Los cambios de sexo se disparan por la 'ley trans': 10.670 la han aprovechado en dos años
La aplicación de la norma multiplica por cuatro los cambios de sexo registral, la mayoría (62,23%) de hombre a mujer

La ministra de Igualdad, Irene Montero, celebra con activistas LGTBI la aprobación de la 'ley trans'. | EP
Dos años después de la entrada en vigor de la ley trans, los datos confirman que los cambios de sexo se han disparado en España por la polémica norma impulsada por la exministra de Igualdad Irene Montero. Según las cifras oficiales, hechas públicas este mismo miércoles, un total de 10.670 personas han modificado su sexo en el Registro Civil entre 2023 y 2024. Concretamente, 5.139 lo hicieron el primer año y 5.531 lo hicieron en el segundo.
Las cifras evidencian una tendencia disparada. En 2022, cuando la ley trans aún no había entrado en vigor, sólo 1.306 personas modificaron su sexo en el Registro Civil, según datos del sistema de información del propio registro (Inforeg y Dicireg).
Además, la norma está siendo utilizaba mayoritariamente por hombres. En el año 2023, los cambios de sexo de hombre a mujer fueron 3.149, frente a los 1.990 cambios de mujer a hombre. En 2024, la tendencia fue incluso a más: 3.491 personas cambiaron de sexo de hombre a mujer y 2.040 a la inversa.
La facilidades de la ley
El fenómeno trans llegó a los registros civiles en 2007, a raíz de la ley aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que permitía la modificación registral del sexo con un diagnóstico médico de disforia de género y, al menos, dos años de tratamiento hormonal del solicitante. Ese año el Registro Civil contabilizó an sólo 15 cambios de sexo. En 2008, con la ley ya en vigor, se contabilizaron el triple de notificaciones (46); un año después, la cifra multiplicaba por 9,5 la de antes de la norma (146). Desde entonces, la inercia ha sido ascendente -con el inciso de 2020 por la pandemia- hasta dispararse en 2023 por la ley trans nacional. En los últimos dos años las cifras multiplican las registradas en los 15 anteriores.
La norma impulsada por Irene Montero hace más fácil que nunca la transición. Otros países, así como algunas regiones españolas, obligan a someterse a tratamientos farmacológicos y operaciones, pero gracias a ella basta con «la libre declaración de la persona sentida» y la compleción de un formulario.
Una vez rellenado, el solicitante es citado para ratificar la solicitud y es informado de sus nuevos derechos. Transcurridos tres meses, es requerido para otra ratificación y, de formalizarse, el varón pasa a ser mujer (o viceversa) a todos los efectos, sin necesidad de cambiar su nombre ni aportar informes médicos y/o psicológicos (en aras de la «despatologización» de la disforia de género). Puede incluso, y este es un caso muy recurrente, mantener su nombre.
Más hombres que mujeres
Estas facilidades supusieron, tal y como adelantó este medio, un colapso del Registro Civil en sus primeras semanas, indicando también que la mayoría de quienes solicitan el cambio de sexo eran varones que deseaban ser considerados mujeres en lo sucesivo. Estos son ya 6.640, el 62,23% del total, mientras que sólo el 37,77% son mujeres que deciden transicionar a lo masculino: 4.030.
Esta asimetría podría explicarse por qué son muchos los varones que desean evitar en lo sucesivo denuncias falsas por violencia de género, o que quieren hacerlo para obtener más facilidades para acceder al cuerpo (policial o del Ejército) o para hacer una carrera con una nota de corte más accesible. Entre otras ventajas.