Podemos presume de bases frente a Díaz pese a la baja participación en su congreso
El partido pierde 80.000 votantes internos en sus congresos desde 2017 pero critica el sistema de delegados de Sumar

Asamblea de Podemos en 2025 | Europa Press
Podemos presume de su militancia a pesar de la caída de la participación en su último congreso, que se celebró el 11 y 12 de abril pasados en Madrid. Las cifras señalan que el partido morado está lejos de los números que alcanzaba hace años: ha pasado de 100.000 votos a los actuales 20.000 para decantar la lista ganadora en el congreso. Pero los morados creen que aun así están por encima de Sumar, que prefirió elegir a su nueva dirección a través del sistema de delegados.
Las cifras con elocuentes. En los dos primeros congresos de Vistalegre (I y II), Podemos logró que participaran en la votación para decantar el liderazgo del partido más de 100.000 personas. Concretamente, 107.000 en 2014, y 155.000 en 2017. Esta cifra se redujo a la mitad en los siguientes dos congresos de 2020 y 2021, cuando Ione Belarra se hizo con la secretaría general de la formación después de la salida de Pablo Iglesias. Y en la votación del 11 y 12 del pasado abril, Belarra cosechó tan solo 24.000 votos para confirmarse al mando de la organización.
Se trata de cifras que señalan una tendencia a la baja en la participación interna. De hecho, en los documentos congresuales Podemos reconoce que necesita volver a impulsar el músculo de la militancia. Pretende hacerlo en dos ámbitos: el territorial y el digital. Podemos quiere reactivar su militancia en los territorios para preparar los próximos comicios generales, que creen que Pedro Sánchez puede adelantar. Pero también necesita reforzar a sus activistas en las redes sociales, donde también quieren dar la batalla contra Yolanda Díaz y Sumar.
Delegados
Aunque a lo largo de los últimos años la participación se ha desplomado, Podemos intenta mirar el vaso medio lleno. Los morados sostienen que en comparación con otras formaciones de la izquierda alternativa al PSOE, siguen teniendo datos de participaciones por encima de sus competidores. Así, afirman que frente a los más de 20.000 votos de su último congreso, Izquierda Unida tan solo contó con 8.000 votos en su última asamblea federal, y que Sumar prefirió incluso el sistema de los delegados para esquivar el cálculo nominal de los apoyos a la candidatura oficialista apoyada por Yolanda Díaz.
La candidatura de afines a Yolanda Díaz cosechó el apoyo del 93% de los votos, pero la formación prefirió el sistema de los delegados al voto nominal. Votaron en total 500 delegados a la asamblea fundacional del nuevo partido de Díaz, donde se decidió renunciar a ejercer el papel de «partido paraguas» de las demás formaciones de la coalición, asumiendo así el criterio de la colegialidad con los demás socios y avanzar en su política de alianzas para evitar «acuerdos de última hora tras enfrentamientos públicos», tal y como ocurrió en las negociaciones de las listas del pasado 23-J.
Para los morados, Díaz intenta ocultar a través de los delegados la falta de militancia de su formación. Podemos considera a Sumar algo parecido a un «artefacto mediático» sin presencia alguna en los territorios. Pablo Echenique dijo: «Si Podemos intentase ocultar una bajísima participación haciendo que votaran solamente 500 delegados, ahora mismo las televisiones los estarían despellejando a navajazos. Como lo hace Sumar, nadie dice nada. Trabajar para el régimen del 78 te garantiza la protección mediática».
Artefacto mediático
Otras fuentes del partido de Belarra y Montero afirman en conversación con este diario que el sistema de delegados «no es algo nuevo», sino un «viejo invento» para maquillar la ausencia de la militancia en las votaciones internas. Así, señalan que en al cónclave de Sumar asistieron físicamente «solo 200 personas», y que en algunos casos fueron convocadas por los sindicatos para evitar que las fotos escenificaran el vacío del proyecto de Díaz.
Aun así, es evidente que si bien Sumar no ha logrado a lo largo de estos años construir algo parecido a una estructura territorial, la organización de Podemos tampoco goza de buena salud. Los morados intentaron crear unos círculos que debían servir de espacios de conexión con la militancia y sus simpatizantes, pero con los años esos lugares se han ido vaciando o directamente cerrando.
Pero Podemos cree tener todavía una ventaja respecto a los demás competidores, y considera que de celebrarse unas primarias para decantar unas próximas listas conjuntas, podrían imponer sus candidatos. Otra cosa es que el choque de estos últimos meses aleje casi definitivamente cualquier tipo de reunificación. Y los ataques cruzados que van desde las decisiones políticas tomadas por cada actor hasta las embestidas sobre la militancia ahondan una herida que no afecta solo a las cúpulas directivas, sino que se va extendiendo entre los cuadros y las bases de las diversas formaciones.