Los presidentes del Ibex dan plantón a Albares en una cita para preparar una cumbre de la ONU
Santander, Telefónica, BBVA, Inditex e Iberdrola no atendieron la convocatoria del ministro la semana pasada

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. | Eduardo Parra (Europa Press)
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, organizó el pasado jueves una reunión con una decena de empresas del Ibex 35 para presentarles la 4ª Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo que la ONU celebrará en Sevilla del 30 de junio al 3 de julio. Sin embargo, la convocatoria se saldó con un plantón al jefe de la diplomacia de las principales cotizadas en la Bolsa de Madrid, según revelan fuentes empresariales a THE OBJECTIVE.
Esta cita de Naciones Unidas en la capital andaluza servirá para adoptar un conjunto de medidas financieras que marquen el camino hacia el desarrollo sostenible. El Gobierno de Pedro Sánchez tiene marcada en rojo esta cumbre, ya que considera que será el principal acontecimiento internacional en España en este 2025. Se espera la participación de mandatarios extranjeros, así como figuras relevantes del mundo de los negocios y las fundaciones. De ahí el interés de Albares para que las empresas españolas se impliquen a fondo en esta cita.
En un primer momento, Exteriores cursó de forma genérica las invitaciones para la reunión del 27 de marzo por la tarde. Una cita que nunca apareció en la agenda oficial de Albares de ese día. A 48 horas de la misma, el gabinete del ministro confirmó a las empresas el encuentro, pero el día 26 por la mañana contactó de nuevo con las principales cotizadas del Ibex para comunicarles que el cónclave estaba restringido a CEO y presidentes.
Este cambio de última hora provocó que BBVA, Santander, Telefónica, Inditex e Iberdrola rechazasen ir a la sede de Exteriores ante esa imposición, según las citadas fuentes. Repsol dejó en el aire su presencia y solo AENA, Indra y Mapfre se comprometieron a ir a la cita con Albares con las nuevas condiciones. Este periódico preguntó este martes a la Oficina de Información Diplomática (OID) quiénes fueron las empresas invitadas y qué representantes asistieron finalmente a la reunión con Albares, pero no obtuvo respuesta. Desde Mapfre se confirmó a THE OBJECTIVE que su presidente, Antonio Huertas, estuvo en el encuentro con el ministro.
Los CEO y presidentes de las principales compañías del Ibex 35 suelen asistir a las citas empresariales a las que les convoca Pedro Sánchez, como la última celebrada en el Foro de Davos, pero es muy raro verles en reuniones de contenido económico con ministros salvo contadas ocasiones y solo si se trata del titular de Economía, Carlos Cuerpo, o de alguna de las vicepresidentas. De ahí que algunas empresas se mostrasen sorprendidas y molestas con las condiciones que impuso el gabinete de Albares a 24 horas de la reunión.
El ministro ya explicó esta cumbre de la ONU en Sevilla a finales de enero a los portavoces de los grupos parlamentarios en Cooperación Internacional del Congreso y el Senado, a quienes pidió consenso de cara a esta cita que tiene como objetivo «la aprobación de un nuevo paradigma de la financiación del desarrollo que contribuya a hacer posible el cumplimiento efectivo de la Agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible (ODS)», según indicó el Gobierno en un comunicado.
«Un actor capaz de forjar consensos»
Albares expuso a los diputados y senadores que esta conferencia representa «una gran oportunidad» para que la comunidad internacional «impulse la movilización de todas las políticas y los recursos para la consecución de los ODS y la aceleración del cumplimiento de la Agenda 2030 a nivel global». Una cita que se celebrará a cinco años de la finalización de esta agenda de objetivos que desde Vox se critican con dureza.
Naciones Unidas eligió a España en febrero del año pasado como sede de esta cuarta edición de la Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FfD4, en sus siglas en inglés). Moncloa celebró entonces que la elección de España confirmaba «la percepción de nuestro país como un interlocutor equilibrado y un actor capaz de forjar consensos», ya que, en su opinión, consolidaba «su perfil multilateral afianzándose como un socio principal de Naciones Unidas, incrementando su peso en una agenda global prioritaria».