva a «ganar» unas elecciones autonómicas y el presidente de la Junta, Juanma Moreno (PP-A), «deje San Telmo», en referencia al palacio de Sevilla que es sede de la Presidencia del Gobierno andaluz.

María Jesús Montero ha defendido que el proceso que está desarrollando la federación andaluza para renovar su liderazgo –actualmente bajo la dirección de Juan Espadas– está siendo «bonito», y ha reivindicado la labor del PSOE andaluz a lo largo de la historia para que los andaluces «tengan mejores oportunidades, luchen contra la desigualdad» y tengan «servicios públicos de calidad».

En esa línea, ha remarcado que el PSOE reivindicó «desde la primera vez que se tiró a la calle una Andalucía en pie de igualdad, no una Andalucía llorona» o que «permanentemente confronta» o «se conforma», sino una comunidad «que pelea para poder tener las mismas capacidades que han tenido y tienen otros territorios de España».

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