THE OBJECTIVE
Exclusiva

Un empresario desvela el pago de comisiones del 20% a cambio de obra pública del Gobierno

Un testigo revela a THE OBJECTIVE que José Ruz lideraba una trama en la que estaban Ábalos, Koldo y Aldama

El testimonio exclusivo al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE no proviene de un personaje menor. Se trata de un empresario que ha estado directamente relacionado con una trama que, presuntamente, cobraba comisiones ilegales de entre el 15% y el 20% a cambio de la adjudicación de obra pública y otro tipo de contratos relacionados con el Gobierno.

Él prefiere de momento permanecer en el anonimato, pero ha accedido a ser entrevistado en vídeo por THE OBJECTIVE con la condición de distorsionar tanto su voz como su imagen. Dado el indudable interés de sus declaraciones, este periódico ha decidido publicar su relato previa verificación de su identidad. Casi cuatro años después de la destitución fulminante de José Luis Ábalos como ministro de Transportes, y en el marco de la avanzada investigación contra él por pertenencia a organización criminal, cohecho y tráfico de influencias, THE OBJECTIVE entrevista a un testigo directo de las maniobras de la trama que operó al amparo del factótum de Pedro Sánchez.

«Había un grupo de gente encargada de acelerar todos los proyectos en relación con la Administración. Este grupo de gente estaba formado por un líder, que sería el señor José Ruz, y además Koldo García, José Luis Ábalos, Víctor de Aldama e Israel Pilar», manifiesta el entrevistado. En el primer escalón del entramado político-empresarial se situaba el constructor señalado por Víctor de Aldama en el pago de comisiones a cambio de amaños en la contratación pública e investigado por la Guardia Civil: el dueño de Levantina, Ingeniería y Construcción (LIC), Pepe Ruz. Este constructor era el ‘recaudador’ del llamado «grupo acelerador», que solicitaba las mordidas a los empresarios que buscaban agilizar su relación con la Administración. Ruz era la antesala de acceso al ministro de Transportes del Gobierno de España.

Pepe Ruz: 128 millones con Ábalos

«Era el que daba la cara, el que se relacionaba primero con el solicitante». Pepe Ruz mantiene una estrecha amistad desde la infancia con José Luis Ábalos, según el testigo entrevistado por THE OBJECTIVE. De hecho, el constructor fue uno de los invitados del Ministerio de Fomento al encuentro de la Organización Mundial de Turismo (OMT) celebrado en Georgia e iba en la comitiva de la delegación del Ministerio de Transportes. Además, Levantina, Ingeniería y Construcción obtuvo un total de 128 millones de euros en contratación pública por parte de la Dirección General de Carreteras durante la etapa de Ábalos en el ministerio.

El objeto de las reuniones de este grupo acelerador era «básicamente coger proyectos y ver la viabilidad de acelerarlos con la administración y luego cobrar una comisión por ello». Una comisión para el PSOE o, al menos, «ellos decían que era para el PSOE. Podría ser para el PSOE o para quien fuera, pero habría otra comisión para la persona que interlocutaba, que decía: yo me llevo lo que sea del proyecto este». Esa última persona «dependía del tipo de solicitud que tuvieran», pero se trata de «gente que conocía bien la administración y lógicamente de todo el grupo quien más conocía la administración eran Koldo García y José Luis Ábalos».

Israel Pilar, la «llave»

Pero antes de llegar al recaudador, había una fase previa, la del conseguidor o facilitador de contactos. Y ahí jugaba un papel fundamental Israel Pilar, presidente de Sortis SL. Era de la máxima confianza de Víctor de Aldama, de hecho, las conversaciones incautadas por la UCO revelan incluso a sus cercanos en la organización diciendo «Víctor es Isra» y viceversa. Así se entiende el relato exclusivo al que ha accedido este diario. «Este grupo tenía dos ‘sedes’ sociales: una era el propio local de Sortis», en la calle Goya de Madrid, «que era la empresa del señor Israel Pilar, y el otro era un restaurante al que se acudía prácticamente todos los días, este restaurante era La Tragantía, que está detrás del cuartel de la Guardia Civil» en el distrito madrileño de Chamartín.

La referencia a la consultora tecnológica Sortis SL no es casual. El sumario del caso Koldo sacó a la luz las conversaciones intervenidas por la Guardia Civil entre algunos de los investigados, que se referían al presidente de Sortis como «la llave» en el acceso a los fondos públicos, una suerte de «enlace» o «primer eslabón» de la trama en las mordidas de las mascarillas, aunque aún no se le conocía una implicación en el resto de negocios del entramado. No fue hasta el distanciamiento entre ambos cuando se inició el señalamiento de Aldama a Israel Pilar en su escrito de alegaciones ante el Supremo.

La disputa se originó a raíz de una investigación de la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF), cuando el experto tecnológico decidió no firmar una carta reconociendo los servicios prestados a Aldama. La respuesta del comisionista fue hacer público a finales de diciembre en su escrito de alegaciones al Tribunal Supremo el pago de comisiones de Sortis SL a la empresa de Aldama, Deluxe Fortune SL. Aunque lo más relevante es que el comisionista decidiera aflorar entonces la relación contractual y personal entre Israel Pilar (Sortis) y Koldo García, a través de la empresa Instalibero -dirigida por Manel Sallés Carceller, pero que según el testimonio de Aldama estaba relacionada con Israel Pilar-, y a través de la cual se contrató al asesor del ministro durante unos meses. Una forma de destapar la identidad de los miembros de este «grupo acelerador».

Modus operandi

El modus operandi era siempre el mismo. Israel Pilar traía los contactos y el «grupo acelerador» entraba en escena de forma gradual: «El primero de todos era el señor Ruz y luego, a continuación, venía el señor Koldo García y luego entraba el señor José Luis Ábalos». Una fórmula que ya relataron las fuentes consultadas por este periódico conocedoras de la operación para la obtención de una licencia bancaria en Malasia, que describieron la comida en el restaurante El Espigón, a instancias de José Ruz, a la que asistió Koldo García. Éste, a su vez, llamó a Ábalos, quien se acercó «a los postres». Fuentes conocedoras del entramado revelan ahora que la persona que puso en contacto a este empresario con Pepe Ruz fue precisamente Israel Pilar, la «llave» de la trama.  

El empresario entrevistado en exclusiva por THE OBJECTIVE asegura haber conocido y tratado durante un tiempo al exministro Ábalos y haber sido testigo de su condición de reclamo para los negocios que verbalizaban sus predecesores en la operación: «Hacía un poco el papel del personaje, es decir, dar credibilidad a esto. Yo creo que al empresario o la persona que pedía cualquier cosa a este grupo, esto le daba una fiabilidad porque había un ministro. El resto de las personas, al señor José Ruz, no le conocía nadie y al señor Koldo tampoco». El papel de la mano derecha de Ábalos no era menor. «Koldo era la persona que se desplazaba de un lugar a otro. Decía: ‘Nos vemos en tal ministerio’, y él cogía y llevaba a la gente al ministerio adecuado». 

Villafuel: «Conseguir la operadora sí o sí»

Esto fue lo que ocurrió con la trama del fuel y la entrada a escena de un nuevo personaje en la trama: Claudio Rivas, socio de Aldama tras presentarles Carmen Pano en agosto de 2020, momento en que le introdujo en el negocio del petróleo. «Yo sé que había un tema que era el tema de Villafuel. Conseguir ser operador en el mundo del gasoil es muy complicado y entonces ahí buscaron la fórmula para que intermediara el señor Ábalos». ¿Escuchó conversaciones sobre la concesión de una licencia de operadora? «Sí, muchas veces y muchos cabreos». Este testigo hace referencia al WhatsApp publicado por THE OBJECTIVE en el que Manel Sallés le envió a Ábalos un mensaje diciendo que Villafuel no podía tener licencia de operadora.

Según se recoge en el informe de la UCO, Sallés reenvió posteriormente este mensaje a Israel Pilar, junto a la siguiente frase: «Lo he enviado y ya he incendiado el convento». De hecho, el propio Koldo García ordenó que se borrara «inmediatamente» ese WhatsApp, cosa que no ocurrió. Este empresario dice desconocer el interés de Ábalos y Koldo en que Villafuel obtuviera la licencia, pero «evidentemente, sí estaban trabajando sobre esto, muchas veces en los meses de reuniones que se generaban hablaban de la operadora». Y la conclusión de esas conversaciones: «Que se tenía que conseguir la operadora sí o sí» .

 

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